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Hizo unos cuantos días que desperté de un largo coma. Estuve durmiendo y a la vez derpierta por dos meses. Dos meses que para mí fue corto.

Al parecer la bala pasó muy cerca del corazón. Afortunadamente, no pasó nada malo ya que no le hizo nada. Corrí mucha suerte.

- ¿Estás bien?-. Me preguntó Tony que estaba sentado a mi lado.

- Cansada, las camas del hospital son muy incómodas-. Contesté con una sonrisa.

- Parecias estar seria-. Comentó mientras se sentaba en la cama para estar más cerca.

- Bueno, solo se rie en este sitio cuando has dado a luz-. Dije sin quitar una sonrisa.

- No puedo debatir eso ya que llevas razón-. Rió mientras me cogía la mano izquierda.

El contacto visual se deshizo al cogerme de la mano. Estaba mirando mi mano mientras que con su pulgar la acariciaba suavemente, me estaba transmitiendo mucha tranquilidad.

- Me asustaste-. Dijo rompiendo ese tranquilador silencio.

- Tú también me asustaste cuando estuviste en coma-. Me callé de seco-. Y cuando despertaste estaba atemorizada-. Añadí fijando mi mirada en su mano y la mia, estaban entrelazadas.

- ¿Por qué?-. Preguntó incredulamente.

- Por miedo a que me olvidaras, que nunca supieras que compartimos momentos juntos-. Contesté. Notaba las lágrimas empañando mis ojos y amenazando con salir. No quería llorar ya que eso ya pasó.

- Nunca podría olvidarte-. Dijo para mi sorpresa.

Lo miré con los ojos abiertos como platos. Él rió por mi reacción y se acercó más para acortar el espacio que había entre los dos. Mi ritmo cardiaco empezó a acelerarse, hasta sentía como mi cara se puso roja hacia esa frase ya que me empezó a arder.

- Al principio no me acordaba de quién eras, pero al entrar un día en tu habitación y vi encima de tu cama una sudadera tuya. La cogí ya que no era de mi hermana y ninguna chica pasa al apartamento. Recordé que Tania se acababa de instalar, por lo que le pregunté y su respuerta fue que era tuya.-. Paró un momento de hablar para mirarme, me tocó la mejilla izquierda y sonrió-. Una noche que no podía dormir, fui a tu habitación, me senté en la cama cogiendo aquella sudadera y la olí, olía a tu colonia de Nenuco y fue ahí cuando recordé que al ducharte te ponías esa colonia. Te recordé y averigué por mi cuenta dónde podrías estar.

- ¿Me buscaste?-. Pregunté incredulamente.

Él asintió y se acercó más a mí cortando el corto espacio que quedaba entre los dos. Me volvió a acariciar la mejilla izquierda hasta acariciar la comisura de mis labios.

- También recordé cuando nos besamos-. Añadió como si para él fuera lo mejor del mundo.

Levanté mi mano derecha y toqué su mano para acariciarla. Toda esa informació me venía de golpe y no sabía como asimilar que la persona que me acabó gustando le guste también.

- Tras ese recuerdo sentí la necesidad de volver a besarte de nuevo.-. Dijo acercándose cada vez más a mi.

Yo lo miré y sentí como mi rostro se ruborizaba al escucuchar semejante frase. Él se volvió a reir de mí por mi reacción. Desvié mi mirada agachando la cabeza, pero él puso un dedo suyo por debajo de mi mentón empujándolo para arriba, obligando a que le mirara.

- ¿Te está dando vergüenza que te diga todo esto?-. Preguntó con una sonrisa, su perfecta y bella sonrisa.

- Nunca me imaginé que me dirias cosas como esta-. Respondí con toda mi sinceridad-. Nunca creía que aún sabiendo lo de mi ex novio me podrías querer.

- Todos necesitamos cosas mejores en nuestras vidas-. Dijo en un tono un tanto folosófico.

- ¿Cómo sabes que eres lo mejor para mi?-. Pregunté con un tono que indicaba "Mr. Perfecto" mientras me reía.

- Porque eres lo mejor para mi.

Cuando dijo eso me besó, fue un beso lento pero con mucha pasión y sentimiento. Un beso que desprendía por todos los lados el sentimiento de que me quería. Cuando paró, juntó mi frente con la mia. Podía sentir su respiración lenta y tranquila, nada que ver con la mia, acelerada. Él sonreía.

- Tal y como lo imaginé-. Me susurró.

- ¿Te lo imaginaste en un hospital?-. Bromeé mientras reía.

- Claro, veo el futuro-. Respondió con sarcasmo mientras también reía.

- ¿Qué somos?-. Pregunté tras un breve silencio.

- Personas-. Volvió a responder con sarcasmo.

- Me refiero a nosotros-. Aclaré entre risas.

- Pues...-, se quedó pensativo-, ...somos dos personas que se quieren y se desean-. Contestó y me dio un pico.

- Y, ¿eso nos convierte en...?-. Volví a preguntar.

- No lo sé. ¿Quieres que seamos algo?-. Preguntó con aparente tranquilidad.

- No lo sé, no sé si estoy preparada para una relación-. Respondí y vi como su rostro se ponía algo triste.

- Lo entiendo, pero quiero que sepas que te estaré esperando y aquí estaré cuando lo estés-. Dijo de una manera tranquilizadora. Supuse que lo dijo de esa manera para tranquilizarse él mismo que para tranquilizarme.

- Una vez escuché una canción-. Dije para romper aquel silencio que nos hacía parecer tristes-. Decía "Please, don't be in love with someone else / please, don't have somebody waiting on you"-. Recité mientras en mi cabeza se reproducía la música en mi mente.

- ¿Escuchas a Taylor Swift?-. Preguntó con una sonrisa.

- Solo enfocate en lo que te he recitado-. Dije con intensidad.

- Lo haré-. Afirmó con un tono de voz rotundo.

- ¿El qué?-. Pregunté algo aturdida.

- Lo que dice esa parte de esa canción llamada Enchanted-. Explicó medio riéndose.

- No tienes que esperarme si luego en tu camino se cruza otra persona-. Dije un poco desanimada.

- No, claro que no tengo porqué, pero te quiero y eso es todo lo que me importa ahora mismo-. Dijo mientras me volvia a acariciar mi mejilla izquierda.

- Pero...-. No me dejó terminar.

- Nada de peros, eres tú todo lo que me importa-. Cuando dijo eso, me besó, esta vez era un beso largo, delicado y con amor. Yo se lo correspondí porque sentía algo por él. No sabía qué sentía exactamente pero lo iba a averiguar.

- Te quiero.

Esos dos palabras asomaron como por arte de magia de mis labios probocando mi sonrojo y a la vez, que Tony sonriera y me diera un beso de esquimal. Ese beso era una señal de que también me quería, que el sentimiento era mutuo. Que cupido, esta vez, apuntó y acertó.

El Misterioso Chico Del Mustang RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora