{capitulo veintiocho} parte II
Un fuerte olor a azufre o algún otra gas igualmente asqueroso, putrefacción y algo parecido a humo llenó mi nariz y garganta antes de que pudiera abrir los ojos, y no es que eso me fuera fácil. Estuve unos diez minutos sólo tratando de abrir los ojos y regresando mi mente a su lugar, pero todo se sentía lejano e irreal. Traté de moverme pero todo mi cuerpo dolía y me encogí sin poder hacer ningún ruido antes de darme cuenta de que mis manos estaban inmovilizadas en mi espalda por algo que me estaba raspando las muñecas.
Gemí y rodé en mi espalda, ignorando el pinchazo de algo clavándose en mis omóplatos y forzando mi mente a reaccionar y a mis ojos a dejar de ver borroso y doble. Se escuchaba un ligero murmullo tétrico de fondo que aun no podía identificar y gemí de nuevo, de pura desesperación. Parpadeé muchas veces y pude por fin ver claro. El techo abarcaba unos veinte metros cuadrados y estaba completamente lleno de moho verdoso. Aparté la mirada rápidamente, sólo para encontrarme con la hermosa sorpresa de que todas las paredes tenían moho y probablemente el piso donde estaba tirada también. El amplio lugar estaba silencioso, todo estaba muy oscuro y casi no podía identificar nada que no fueran algunos muebles de madera vieja, instrumentos pegados a la pared y un gran portón que dejaba ver un aura de luz a su alrededor. Estaba en un taller mecánico, si mis conjeturas no fallaban. Y, después de unos segundos, me di cuenta de qué no estaba sola y de que el murmullo tétrico venía de una voz conocida. Justin.
-... Ampárame del male e tutta la minaccia latente. Proteggimi con il manto potente di ciò che è solo all'inizio... -siguió diciendo. Traté de descifrar lo que estaba diciendo pero sus enseñanzas no llegaron tan lejos, sólo me pude imaginar que se trataba de un tipo de rezo.
-¿Justin? -logré gemir, en una voz baja y ronca. Mi garganta se sentía apretada- ¿qué pasó?
-Nos tomaron, _____ -respondió él, después de un tiempo, sonando derrotado- es mi culpa. Lo siento mucho.
-¿Quienes? -pregunté, tratando de moverme poco a poco- esto no es tu culpa, gatito... ¿crees que quieren dinero? ¿Llamaron a nuestros padres?
-No, ellos no quieren dinero... bueno, no exactamente -contestó, con la voz apagada. Hice mi mayor esfuerzo para sentarme, y cuando por fin lo hice tuve que quedarme unos segundos quieta para que pasara el dolor- te golpearon, por eso estás dolorida.
Hice una mueca de disgusto ante eso y estaba a un segundo de quejarme, pero mi vista se posó en la figura de Justin, sentado en el piso con sus brazos recargados en sus rodillas, respirando con dificultad. Su lado derecho estaba golpeado, morado e hinchado. Su ojo y su mejilla, su labio estaba reventado, corría sangre de su ceja hasta su barbilla y a decir por como su mano derecha sostenía su abdomen, lo habían golpeado ahí también. Mis ojos se llenaron de lagrimas.
-¿Por qué nos están haciendo esto... -pero no pude terminar de preguntar nada porque el portón se abrió de un jalón y entró una figura corriendo directo a nosotros, haciendo un ruidoso eco de cada una de sus pisadas. Retrocedí asustada hasta que mi espalda chocó con una pared y traté de hacerme pequeña mientras el individuo se acercaba a grandes zancadas.
Cuando estuvo frente a nosotros y maldijo, miré su cara por unos segundos y me di cuenta de que era uno de los amigos de Justin, Chase. ¿Qué hacía él ahí?
-Mierda. Hombre, escúchame ¿estás bien? -preguntó Chase con preocupación mientras tomaba la cara de Justin y la levantaba hacia la suya.
-No. Pero sobreviviré. Vete de aquí -ordenó Justin bruscamente, tosiendo y escupiendo sangre al suelo- rápido.
-Bien, bien. Me iré -miró para todos lados y sacó algo de su espalda. Ellos no me habían volteado a ver ni una sola vez, pero cuando vi que lo que traía en manos era un arma, jadeé dramáticamente y ambos me miraron- voy a, accidentalmente, dejar esta pistola cargada por aquí ¿de acuerdo?
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ρeω, ρeω
Ficção AdolescenteJusto cuando pensé que mi vida no podía ser más malditamente complicada, llegó él a poner todo de cabeza. Aun más de lo que ya estaba. ¿Quien lo iba a decir? Me enamoré del tipo menos... Menos como yo. "Quizás tú estás deseando un cuento de hadas...