{capitulo treinta y uno} parte II

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{capitulo treinta y uno} parte II

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Suspiré sintiéndome de algún modo completamente complacida, descansada y cómoda y me acomodé más contra el cálido y duro cuerpo de Justin. Estábamos acostados de cucharita, con su pierna entre las mías y cuando digo duro me refiero a todo de él. Su cara estaba enterrada en la mata peligrosa y enmarañada que era mi cabello, aunque yo hubiera jurado que me hice una maldita trenza antes de acostarme. Pasé mi mano por su brazo y lo acaricié un momento, luego abrí mis ojos muy lentamente, sintiendo algo raro y cuando vi a Pattie parada frente a la cama de Justin mirándonos fijamente con una mirada asesina/maternal grité un poco sin poderlo controlar, luego volteé a ver si mi grito de auxilio despertó a Justin, pero él seguía totalmente dormido.

-Lo siento -susurró Pattie luciendo avergonzada mientras yo intentaba recuperar mi aliento. Ver a alguien frente a ti cuando acabas de despertar con esa mirada en sus ojos nunca es algo bueno- quería despertarlos pero se ven tan hermosos juntos que me quedé mirándolos. Es... es bastante emocionante ver a mi hijo de nuevo con una niña decente, después de lo de Fabrizzia yo pensé... bueno no importa -se secó los ojos y aclaró su voz- eh, la cena ya está lista. Odio despertar a Justin pero de todos modos ya ha dormido más de lo habitual. Los esperamos abajo. Y por cierto, ya llegó tu ropa, está en la habitación de huéspedes.

-Sí, está bien, gracias. Um, yo despierto a Justin -aseguré mientras ella caminaba a la puerta. Nos dio una ultima mirada de ternura y salió.

Bueno, eso fue raro. Me senté en la cama quitando el pesado brazo de Justin de mí y me volteé para despertarlo, pero no tuve el corazón para hacerlo cuando lo vi tan relajado.

Sé que quizás, dejando de lado mi enamoramiento por él, se merece todo su insomnio. Quiero decir, si no fuera él de quien estamos hablando, estaría contenta de que un tipo millonario asesino que tiene todo lo que pueda llegar a querer se quede sin sueño por las noches; pero como es Justin el de este problema, me siento muy mal por él. Y sé por experiencia propia lo cansado que es no dormir por la noche, así que en lugar de gritarle y moverlo hasta que se despertara, puse mi mano en su mandíbula rasposa y al parecer muy adolorida, la subí a sus increíbles labios entreabiertos con esa cortada en el medio tan horrible, luego a su mejilla morada y verde y por ultimo a su suave cabello despeinado. Quería tanto besarlo que simplemente me agaché hacia él, tomé su labio superior libre de contusiones entre los míos y lo mimé con mi lengua un rato. Justin hizo un ruido con la garganta y abrí los ojos para ver cómo se despertaba poco a poco.

-Vuelve a hacer eso -ordenó, con la voz ronca adormilada más sexy que hubiera escuchado alguna vez, mirándome con sus ojos cansados y tomó mi brazo con fuerza para tirarme hacia su cuerpo. Hice algo diferente esta vez, sintiéndome aventurera y atrevida, besé la comisura de su boca y luego tracé con mi lengua su labio inferior, saltándome la parte lastimada, luego me fui al de arriba y volví a hacer lo anterior, ganándome otro ruido de su garganta, y cuando él abrió la boca y juntó la lengua con la mía y nuestras respiraciones se pusieron realmente pesadas, recordé que todos nos estaban esperando para cenar y me alejé de él- no, ven, me estaba gustando eso.

-Nos están esperando para cenar -susurré con la voz cortada y me paré, alisando mi falda y arreglando mi blusa chueca. Lo vi gemir de frustración y cerrar los ojos nuevamente- vamos.

-Bien, como sea -se paró y se estiró, haciendo que su espalda tronara- pero cuando me sane el labio vas a desear rompérmelo de nuevo para que te deje en paz.

Mi respiración se atoró un momento y luego volvió a salir, acelerada. Esa promesa me hizo sentir cosas. Cosas fuertes, ya sabes. Y él lo dijo tan tranquilo y sin problemas que lo odié por eso. Negué con la cabeza y tragué saliva antes de salir de ahí con un lento y gruñón Justin siguiéndome.

-Y bueno, hablé con tu papá, ____ -me dijo Jeremy de repente, haciendo que despegara de inmediato mi mirada del plato con la "lasagna" más rica que hubiera probado alguna vez- dijo que sólo serán cuatro días y luego vuelve de su viaje. Está apenado de que te enteraras de todo esto de esa manera, pero dijo que cuando llegue hablará contigo y te aclarará todas tus dudas.

Asentí hacia él, incapaz de decir otra cosa. Todos me estaban mirando y eso me hacía sentir más tonta.

-Eh... Ignazio Fillapelli nos quiere en su hacienda privada esta noche para discutir asuntos de una nueva sustancia -dijo Kyle después de un rato de silencio. Pattie soltó un suspiro alto inconforme y Jeremy asintió mirando a su plato- ¿estoy suponiendo que _____ vendrá con nosotros?

-No -contestó Pattie rápidamente- Sebastian no dejaría que...

-Sebastian dijo que no la dejáramos sola; y no me parece nada malo que venga con nosotros, tarde o temprano iba a asistir a una reunión de estas. Te necesito ahí conmigo, Patricia.

Todos se volvieron a quedar en uno de esos silencios incomodos y yo sólo pude quedarme mirándolos sin saber de qué hablaban. Luego volteé con Justin, esperando que aliviara mis dudas de algún modo.

-Está bien que venga -dijo Justin- yo y los chicos nos quedaremos con ella todo el tiempo.

{...}

-Te voy a decir un par de cosas acerca de esto, para aclarar tus dudas, pero no quiero que te asustes ¿está bien? -Justin se sentó en la cama de la habitación de huéspedes y asentí hacia él sin dejar de aplicarme rímel y arreglar mi maquillaje-. Va a ser bastante fuerte, todo lo que veas. Va a haber mujeres desnudas por todos lados, vendiéndose a cada hombre que pase por ahí, incluyéndome a mí y a mis hermanos. Va a haber hombres drogados por todos lados, y muchos disparos. Y probablemente una o dos personas muertas. Pero nada, y me refiero a nada, te puede pasar a ti. Vas a estar bajo extremo cuidado ¿entiendes? Nada malo te va a pasar, sólo tienes que ignorar todo lo que veas.

-¿Y por qué tenemos que ir a un lugar así? -pregunté, asustada aunque él no quisiera, y volviéndome un poco loca de anticipación. Dejé todo en el tocador y me volteé hacia él. Mis ojos revoloteando sólo un poco en su elegante y sexy vestuario negro.

-Mi papá y algunos de los chicos tienen que ir a ver esta nueva droga que Ignazio trajo o encontró o inventó o algo así. Ellos tienen que ver cuanto de ella quieren. Mi mamá tiene que ir porque aunque mi papá no lo quiera aceptar, ella sabe hacer negocios mejor que todos nosotros. Y yo tengo que ir porque aveces me necesitan. No siempre, pero pasa.

-No quiero ir -dije, sentándome en la cama a su lado y negando con la cabeza.

-Vas a ir -me corrigió- tu papá dijo que estaba bien que fueras con nosotros y me ordenó no dejarte sola ni un milisegundo. El piensa que eres madura ¿sabes? No bajes sus ilusiones de esta manera.

-Discúlpame si no quiero volver a ver a alguien morir frente a mí o ver gente drogada o tipos sin uso de sus facultades mentales portando armas. Mi papá no me dejaba ir a fiestas de la secundaria ¿y ahora resulta que soy lo suficientemente madura para asistir a esta reunión maligna?

-Supongo que sí -se encogió de hombros y tomó mi mano, luego se volteó hacia mí y me miró fijamente- entiende, nada malo te va a pasar.

Pero todo lo que podía pensar mientras cruzaba el largo y ostentoso camino de piedra de la entrada y escuchaba los gritos y disparos era: probablemente voy a morir hoy.

ρeω, ρeωDonde viven las historias. Descúbrelo ahora