{capítulo cuarenta y nueve} parte II
Llegué por _______ a las ocho de la mañana, lo cual fue una muy mala idea, considerando que quizás durmió la noche anterior y que ella odiaba, realmente odiaba despertarse temprano, lo que quería decir que probablemente tendría un humor terrible todo el viaje, lo que no ayudaba a nada a mi causa.
Linda no me abrazó cuando me vio, como lo hacía siempre, lo cual fue algo raro. Ella sólo se quedó mirándome mientras me sentaba en la sala a esperar por ______. No era exactamente una buena mirada, como las que me daba a veces, era más una mirada de "estúpidos hombres" que mi mamá nos daba muy seguido ¿qué demonios le pasaba a esa mujer? Nunca me había visto de esa manera. Podría jurar que le caía bien.
-¿Pasa algo? -pregunté, cuando no pude soportar más su mirada de odio. Ella levantó una ceja con desdén y se cruzó de brazos.
-Depende. ¿Sigues esperando a que _____ aborte a tu hijo? -atacó, sin parecer intimidada por mí en lo absoluto. Pocas veces pasaba pero sentí la sangre caliente precipitarse a mis mejillas y la miré con vergüenza, luego negué con la cabeza porque ¿qué más podía hacer? Ella lo sabía- ¿Ya les dijiste a tus padres del embarazo?
-No los he visto, pero no creo que tengan problema con eso -contesté, acomodándome mejor en el sillón. Linda podía ser amenazante cuando se lo proponía. Sus ojos no se separaban de los míos y parecía que me tenía más y más desprecio con cada palabra que salía de mi boca- tuvieron a Joe cuando tenían 16, así que.... además mamá morirá de felicidad y yo... lo siento, no sabía que hacer. Estaba asustado.
Su postura se relajó un poco y escuchamos los pasos pesados de ______ en el techo.
-Es entendible, cariño -suspiró- sólo no lo vuelvas a sugerir. Ninguna mujer respetable aceptaría hacer algo así, necesitas superarlo si no quieres perderla. Si se trata de elegir, ella elegirá siempre a su hijo.
______ me dijo hola sin abrazarme ni acercarse mucho a mí. Sus ojos se veían soñolientos y su cabello estaba despeinado. Y lucía hermosa sobre todo porque estaba enojada conmigo, por lo del día anterior y por despertarla temprano. No sabría decir si era porque ella estaba creciendo y madurando o porque cada vez la amaba más pero se iba haciendo más y más hermosa con el tiempo, y más cuando estaba enojada conmigo. Eso siempre sería mi fetichismo sexual o como sea que eso se llame. Tenía puesto un vestido, como de costumbre. Era verde esmeralda y uno de mis favoritos. ______ usaba más el color esmeralda en su ropa desde que le dije que era mi color favorito en ella, y siempre se vestía con vestidos cuando salíamos porque sabía que los amaba. Tenían fácil acceso y eran fáciles de quitar, además dejaban a la vista sus preciosas piernas. Eran mi prenda favorita, lo único que superaba los vestidos era cuando lograba tenerla sin nada encima.
Ella traía un montón de hojas en las manos cuando se subió sin esperar a que yo le abriera la puerta a mi nuevo Bugatti negro, un regalo de mí para mí. Lo rodeé y entré, odiando la tensión inmediata. Ella se había puesto el cinturón y había acomodado el asiento hacia atrás, con las hojas en su regazo, dispuesta a ignorarme durante todo el viaje. Vaya mujer terca.
-Deja eso y convive -ordené unos minutos después, desesperado. Ella estaba sosteniendo una hoja frente a sus ojos con la mano derecha y mordiendo la uña del meñique de la izquierda. Fuera lo que fuera que estuviera leyendo, la estaba poniendo ansiosa.
-Es tu historia -replicó con molestia, poniendo los ojos en blanco, pero acomodó las hojas y las dejó en el piso de todos modos- pero quieres convivir, sorpresivamente, entonces bien, convivamos ¿cómo te va?
No pudo haber sonado más sarcástica ni aunque lo hubiera intentado con todas sus fuerzas.
-Mal. Verás, mi novia está embarazada...
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ρeω, ρeω
Novela JuvenilJusto cuando pensé que mi vida no podía ser más malditamente complicada, llegó él a poner todo de cabeza. Aun más de lo que ya estaba. ¿Quien lo iba a decir? Me enamoré del tipo menos... Menos como yo. "Quizás tú estás deseando un cuento de hadas...