{capitulo veintiséis}
Traté de enseñarle un poco de italiano a ______ pero al momento de tener que hacerlo simplemente no supe que decirle, así que me fui por lo más general y le expliqué cómo hablarle a alguien, ya sabes, sólo lo usual. Le dije los colores, los verbos y las palabras más usadas y eso fue todo lo que pude lograr. De igual manera ella me explicó algo de español, aunque renuncié a sus clases a los diez minutos. Era muy complicado para mí.
-¿Te gustaría ser un maestro? -preguntó _____ de la nada, mirándome de reojo mientras chapoteaba sus pequeños pies dentro del agua.
-No, para nada -me burlé- ¿por qué?
-Es sólo que eres bueno explicando -se encogió de hombros- entendí la mayoría de lo que me dijiste. Claro, todavía me confundo con las palabras pero... ¿io sono intelligente?
-Sí. Eres inteligente, ______ -dije y no pude evitar una pequeña risa desde mi pecho.
-Bien, ahora al menos no luciré tan idiota cuando esté en publico.
Cuando el sol comenzaba a meterse, Fabio y Nedime llegaron con nosotros. Se veían rojos y despeinados, me burlé de ellos en italiano y sonreí con orgullo cuando ____ entendió. También me había encargado de enseñarle las groserías y las palabras sucias. Nos sentamos al rededor de la fogata y ya no se sentía como que íbamos a morir porque el calor ya se estaba yendo gracias a Dios.
Nedime insistió en que debíamos contar historias de terror por ley divina y aunque no era lo mío, me inventé una o dos, y me sentí un rey todo el tiempo porque ellos realmente lucían asustados, supongo que ver las cosas en primera plana te convierte en un excelente contador de historias de terror. ______ tenía sus ojos muy abiertos y estaba agarrando con mucha fuerza la corteza del tronco en el que estaba sentada. Comimos más sandwiches de malvaviscos quemados. Yo simplemente no podía parar de comerlos, y al parecer ____ tampoco. Fabio intentó hablar en inglés y ______ intentó hablar en italiano y luego todos estábamos riendo por sus patéticos intentos. Estaba pasando un momento divertido con todos en la fogata, pero hubiera sido un momento más divertido y memorable si siguiera solo con _____. Traté de ignorar los pensamientos como el anterior y disfruté todo el tiempo hasta que todos se quisieron regresar a la casa. Nadie tenía hambre cuando regresamos y ya era bastante tarde así que solamente nos despedimos y nos metimos a nuestras respectivas habitaciones.
Me duché primero, tardando más de lo necesario ahí dentro. Apoyando mi cabeza en el frío azulejo y deseando poder dormirme, aunque fuera ahí parado en pelotas mientras el agua fría me azotaba el costado, no me importaba, de hecho me encontraba muy cómodo, pero sabía que no funcionaría así que proseguí con mi ducha. Tomé el rosado frasco del contenedor y en el momento que tocó mi mano y el aroma llegó a mi nariz, supe que era el shampoo de ______. Y mientras lo aplicaba en mi cabeza con los ojos cerrados y pensaba en que estaba lleno de su olor por todo el cuerpo, me di cuenta de que necesitaba estar bajo el chorro frío por un rato más, por otra razón que no estaba ni remotamente cerca del sueño.
Salí de ahí y le di el paso a _______ dentro del baño después de un rato. Sequé mi cabello y me cambié, evitando ponerme una camisa porque no soportaba acostarme con una camisa puesta, de alguna manera sentía como que me sofocaba al máximo y eso era lo último que necesitaba. Me tiré a mi cama y me quedé ahí respirándome a mí mismo con fuerza, lo cual era la cosa más rara que había echo. Nunca había estado tan oloroso en mi vida ¿Qué clase químicos mágicos contenía esa cosa? No me extrañaba que _____ siempre estuviera oliendo así de delicioso. Pero olerlo en mí mismo era raro, y excitarme con mi propio olor también.
Cuando ______ salió del baño yo ya estaba incluso tapado con la manta. Me contuve de voltear la cabeza para verla, simplemente me quedé ahí acostado, pretendiendo que iba a dormir mientras ella apagaba la luz y se subía a su cama. La escuché respirar incómodamente y moverse de un lado a otro por al menos diez minutos, procuré no hacer ningún ruido para no volver a estropear su valioso sueño nocturno, pero de repente ella asomó su cara hacia mí desde su colchón. Sus ojos abiertos completamente buscaron mi mirada, le sonreí y ella sacó su cara completa.
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ρeω, ρeω
Genç KurguJusto cuando pensé que mi vida no podía ser más malditamente complicada, llegó él a poner todo de cabeza. Aun más de lo que ya estaba. ¿Quien lo iba a decir? Me enamoré del tipo menos... Menos como yo. "Quizás tú estás deseando un cuento de hadas...