{cuarenta y cinco} parte I
Abrí los ojos con muchísima dificultad, dejándolos abiertos sólo a mitad del camino porque me era realmente imposible abrirlos más y porque la luz del sol me lastimaba. Mi estomago se revolvió y algo acido llegó hasta mi garganta cuando traté de moverme, así que mejor me quedé completamente quieta de nuevo, cerrando mis ojos otra vez y recordando poco a poco la razón por la cual todo mi cuerpo parecía doler como si un camión me hubiera atropellado. La razón básicamente era Justin.
Lo ultimo que recordaba del día del suceso, -como decidí llamarle al día donde mi corazón se rompió de verdad por primera vez, tuve una paliza y una violación, era a Justin levantándome del suelo con mucho cuidado y lo mucho que me dolía todo, en especial la cabeza y el cuello. Cuando bajamos por las escaleras cerré mis ojos y enterré mi cara en el hombro de Justin porque oficialmente había tenido suficiente por el día y lo último que necesitaba era ver cuerpos sin vida y mucha sangre por todo el piso. Justin se quedó conmigo en su regazo cuando entramos al auto y continuó diciendo todas estupideces en mi oído mientras acariciaba mi pierna, como si tuviera derecho de tocarme. "Te amo, ______" "Perdóname" "Lo siento tanto" "por favor, no me odies" "di algo" "amor, por favor" "no sé que haré sin ti, ____, por favor, di algo" y cosas así, todo el camino. Dejó de golpearme para empezar a torturarme emocionalmente con sus malditas palabras. Lo peor de todo es que no tenía la fuerza para decirle algo como "cierra la maldita boca, sólo me estás lastimando más" y sólo me quedó tener que lidiar con ello mientras luchaba por no volverme loca.
-¿______? -preguntó alguien a mi lado. Gemí fuerte por el zumbido doloroso en mis oídos ante la voz y apreté mis ojos un segundo, hasta que me di cuenta de que la cabeza me empezó a doler por eso y volví a gemir, ahora de frustración. Cualquier cosa que decidía mover conectaba con algún punto dolorido de mi cuerpo- ¿estás despierta?
Ugh, pero que persona tan insistente, maldita sea ¿qué no se da cuenta que estoy toda jodida? No tengo ganas de hablar con nadie. No tengo ganas de abrir mis ojos ni de decir nada que pueda hacer doler mi ya muy dolorida garganta, sólo quiero entrar en coma y despertar hasta que todo mi cuerpo esté curado y saludable de nuevo. Maldito sea Justin por hacerme esto.
-¿______? -repitió, ahora más fuerte, haciendo doler mis oídos aun más y tocando suavemente mi brazo. Hice una mueca y abrí mis ojos lentamente con el solo propósito de darle una mirada de muerte para que se callara de una maldita vez y me dejara en paz por siempre, pero entonces mi mirada se enfocó en la persona insistente, Justin, elevado sobre mí, mirándome con el ceño fruncido.
Mi estomago se revolvió con miedo y me estremecí, recordando inevitablemente que la última vez que lo vi, lo que me hizo y aterrorizada con que lo fuera a hacer otra vez. Él se veía más grande, más mayor, más malo, más cruel y mucho más atemorizante ahora que sabía lo mucho que dolían sus golpes. Nada le impedía hacerme daño de nuevo. Había visto eso antes, no faltaba mucho para que tomara una almohada y la presionara contra mi cara hasta que yo muriera.
-¡Ayuda! -grité cuando ese pensamiento llegó a mí, sonando como un hombre con la voz lastimada. Mi garganta ardió en carne viva y estoy segura de que mi débil grito no se escuchó ni siquiera fuera de la habitación- ¡Ayúdenme!
Él parpadeó como si estuviera confundido por mi miedo y enredó su mano en mi brazo pero logré alejarme de él antes de que pudiera hacer cualquier cosa e, ignorando el dolor, torcí mi torso para encontrar el botón que llama a las enfermeras, pero antes de que pudiera encontrarlo una mujer apareció por la ventana.
-¡Ayuda! -grité de nuevo, llamando su atención. Ella miró de mí a Justin, asustada y caminó rápido hacia dentro- ¡Él me hizo esto, sáquelo de aquí o lo hará de nuevo!
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ρeω, ρeω
Novela JuvenilJusto cuando pensé que mi vida no podía ser más malditamente complicada, llegó él a poner todo de cabeza. Aun más de lo que ya estaba. ¿Quien lo iba a decir? Me enamoré del tipo menos... Menos como yo. "Quizás tú estás deseando un cuento de hadas...