Capítulo nueve

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Perdidos

-¿Enserio si te enojaste? -preguntó burlón, picoteando el costado de su alfa, que se encontraba comiendo.

--Pff, para nada -contestó sarcástico-, sólo me dejaste con una puta erección y con unas putas ganas de follarte.

-Cuida tu vocabulario -le apuntó con su tenedor y después se encogió de hombros para seguir comiendo su filete tranquilamente-. Además, te lo merecías

-¿Así? -la memoria del alfa se refrescó y supo el por qué de lo que había hecho el pelirrojo horas antes-. ¿Todo esto es por tus celos de la mesera?

-No te creas tan importante -dijo con fastidio, poniendo los ojos en blanco-. Pero dejarme en vergüenza, porque eso fue, delante toda esa estúpida gente en nuestra supuesta luna de miel, fue demasiado.

-Sé que estuvo mal -trató de defenderse el grisáceo-, pero tu vendetta estuvo peor.

_Ya cállate y sigue tragando -habló con aburrimiento el omega-, ni que te hubiera cortado un huevo y creeme que ganas no me faltaron.

Siguieron comiendo en silencio, mirando de vez en cuando al otro.

Dos horas después del pequeño incidente, Taehyung regresó un poco más tranquilo pensando en tener una seria plática y esperaba encontrarse a un fúrico omega por haberse ido sin explicación. Sin embargo se topó con un Jungkook acostado en el sofá comiendo palomitas mientras veía Hércules en el televisor de la sala.

¿El pelirrojo no había pedido una ensalada la noche anterior? Creía que el pelirrojo era de esas personas que cuidaban su dieta y no comía grasa.

Jungkook supo en el momento que Taehyung entró por su olor, más hizo como si no lo hubiera notado y siguió viendo su película.

Amaba a Hades, era su personaje favorito al igual que las escenas en las que salía.

-Al fin sales de tu escondite mariquita -dijo sin despegar la vista de la pantalla, cuando sintió a su esposo detrás suyo.

-No me estaba escondiendo -contestó molesto otra vez, sólo Jungkook podía hacerlo molestar con unas cuantas palabras, pero también podía tranquilizarlo.

-Te esperé para desayunar y nunca llegaste.

-Necesitamos hablar -la seriedad se instaló en el rostro de Taehyung.

-Estoy viendo la película no interrumpas -se metió un poco de palomitas a la boca.

Taehyung cansado de la actitud del pelirrojo, se acercó al televisor y lo apagó, ganándose unas protestas del omega y que le lanzara el traste de palomitas.

Discutieron toda la mañana y nunca hablaron de lo que realmente debían hablar.

A la hora de la comida fueron a un restaurante, donde se inició la plática inicial.

Taehyung pidió un plato de la especialidad del lugar y su esposo un filete ahumado con ensalada. Tuvieron su pequeña plática y terminaron de comer en silencio.

-Vamos a ir al coliseo romano -Jungkook habló cuando iban saliendo del restaurante y entrelazó su mano con la de Taehyung, por las apariencias.

-Tenía pensado que fuéramos al Arco de Constantino.

Who got the power?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora