Capítulo treintaiocho

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—¿Sabes a qué estamos hoy? —preguntó interesado Taehyung con una sonrisa traviesa.

—No y no me importa, sólo sé que quiero que este estúpido dolor de espalda se vaya —respondió refunfuñando su esposo, acostado en la sala acariciando a piraña.

—Me dolió, pero te entiendo —se sentó en el reposa brazos del sofá donde Jungkook estaba, y acarició su cabeza. El omega levantó la vista.

—Bien, ¿qué tiene de especial hoy?

—Hace un año que nos conocimos oficialmente en ese restaurant —la emoción y felicidad en la voz de Taehyung hizo sonreír al omega.

—¿Hablas de ese horrible día en el que me humillaste y rompiste mi celular? Que por cierto, no me recuperaste jamás —el gato se paró, estirándose y yéndose en busca de un lugar mas tranquilo—. ¡Hey ingrato, vuelve aquí!

—Si alguien en ese entonces me hubiera dicho que tendría una hermosa familia contigo, le hubiera dado lo que quisiera por tener boca de profeta.

—¿Sí? Yo le hubiera pagado un psiquiatra por bocón —contestó de malas.

—¿Qué tienes Jungkook? —preguntó Taehyung con el ceño fruncido. 

—¡Mis pies están hinchados y no me entran mis zapatos! ¡Odio cargar esta cosa! —dijo levantando una tira del sostén maternal que traía—. ¡Parezco una ballena y siempre tengo hambre, siempre tengo sueño, todo el día me duele todo! ¡Y todo porque tú eres un calenturiento!

Taehyung cerró los ojos con cansancio, era la tercera vez en la semana que se ponía de esa forma. Lo bueno es que no tenía nada cerca para lanzarle. La primera vez le reclamó por haberle hecho perder su esbelta figura, la segunda le reclamó por ser un "animal sin sentimientos" al no encontrarle sentido de que el pelirrojo llorara porque Chan estaba creciendo.

—Sí, sí. Estés como estés, te amo y te amaré aunque me insultes y me golpees.

Y sí, de la nada Jungkook comenzó a llorar con sentimiento.

—¿Ahora que? —cuestionó con una pizca de cansancio en su voz. 

—Eres tan lindo y dulce, que no te merezco —se abrazó a su esposo para seguir llorando.

El alfa se sentó en el sillón junto a Jungkook, quien dejó recargada su cabeza en el hombro del grisáceo aún sollozando. Taehyung puso su mano en el vientre de Jungkook y habló.

—Niños, dejen a su padre tranquilo por unos minutos —su voz era dulce, uno de los bebés tiró una patada a la mano del alfa.

—Como no son tres para ponerles Hugo, Paco y Luis —la pareja se rió ante lo dicho por el omega.

—Mientras que uno no se llame Santa, todo está bien.

—¡Maldito SeHun! —exclamó molesto Jungkook, deseando que el alfa de azabache estuviera ahí para darle una tunda por boca suelta—. ¡Estaba borracho!

(...)

El timbre de la casa sonó con urgencia, despertando a la familia Kim.

Taehyung dio un gruñido bajo antes de pararse del suelo, quitándose las sabanas de encima aún somnoliento. Dio un breve vistazo a su omega extendido a lo largo y ancho de la cama, quejándose por ser despertado tan temprano. 

Tallándose los ojos, salió de la habitación y bajó las escaleras, el timbre seguía sonando.

—¡Ya voy! —gruñó molesto. 

Abrió los ojos con sorpresa al ver a la persona del otro lado de la puerta, unos brazos delgados le abrazaron con emoción y entró a la casa sin invitación. 

—Los extrañé mucho, ¿Cómo han estado? ¿Cómo lleva Kook su embarazo? ¿Es muy insoportable? ¡JaeMin, saluda a tu tío Taehyung!

—Hola JinSol —se agachó y le dio un beso en la coronilla al pequeño rubio—. Hola pequeño. 

—¿Quién es, papá? —la voz adormilada de Chan se oyó en las escaleras, quien bajó corriendo las escaleras al ver de quien se trataba.

Ambos niños fueron envueltos por los brazos del otro, una sonrisa de felicidad estaba presente en el rostro de los infantes. JaeMin se separó de Chan y frotó su mejilla con la del contrario, sacando un ligero y tierno sonrojo del castaño. Taehyung hizo una mueca de molestia.

JinSol rió al ver la reacción del alfa y le palmeó el hombro con diversión. 

—Es bueno volver a verte, próximo suegro de mi hijo —volvió a reír a costa del esposo de su mejor amigo.

—JinSol, déjalo, no quieres verlo en su faceta de "padre celoso" —habló desde la escalera Jungkook, bajó con dirección a la cocina. La rubia sonreía esperando el momento en el que su amigo se diera cuenta—. ¡JinSol! —se oyó la voz del pelirrojo desde la cocina siendo seguido por el sonido de algo de cerámica rompiéndose.

El omega embarazado regresó a la vista de los otros y le dio un fuerte abrazo a su amiga. 

—¡Dios, la última vez que te vi no se te notaba la panza! —colocó ambas manos en el vientre de Jungkook y acarició con delicadeza la piel cubierta por la tela de la playera que vestía el omega—. ¿Qué son? 

—Un niño y una niña —contestó Chan, desviando por un breve momento su atención de JaeMin.

—¡Es tan lindo! 

—Son dos varones, BeomGyu y Taehyun —corrigió lo dicho por su hijo—. ¿Qué hacen aquí? No avisaste que vendrían. 

JinSol tomó la mano de su amigo y lo guió a un sofá de la sala, Taehyung les siguió también interesado en saber la respuesta. 

—Comenzaré a buscar una casa cerca de aquí. Nos mudaremos —explicó la omega con una sonrisa radiante. 

—¿Qué? ¿Se mudarán aquí? —Jungkook estaba estupefacto. 

—Sí, tu padre pidió a Jackson ayuda ahora que Taehyung dejó la empresa—la rubia se encogió de hombros y sin borrar en algún momento la expresión en su rostro—. Además, quiero que JaeMin crezca con Chan. Sé que mi hijo será un alfa y quiero que el tuyo sea su omega.

—Es muy pronto para saber eso, Chan a penas va a cumplir seis y JaeMin cuatro —interrumpió Taehyung con el ceño fruncido.

—¿Acaso no los has visto? Son tan lindos, y si por alguna razón no son pareja, me gustaría que se tuvieran el uno al otro desde pequeños —JinSol dio un leve suspiro conmocionado.  Madre e hijo Wang se quedaron a desayunar con los Kim, teniendo una amena plática en todo momento; uniéndoseles NamJoon y Jackson a la hora de la comida, el alfa rubio temió por su integridad física al ver a esos dos pequeños monstruos juntos de nuevo, sabiendo que sería el blanco de todas su bromas infantiles.  

Al ver a los dos infantes, Jungkook pensó acerca de las palabras de su amiga. A pesar de ser dos años menor, JaeMin siempre "protegía" a Chan a su inocente forma de hacerlo, y su hijo se dejaba hacer. Pero sólo el tiempo diría.

JinSol le dio un par de consejos a Jungkook para disminuir un poco los malestares de estar gestando al ser ella mamá también; la omega rubia le contó sobre como estaba SooJin, y como Junhong sobrellevaba las cosas con Jeonghwa que iban de mal y peor, decía que la castaña era muy exigente y con nada se quedaba conforme. Aseguró que Junhong estaba a nada a mandar sus modales y educación por el caño y dejar a Jeonghwa a su suerte.

Cuando salieron a despedir a los Wang vieron que tenían vecinos nuevos, en la casa que estaba a dos de las suya, afuera vieron a un adolescente discutir con el conductor del carro de mudanzas, pero no le tomaron importancia.

Jungkook estaba feliz de tener poco a poco a su familia junta de nuevo.




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