Capítulo treintaitrés

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Una semana después del incidente con Felix, Jungkook estaba decidido a contarle todo a Taehyung. Toda esa semana había visto a su alfa comportarse de una forma muy extraña, el olor del grisáceo estaba muy presente en su cuerpo; lo que más le sorprendió del comportamiento de Taehyung fue la brusquedad con la que últimamente lo había estado tratando, malas respuestas o malas caras con todos menos con Chan y él simplemente no entendía la razón. También había días en los que llegaba muy temprano y otros en los que llegaba muy tarde y siempre llegaba expectante a algo.

Y la presencia de JeongHwa en esos momentos no era de mucha ayuda. Su mirada calculadora que repasaba cada detalle de la casa y lo miraba con cierta superioridad y burla, lo cual no entendía nada. Taehyung lo ignoraba y se limitaba a corregir y verificar el documento que era la razón de la visita de la omega.

—Yo digo que le advirtamos a esa omega que se aleje de Taehyung —HeeSook sugirió con cierto deje de diversión al ver la mala cara que se cargaba su hijo.

—Mejor metámosla en una caja y enviemos por correo a esa perra al amazonas.

Jungkook sonrió de lado al oír a su padre.

—¡DoJoon! —reprendió su esposa—. Se supone que debemos calmar a nuestro hijo, no darle ideas estúpidas.

—Estoy de acuerdo con papá —dijo Jungkook sonriendo—. Además, le haríamos un favor mandándola de regreso a su hábitat natural.

—¡Jungkook! —riñó la mujer—. Yo no te he enseñado a ser así de irrespetuoso.

DoJoon rodó los ojos al igual que su hijo.

—Ella me ha insultado peor, mamá — se defendió el pelirrojo, colocando inconsciente una mano en su abultado vientre.

—Eso no quiere decir que te vas a rebajar a su nivel y ser igual de vulgar que ella —HeeSook sonrió con superioridad.

Familia tenían que ser.

Siguieron platicando por otro rato más antes de que sus padres se fueran y él se quedara solo en la isla de la cocina acariciando su vientre con parsimonia, con una sonrisa genuina adornando su rostro. Ya quería que ese pequeño par naciera, quería tenerlos ya en sus brazos y darles todo su cariño.

—Sólo espero que no sean tan busca pleitos como su padre...

Un grito femenino demasiado chillón se oyó y lo sacó de su ensoñación, levantó su cabeza molesto y salió de la cocina dispuesto a defender a su hijo.

—¡Fíjate niño estúpido! —había gritado furiosa JeongHwa.

En la sala se encontró a JeongHwa con el cabello alborotado y sobándose la cabeza con un gesto molesto, Taehyung miraba reprobatoriamente a Chan y el niño tenía al gato negro en sus brazos, con la cabeza gacha pero sin una pizca de culpa o arrepentimiento. El pequeño castaño al verlo soltó al gato y corrió a su dirección, abrazándose a sus piernas en un intento de buscar protección; Jungkook acarició sus cabellos con delicadeza mientras veía amenazante a la omega de aroma empalagoso. El olor molesto de los tres inundó el aire.

—Sólo quiero saber una cosa —la voz de Jungkook era grave—. ¿Quién demonios te crees para hablarle así a mi hijo?

—Ese mocoso maleducado lanzó al estúpido gato a mi cabeza —respondió JeongHwa de mala gana y mirando mal al niño—. Deberías educar bien a tu hijo, ¿o tampoco sirves para eso?

—Tú no me vas a venir a decir a mi sobre paternidad, yo sé como estoy educando a Chan. Así que te voy a pedir que tomes tus cosas y te vayas de mi casa. No voy a tolerar que vengas a mi casa a insultar a mi hijo.

Who got the power?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora