1. El principio del fin.

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Era un día cualquiera, de esos en que la luz invadía su ventana y la claridad impedía que sus ojos se pudiesen abrir justo al despertar. Marta, aguardaba ansiosamente a que el reloj del salón diera las 11, hora en la que Pablo, su novio, vendría a recogerla para ir juntos a desayunar.

Eran a penas las 11 y tres minutos cuando el coche de Pablo emitió un sonido un tanto extraño y patoso. Marta se rió cuando recordó del coche parecía un pato mareado y no un claxon; cogió su bolso de Prada nuevo, el cual le había regalado su madre, y se dispuso a montar en el coche; Durante el trayecto, Pablo puso la canción de Freddy Mercury, esa que a Marta le causaba tanta gracia, y la bailó patéticamente. Marta esperaba que fuese un gran día ya que sus padres no estaban este finde y ella.. Bueno, ella quería disfrutarlo con Pablo; Marta todavía era joven, tenía 16 años y Pablo tenía 19, pero eso no implicaba que Pablo no supiera esperarla, es más, pablo insistió en que sólo pasaría eso cuando ella estuviera preparada; Marta estaba encantada con su novio, ya llevaban casi 5 meses y él no planteaba para nada el tema del sexo,no la presionaba, cosa que a ella le encantaba

Ya pasaban de las 12 y media cuando Marta llegaba a casa, Pablo tenía que entrar en el curro y no podía permitirse llegar tarde a su segunda semana de empezar, no era un gran curro, en realidad, era una mierda, pero al menos le pagaban. Sin embargo Marta estaba acabando la E.S.O, estaba en el último curso, debería haber acabado ya pero había repetido segundo.

¡Tring! ¡Tring!- Sonaba el timbre de la puerta principal.-Marta cariño, soy Gloria, la vecina, venía a traerte una cosita para que comas, que tu madre te ve muy delgada.- Gloria, perdone pero..¡Déjame en paz, ya!- Y cerró la puerta en las narices de Gloria. Ese día Marta no tenía hambre, era un día de esos en los que todo estaba de bajón sí Pablo no estaba en él, pero le tranquilizaba saber que esa noche vería a Pablo dormir a su lado.

-Hola cari, ¿vienes ya? perfecto. ¿Cuanto tardas? Si, el jacuzzi ya esta listo y lleno, ¿Traes tú los pétalos? Jo, genial. Vale, nos vemos, te quiero-.

Marta estBa apunto de abrir la puerta y tras ella la esperaba un enorme beso.- Cielo, te he echado de menos..¿Traed los pétalos?-Decía la chiquilla.-Sí, aquí los tengo-.Decía Pablo mientras besaba la punta de la nariz de Marta.

Oh dios el agua está ardiendo, ¿Seguro qué quieres meterte ahí? -Soltaba Pablo entre risas. Jajajajaja-¿Y porqué no?- Y tras decir aquello de besaron y ambos se metieron en aquel agua incandescente; Marta se quitó el top que llevaba puesto y empezó a besar el cuello de Pablo, él se dio cuenta de lo que ella pretendía y la apartó.- Cariño, ¿estás segura? No quiero que lo hagas si no quieres..- Cielo, créeme tengo muchas ganas y pronto haremos 5 meses, te lo mereces y yo.. Yo también me lo merezco.

Se empezaron a besar apasionadamente; Pablo cogió a Marta en brazos y la llevo hasta la cama, la dejo caer y se acercó hasta el reproductor de música, cogió un CD de Eminem y lo puso, la melodía de rap invadió toda la habitación y así pararon las horas de caricias y besos. Cuando se quisieron dar cuenta, ambos estaban entrelazados en las sábanas durmiendo juntos.

-Piiiiiiiii Piiiiiiiii- sonaba el despertador anunciando las 11 y media.- joder! Joder! Llego tarde cariño, duérmete un poco más, ha sido una noche genial, dios. Tengo que darme prisa o me mataran, te quiero.- Decía Pablo mientras atravesaba la puerta y la cerraba. Marta ni siquiera se había podido despedir, pero lo de anoche había sido tan increíble que no podía enfadarse ni mucho menos, entendía perfectamente que su chico se pusiera así, llegaba tarde al curro. Marta todavía tenía sueño así que sus ojos se fueron cerrando poco a poco hasta caer en el vacío.

-Dígaaame- Decía Marta mientras emitía un enorme bostezo.-¿Es usted Marta Delgado?- Sí..¿quién es usted?- Verá.. mi nombre es Ezequiel Lopez, soy agente de policía, quería comunicarle que Pablo Rial, su pareja ha sufrido un accidente grave de coche.- En ese momento, al otro lado de la línea, Marta caía desmayada al suelo.

Para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora