8. En busca de Marisse.

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Dela, la chica de la limpieza, abrió las ventanas para que la luz iluminara la cara de Marta. En cuanto Marta abrió sus preciosos ojos, sus pupilas se llenaron de luz inmediatamente. Pablo, había salido, seguramente a cafetería a por un té con hielo, de esos que tanto le gustan.

- Buenos días mamá.- La madre de Marta había entrado por la puerta.- Buenos días cariño.- Elena miraba a su hija con dulzura.- ¿Y papá?- Verás cariño, tu padre no vendrá esta semana, tiene trabajo..- Sus ojos reflejaban mentiras.- Siempre está ocupado.- Los ojos de Marta se invadieron de lágrimas.- ¿Qué tal te encuentras cielo?- Bien mamá, ¿sabes dónde está Pablo?- No, yo llevo una hora aquí y él ya no estaba cuando yo vine.- Marta asintió.

- ¿Y cuándo ocurrió todo eso?- Hace ya meses.- Gina se reía.- Y tú, Érike, ¿cuándo ha sido tu última relación?- Mi novio me dejó cuando se enteró de que tenía cáncer, un cabrón de los que ya no quedan.- Érike se reía, pero sus lágrimas no eran de la risa.- No te merecía hermanita, lo sabes.- Gina acarició la mejilla de Érike.- ¿Cúal ha sido la mayor locura que habéis hecho aquí?- Dijo Pablo.- Yo.. Escaparme con esta idiota e irnos a cenar al McDonalds, ella no podía tomar ese tipo de carne, pero tenía antojo así que..- Gina y Érike se miraron con complicidad y rieron.- Yo y mi..- Pablo se calló de inmediato.- Y tu novia, ¿verdad?- Érike le miró fijamente.- ¿Lo sabías?- En cuanto te ví lo supe.- Gina abandonó la habitación sin decir nada.- Yo de lo quería decir pero..- Pero no querías hacerle daño.- Érike le miró con ternura.- Se encariña rápido con la gente, pero tú eres especial para ella.- Pero eso no quiere decir que no podamos ser amigos..- No creo que tu novia opine lo mismo.- A ella no le importaría.- ¿Cómo es tu novia?- Érike sonrió.- Pues es.. Es la mejor novia del mundo, tiene tan sólo 16 años, pero es muy madura para su edad. Es guapísima, simpática, alegre, agradable, risueña.. Es perfecta. La quiero mucho, y hemos pasado muchas cosas juntos, pero no puedo evitar conocer a una chica encantadora y que, aún que quiera muchísimo a mi novia, me haga tener un brillo especial en los ojos.- Érike entendió que Pablo se refería a Gina.- Sólo te pido que no le hagas daño.- No se lo haré, lo prometo.

- Toc Toc.- Marisse, tengo que preguntarle una cosa, ¿podría abrir la puerta?- ¡Marisse! ¿Esta ahí?- Oiga, perdone, ¿ha visto a Marisse?- No, no la he visto, llevamos buscándola toda la mañana y parte de la tarde, lleva 7 horas desaparecida.- ¿Marisse? ¿Desaparecida? ¡No puede ser!- Marta estaba realmente sorprendida y afectada. Le había cogido mucho aprecio a Marisse durante los últimos dos meses.- ¿Y no la buscan?- No sabemos dónde puede estar, esperaremos unas horas y si no aparece, denunciaremos el asunto a la policía.

- ¿Qué te pasa?- Melanie miraba a Marta con ternura.- Ha desaparecido mi jefa de planta y no saben dónde puede estar.- Melanie, cariño, es hora de cenar.- Mamá, ¡no quiero sopa!- Marta acarició la mejilla de Melanie.- Tienes que comer pequeña, ¿vale?- La madre de Melanie, miró a Marta, agradeciéndole que ayudará tanto a su hija, y Marta abandonó la habitación.

- ¿Habéis encontrado a Marisse?- Todavía no.- ¿Ya qué esperáis para buscarla?- Marta estaba furiosa. Subió los escalones pensando en dónde podría estar Marisse, y entonces, como un destello de luz, recordó cuando Marisse le había dicho que cuando se sentía bloqueada, visitaba la azotea.

- ¿Marisse?- Marta..- ¿Qué haces aquí? Llevas todo el día desaparecida, te están buscando.- Eso es lo que tú crees, pero nadie me busca, nadie me echa de menos, y me alaga que tú sí lo hagas.- Marisse sonrió.- ¿Porqué estás aquí sola?- Necesitaba pensar, despejarme. Verás, yo tengo una fachada de persona muy fuerte, pero soy humana, como todos, también necesito cariño, y aquí nadie me lo tiene.- Marisse yo..- Marta, tú eres joven, tienes una vida al lado de tu novio, yo ya estoy cerca de los 60, ¿qué esperas que encuentre a estas alturas?- Marisse, eres una gran mujer.- Marta cogió la mano de Marisse y juntas bajaron los escalones hasta llegar a la segunda planta.

- Gina, yo..- No te disculpes, ha sido una tontería.- Gina tenía los ojos llenos de lágrimas.- Tendría que habértelo dicho antes.- Pablo bajó la cabeza.- En el fondo lo sabía, pero no lo quise asumir.

Para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora