Capítulo 27

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Taehyung movía sus labios, pero Jungkook no movía los suyos.

Al castaño no le importó. Siguió moviendo su boca y profundizó el beso incluso hasta meter un poco su lengua.

Y no es que Jungkook no quería lo que estaba ocurriendo. Su cerebro estaba tildado y su corazón demasiado ocupado intentando descifrar qué era todo eso que estaba sintiendo. Simplemente no podía ordenarle a sus labios que se movieran. Pero mierda, le gustaba ese beso. Lo que le estaba transmitiendo.

Finalmente Taehyung se separó al no obtener más respuesta. Se miraron un momento. Jungkook con los labios húmedos y algo rojos. La respiración agitada en ambos. El castaño intentando procesar si eso había servido de algo o se había mandado una cagada.

El más chico aprovechó la distancia y salió por la puerta tan rápido como pudo.

Necesitaba aire.

Una vez en la calle, corrió. Jungkook corrió y corrió sin parar. No estaba seguro de cuántas manzanas llevaba hasta que finalmente decidió detenerse para recobrar el aliento.

Pero incluso después de tranquilizarse y de regularizar su respiración, su corazón seguía agitado. No tenía sentido y supo que no era por el repentino ejercicio. Era el efecto del beso de Taehyung aún en su cuerpo.

Ese beso había sido tan lindo. Era la segunda persona en su vida que lo besaba. Creía que nadie le iba a hacer sentir de esa manera otra vez, no después de Yoongi. Pero allí estaba, la prueba en vivo de que se había equivocado.

Sacudió su cabeza. No podía pensar en ello en ese momento. Tenía que ir a ver a Yoongi. Tenía que terminar de hablar con él y poner un punto final...para siempre. Esa era la idea.

Paró un taxi en la calle y se dirigió hacia el departamento del rubio.

El guardia de seguridad que estaba por las noches en el edificio donde vivía Yoongi ya lo conocía por lo que lo dejó pasar cuando lo vio llegar.

Yoongi le abrió la puerta al segundo golpe de timbre que dio. Y la verdad es que se veía mal. No lo notó ebrio pero sí se percató de las varias latas de cerveza tiradas por todos lados.

- Bebé, al fin. Tardaste mucho. - el rubio se lanzó en un abrazo desesperado de inmediato.

- Había mucho tráfico. Ya sabes, es viernes. La gente sale.

- Ya estás aquí. Es lo único que me importa.

- Yoongi...- Jungkook lo alejó un poco de su cuerpo para poder verle a la cara. - Te ves horrible, hyung. ¿Por qué has estado bebiendo tanto? Sabes que eso no te ayudará a pasar por esto.

- Ya lo sé. El alcohol no ayudará pero tú sí ¿verdad?

- Yo...no sé qué pretendes que haga, hyung. Solo vine a ver que estuvieras bien y para que terminemos de hablar. Aún tengo cosas que quiero decirte.

- Yo también tengo cosas que decir. Muy en serio.

Yoongi lo llevó al interior de su casa para charlar más tranquilos.

- Creo que ya sabes que lo mío con Jimin se terminó para siempre. No me quiere ver más.

- Yoongi, yo...envíe esa foto porque así lo sentí. No tenía intenciones de arruinarte la vida ni nada. Pero Jimin es buen chico. Lo sabes. Se merecía saber la verdad. Y tú...

- No iba a hacerlo. - lo interrumpió el mayor. - Tienes razón. Lo admito. Todo es mi culpa. Me equivoqué. No lo voy a negar ¿sabes? Estuve pensando mucho estos días que estuve solo.

La Segunda Vez - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora