Prólogo

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La luna

En la antigüedad, la Luna, la Diosa solitaria, en busca de un propósito hizo surgir su propia ciudad, la cual cuidaría con especial cuidado y amor. Más tarde ella se volvería la Diosa que proveía de alimento, prosperidad y sabiduría a los fieles pobladores. Eran épocas de gozo, libertad y bondad. La tierra siempre se caracterizó por su incondicional amabilidad, con todos los seres por igual. 

Si bien esta isla no se menciona dentro del enorme legado de la antigua Grecia, he aquí el motivo por el que muy pocos la conocen: Madre Luna, al observar como la irá y la ambición se apoderaba de tierras como la Atlántida, pidió a Zeús ocultar a sus hijos para mantenerlos protegidos y evitarles un final tan triste como el de los atlantes. Zeús concedió el favor a cambio de que aquellos hijos de sus tierras honraran a todos y cada uno de sus hermanos dioses, semidioses y demás. 

Según sus múltiples leyendas, la Luna, con la intención de preservar a su pueblo puro, baja cada siglo en forma humana para buscar a aquel que será elegido para proteger y cuidar a la siguiente Luna. Al obtener los conocimientos y experiencia necesarios será llamada por su Madre Luna para tomar el control y cuidar de la raza humana que, durante siglos, ha sido protegida y vigilada por la imponente Diosa, como pago al dios Zeús. 

 Esta tierra existió y existe solo para aquellos cuyo destino corresponda a ella.   

Una cosa debes saber, si estás leyendo esto, mantenlo como secreto pues es tu deber.


N.A. Todo lo presentado anteriormente es salido de mi cabeza. Tal leyenda no existe.

𝑇ℎ𝑒 𝑀𝑜𝑜𝑛'𝑠 𝐷𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora