Capítulo cinco

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- Se ve agradable.

- Lo es. – entramos a la casa con rumbo directo a la cocina. Un increíble aroma inunda el lugar y me gruñe el estómago.

- Alguien tiene hambre...

- Con la delicia que tienes ahí, ¿quién no? – me acerco a ver lo que ha preparado – Oh, cielos, es el cielo. ¿Es que acaso he muerto?

Una deliciosa paella es lo que ha cocinado y lo agradezco infinitamente.

- No, no has muerto. – me mira serio, apenas me doy cuenta de lo que he dicho.

- Papá... lo siento. No quería...

- Olvídalo, creo que el día de hoy soy demasiado sensible. – se talla los ojos y me abraza – Es solo que estuviste tan cerca de irte...

- Pero me quedé. Y aunque me hubiera ido habría permanecido a tu lado. Como la versión mejorada de Casper. – lo tomo de las mejillas y clavo mi mirada en la suya – He mantenido mi salud perfectamente, no hay nada de qué preocuparnos, ¿está bien?

- Si, tienes razón. Lo siento, es solo que... hoy tuve un sueño con tu madre. Ella volvía y...

- ¿Volvía?

- Sí, la veía de nuevo y se quedaba con nosotros para siempre.

*

El primer mes pasó con lentitud, todo estaba lleno de calma y una felicidad imperturbable. En el segundo fui atacada por los exámenes y sobreviví a ellos con las notas esperadas. El tercero estuve rodeada de tareas, vueltas por la ciudad con Clío y mi padre estaba estupendo, tenía una energía nueva. Pero es empezando el cuarto mes cuándo las cosas toman un giro diferente.

- Anda, Temis, ven a casa. – suplica Clío del otro lado de la línea.

- No lo sé... no quiero dejar a mi padre.

- Él estará bien si te vas una noche. Además, soy una menor de edad que está solita e indefensa en su casa, ¿no crees que necesito compañía? – me río con su tono de voz infantil.

- ¿Y dos menores es más seguro?

- ¡Sólo estás a cinco minutos de casa! Si te aburres de mí puedes volver con Charlie en tiempo récord. ¡Por favooooooor! – puedo verla haciendo pucheros y poniendo sus ojos tan adorables de gatito indefenso.

- Le diré a mi padre, pero no te aseguro nada.

- ¡Ponlo en el teléfono!

Salgo de mi habitación con el teléfono en la mano y busco a mi padre en su habitación, pero no lo encuentro. Grito por él y recibo su respuesta desde el techo de la casa. Me asomo por la ventana del ático y lo veo ahí, sentado con el telescopio esperando por la aparición de la luna. Me acercó a la escalera del balcón y subo despacio y papá me recibe.

- De haber sabido que estabas ocupado ni te habría hablado.

- Está bien, ¿qué cosa necesitas?

- Clío quiere que pase la noche con ella. ¿Podría ir a acompañarla?

- Es una buena idea. ¡Será tu primera pijamada! – celebra sacándome de balance, no esperaba esa reacción.

- ¿Es en serio?

- Por supuesto que sí. Ve a preparar tus cosas, te daré el traste con pasta de la que le gusta a Clío para que cenen. ¡Anda! – me hace bajar con él siguiéndome.

Ya abajo me hace ir a mi habitación para prepararme y se va emocionado a la planta baja.

- ¿Escuchaste eso, Clío?

𝑇ℎ𝑒 𝑀𝑜𝑜𝑛'𝑠 𝐷𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora