Epílogo

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N. A. Ahora sí ésta es la última parte de la historia. Espero que les guste.


"Artemis,

Si estás leyendo esto es porqué morí en batalla. Estoy escribiendo esto porqué no quiero haber muerto sin despedirme. Quiero que al menos conozcas mi parte de la historia.

Estoy en mi habitación, sola, ansiosa, no tengo nada de sueño y planeo ir a buscarte para pasar un momento agradable contigo antes del final. Espero que estés despierta.

Si morí es porqué cumplí mi cometido. Te salvé. Y salvamos nuestro hogar.

Desde el inicio me decidí a hacer hasta lo imposible por mantenerte a salvo, no solo por cumplir mi deber. Sé que te he dado esa excusa varias veces, pero no es la verdad. Siempre ha sido por el placer de saber que estás bien. Mi trabajo pasó a segundo plano cuando tu mirada chocó con la mía.

El caso es que... me enamoré de ti. Sin darme cuenta comencé a amar cada pequeño detalle de ti. Me enamoré de tu risa, de tu manera de caminar, de tu obsesión por tener las uñas siempre del mismo largo, de tu adicción a los waffles que cocina tu padre. Me enamoré de tu inteligencia, tu inocencia, tu bondad, de tu encantadora necedad y muy nuevos vómitos verbales.

Eso de los vómitos verbales... procura disminuirlo. No quiero que tengas los mismos problemas que yo por hablar sin pensar dos veces.

Ahora, te contaré algo, aunque no sé si tu madre lo haya hecho para este momento. Ha sido más que obvio que Teia no es mi persona favorita, y quisiera explicarte el por qué. Además de decirte porqué estás últimas veinticuatro horas, posteriores a la visita de mi abuelo, no me desagrada tanto.

Primero, rompí mi amistad con ella después de la muerte de mi padre hace ya muchísimos años, sabes cómo me destrozó eso y que he cargado con la culpa. Con Zeus me enfurecí por no haber cumplido su promesa de proteger a mí padre, y con Teia por no haberme advertido al respecto para siquiera haber intentado evitarlo. Lo supo desde mucho antes y no abrió la boca.

Ayer hizo un intento por enmedar aquello, dijo que me ayudaría a quitarme la culpa, dijo que yo soy tu detonante. Mi muerte lo será. No salvé a mi padre, pero espero que haberte protegido, y a Filikótita, sea suficiente para saldar esa deuda que tengo conmigo misma.

Sí puedes, si ella vive después de la guerra, dile que la he perdonado. Y que lamento haber sido grosera con ella. No es su culpa que su madre decidiera aventurarse con... ¿nuestro tío? Bueno, entiendes lo que digo. Y dile a mi abuelo que lo perdono también. Y que agradezco inmensamente que haya traído a Xhiba para mí.

Es hora de terminar con esto. Quiero verte. Dejaré esta carta lista y te visitaré. Haré mi mejor intento por sincerarme sobre lo que siento. Y si no lo hago justo esta noche espero hacerlo en un futuro cercano. Deseo que no te enteres de ello con esta carta. Quiero que salga de mi boca.

Ahora sí, Temis. El final de esta carta que siento no tiene mucho sentido. No hagas de mi muerte algo difícil para ti, ¿de acuerdo? Qué no sea impedimento para que seas la mejor Madre Luna. Lo harás muy bien, estoy segura de ello.

Con amor,

Clío".

Dejo la carta a mi lado después de haberla leído por enésima vez desde que la encontré en mi habitación después del funeral. Trueno mis dedos de las manos, estiro mi cuello y espalda y suspiro. Después de dos meses como Madre Luna sigo sin acostumbrarme a mi nuevo estilo de vida. He hecho ajustes, y terminé con esa terrible regla que me quería alejar de mis padres; los visito cada que me es posible y les envío cartas. El apoyo de ellos dos me ha hecho bastante más llevadero la muerte de Clío. También me he metido un poco más en la política y me acerqué más a los primeros dioses. Creo que nos llevamos bien.

𝑇ℎ𝑒 𝑀𝑜𝑜𝑛'𝑠 𝐷𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora