- De acuerdo, todos los que se vayan a poner nerviosos deben irse ahora mismo. – Clío pone sus manos en su cintura y mira severamente a nuestros espectadores: mis padres, Atenea y los tres gatos, Dorian, Heros y la única hembra, Uxía.
Mi madre sonríe de lado y le da un leve apretón a mi padre en la rodilla, los gatos me miran reacios a marcharse y Atenea se cruza de brazos, preparándose para el "espectáculo" que Clío y yo hemos estado practicando durante dos semanas cada tarde después de la escuela.
- ¿Estás segura de que van a hacerlo? – pregunta mi padre con gesto preocupado.
- Créeme, Charlie, teniéndome a mí a cargo de su entrenamiento no te debes preocupar.
- Lo sé, lo sé pero, ¿realmente debe aprender a usar espada?
- Bueno, debe saber defenderse si llegado el momento aún no consigue controlar sus poderes.
- ¿Cuáles poderes? – me golpeo la frente de inmediato.
Él no sabe de todo lo demás que puedo hacer, no que hay algo además de la luz lunar.
- Papi, ¿podríamos dejar esa conversación para después? Esta vez estoy segura de que le voy a ganar. – intervengo parándome junto a la rubia, quién me mira con diversión.
- ¿Y por qué tanta seguridad?
- Hicimos una apuesta, y quiero comer ese rico sushi del centro si lo pagas tú.
Doy media vuelta y me devuelvo a mí puesto a la par que ella lo hace.
- ¿Lista?
- Por supuesto, tengo hambre. – respondo con la sonrisa más adorable que puedo.
- Como quieras, Lunita.
Unas risitas del público suenan en el jardín haciendo que Clío frunza el ceño.
- Xifos.
Nuestras espadas aparecen en nuestras manos y adoptamos nuestra posición de inmediato.
- ¿Cuántos puntos?
- ¿Dos de tres?
- ¡Yo los cuento! – giro mi vista a los demás al no reconocer la voz.
Mi padre sigue nervioso, nuestras madres sonríen y Dorian da saltitos en medio de sus dos hermanos, casi caigo de la impresión cuando me percato de lo que sucede.
- ¡Yo los cuento!
El pequeño gatito sigue insistiendo en llamar la atención mientras sus hermanos le miran como si estuviera loco. Heros se aparta lentamente y Uxía se sube en el regazo de Atenea.
- ¿Dorian?
- ¡Ese soy yo! ¡Ese soy yo! – me derrito de ternura cuando avanza hacia mi dando saltos rebosando de alegría.
- ¿Qué haces? Íbamos a iniciar con esto. – reclama Clío.
- ¿Quisieras contar los puntos, pequeño? – le pregunto hincándome frente a él.
- ¡Sí!
- Entonces Dorian contará los puntos. Ve de vuelta con ellos.
- ¿Qué fue eso?
Guiño hacia Clío y asiente lentamente, comprendiendo mi mensaje. Volvemos a la posición y espero a que la rubia dé la señal.
*
Doy un trago más a mi soda haciendo larga la espera de Clío, sé que no quiere interrumpir lo mucho que disfruto mi sushi, así que me tomo mi tiempo para saborear cada bocado y trago.
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𝑇ℎ𝑒 𝑀𝑜𝑜𝑛'𝑠 𝐷𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟
Fantasy¿Qué pasaría por tu mente si de repente alguien llega a decirte que tu madre es la luna? The Moon's Daughter, una historia que cambia de intensidad a cada capítulo y en ocasiones es engañosa. Lo dice su misma autora. Acompaña a Artemis en esta histo...