(Carretera a Veracruz, México)
Después de haber firmado el contrato hace un día, juramos no decir nada a nadie. Tuvimos que renunciar a nuestros trabajos y decirle a nuestros familiares que nos iríamos de vacaciones.
La mayoría de nosotros estaba seguro que había tomado la decisión correcta, a excepción de Cecilia, quién no había hablado desde que nos subimos al camión; el cuál, nos llevaría a Ozuluama, Veracruz. Donde se encontraban las instalaciones para iniciar nuestro tratamiento.
Llevábamos cómo seis horas de camino, habíamos salido de la cuidad desde las ocho de la noche para poder dormir en el trayecto. Iba sentado junto a Mariano, casi a la mitad del camión; Cecilia y Carmen iban justo detrás de nosotros.
No podía dormir, estábamos pasando por un camino lleno de baches y el conductor tenía su música de banda a todo volumen.
También nos acompañaba, el Dr. Suárez, unos cuantos científicos y varios guardaespaldas. "Esto hubiese sido más rápido, si hubiéramos ido en avión", pensé. Pero no querían ningún tipo de registro de nuestra identidad, en ninguna base de datos, por más mínima que sea. Habíamos optado por actuar en completa confidencialidad.
—¿Tampoco puedes dormir We? —me dijo Mariano en voz baja.
—No, el camino está de la chingada —le dije.
—El camino puede que lo tolere, pero esa música "ñera" ya me tiene hasta la madre.
—Lo sé, mínimo que le baje diez rayitas —le dije.
—¿Qué pedo, estás nervioso por esto? —me preguntó.—Sí un poco, ¿tú no?
—No tanto la neta, We vamos a coger un chingo sin preocuparnos por nada y vamos a salir siendo millonarios —me dijo Mariano.
—Pero tú ya eres millonario, diez millones es una salida a las Lomas de Chapultepec para ti.Mariano se rió en voz baja. —No te creas We, el pedo que tuve con mis ex novias me causó un chingo de problemas con mi papá. Ya no me apoya cómo antes. Tengo que ver por mí ahora.
—No sabía eso —le dije.
—Esas son las consecuencias de ser un hijo de puta.Guarde silencio, noté que Mariano tenía puesto esos pants que resaltaban su bultote. Pasamos cerca de una luces que iluminaron el camión y me di cuenta que la tenía parada. Quité mis ojos rápidamente de ahí y vi hacia el frente. "Puta, espero que no se haya dando cuenta", pensé.
—¿Qué pasó We, todo bien? —me preguntó.
—Sí todo bien, me mareé un poco, eso es
todo —le dije.
—Pues hay que tratar de dormir, aún falta un chingo para llegar ha ese pueblo en medio de la nada —dijo Mariano mientras se volteaba de su lado derecho para acomodarse—, buenas noches We.
—Buenas noches —le dije."¿Ahora como chingados le iba hacer? Ver el tamaño de la vergota de Mariano en todo su esplendor me prendió. Pinche camión pendejo, no hay donde me la pueda jalar, ni modo que aquí", pensé. Cerré mis ojos y traté de no pensar en eso.
(Al día siguiente)
Las voces de Cecilia y Carmen me despertaron, el sol estaba saliendo de entre las montañas. Íbamos a una velocidad tranquila, la carretera parecía estar despejada. Me di cuenta que Mariano se había levantado de su lugar y estaba platicando con el Doc, casi junto al chofer.
Presté un poco más de atención a la plática entre Ces y Carmen, quienes estaban un poco entradas.
—¿Es verdad que a ti te gusta el sexo rudo, no Carmela? —le preguntó Cecilia.
—Algo así, no hay mucha gente que le fascine mis ideas —le contestó.
—Pues a mí si no me tratan cómo gargajo pisoteado, no me excito. Creo que vamos a tener muy buenas pláticas de amigas
tú y yo —le dijo Cecilia.—Sí claro, de amigas —le contestó Carmen.
—No me hagas esa cara de decepción Carmela, sabes que a mí me gusta el pito, sí fuera de tu "raza", créeme que ahí estaría haciendo las cosas que platicamos."Esta pinche vieja nunca pierde la oportunidad de calentar a Carmen, un día de estos se le va a cumplir y ¿qué chingados va hacer? Aprender a comer papaya o qué ".
En aquel momento, Mariano y el Doc se acercaron a nosotros para decirnos algo.
—Ya estamos por llegar estimados
pacientes —nos dijo Suárez.
—¿Dónde estamos? No reconozco está parte de Veracruz —preguntó Cecilia.
—Estamos a unos cuántos kilómetros de Ozuluama, Veracruz. Cecilia, si está un poco retirado de la civilización.—Lo suficiente para ponernos en bolsas de basura y enterrarnos seis metros bajo tierra, quiero pensar —dijo Cecilia con sarcasmo.
—Fue un problema construir 90 hectáreas de instalaciones en terreno mexicano cuando países como Estados Unidos y China metieron su cuchara. Querían tener privacidad absoluta, cómo las supuestas instalaciones del área 51 en Nevada, ya vez como son los americanos.
—¡¿90 hectáreas?! ¡Pues qué tanto construyeron! —dijo Cecilia.
—¿Cómo han podido ocultar todo eso del público y de los medios? —le pregunté a Suárez.
—Como dije, nada fácil Sergio, nada fácil. Esas instalaciones están divididas en varias secciones: él área de control, comedores, dormitorios, laboratorios, médica y, por supuesto, el Proyecto Dante.—¿Dante? No es demasiado —dijo Cecilia.
—¿El Proyecto Dante, es en dónde vamos a estar durante un mes? —preguntó Mariano.
—Así es, si el experimento tiene éxito, El Proyecto Dante puede ser utilizado para un sin número de sectores. Piénsenlo, el sector militar, educativo, laboral, médico. Es la nueva era de la medicina.—Ya ven, que les dije, somos ratas —dijo Cecilia.
En ese instante, el camión se detuvo. Los cuatro nos acercamos para ver por la ventana. Nos habíamos detenido frente a una enorme reja que decía: "Peligro, zona restringida, uso de fuerza letal autorizada, no pasar".
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Serotonina
RomanceCuatro pacientes, adictos al sexo, son enviados a unas instalaciones especiales para iniciar un tratamiento. El proyecto no ha sido aprobado por ninguna institución médica o gubernamental; promete dar resultados de por vida. Dejando que los candid...