9. Dante

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(Ozuluama, Veracruz. Proyecto: Dante. Zona Restringida)

Todos nos quedamos cómo imbéciles al ver el letrero de la reja: "Fuerza letal autorizada, qué pedo, creo que ya no hay vuelta de hoja", pensé.

El chofer estaba hablando con unos militares que resguardaban una caseta del tamaño de una mansión. "Al parecer, tienen todas esas noventa hectáreas súper vigiladas, cualquiera que se atreviera a cruzar lo asesinarían al instante.

—Esto está de cola, desearía nunca haber firmado ese contrato —dijo Cecilia.
—Ya no podemos hacer nada, seguro nos disparan si intentamos escapar —le contesté.
QUEEEEPOOOTOOOSSSOOOWE ¿dónde pitos estamos? —dijo Mariano.
—En el culo del diablo mirrey —le dijo Cecilia.

La reja se abrió y el camión comenzó a moverse. Sentí que al cruzarla, yo ya no volvería hacer el mismo.

—Tomen asiento queridos pacientes, son otros diez minutos de la reja a las
instalaciones —dijo Suárez con una súper sonrisa en su rostro y regresando a su lugar.

—¿Crees qué todo saldrá bien Serch? —me preguntó Mariano mientras tomábamos asiento de nuevo.
—Eso espero, no creo que se hayan gastado una cantidad industrial nada más para vernos
coger —le contesté sintiendo una fuerte taquicardia.
—Sí, espero lo mismo We. ¡Espera! ¿Nos van a grabar? —preguntó alarmado.

—No mames Mariano, venía en el contrato. Pero tienen prohibido compartir o divulgar ese contenido. Todo será usado con fines médicos.
¡KEPOTOSO!
Mariano, ¡deja de decir eso o te voy a dar un chingadazo! —le gritó Cecilia.
—We siento que he caído bajo varias veces en mi vida, pero si el fondo tuviera un lugar, sería este... —me dijo Mariano.

El camión se detuvo y la puerta se abrió.

—¡Llegamos mis pacientes! —nos dijo Suárez completamente emocionado y saliendo del camión a toda velocidad.

—Veo que alguien por fin tomó su viagra —dijo Cecilia, burlándose de él.

Ella se levantó y tomó su maleta de la parte superior.

Carmen también se puso de pie y salió en completo silencio.

"Solo la había escuchado hablar una sola vez en todo el puto camino. De repente ya no sé si realmente considerarla una amiga o compañera de terapia", pensé.

Bajamos del camión muy lentamente, al salir, nos topamos con una edificación completamente blanca, como de diez pisos.

Había vehículos médicos y militares por todos lados; incluso un helicóptero aterrizando en un helipuerto.

Varios soldados vigilaban la entrada principal como tiburones, mientras otros marchaban de un lado a otro.

Las puertas de la entrada eran de cristal y me di cuenta que tenía grabado el nombre: "Dante", al igual que las banderas de México, Estados Unidos y China. Parecía la entrada al Pentágono y no el tipo de instalaciones dónde se tratan adicciones.

—¿En qué putas madres nos hemos
metido? —dijo Cecilia.
—No quiero ser pesimista We, pero creo que es la última vez que veremos la luz del sol —dijo Mariano.
—Parece ser el fin del mundo, pero estoy convencido que vamos a salir
bien de ésta  —les dije nervioso.
—Es perfecta —dijo Carmen.

Los tres volteamos a verla con escepticismo.

—¿Perfecta? ¿Está tumba blanca te parece perfecta Carmela? —le dijo Cecilia.
—La construcción no, lo que significa —le contestó Carmen.
—¿Qué significa para ti? —le pregunté.
—El Infierno, por algo le pusieron El Proyecto
Dante —dijo Carmen.

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