Capítulo 40

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*NOTA: ANTES DE COMENZAR A LEER QUIERO ACLARAR QUE EN ESTE CAPITULO HAY ALTO CONTENIDO PARA MAYORES DE 18, SI SON SENSIBLES ABSTENGANSE DE LEERLO PARA EVITAR PROBLEMAS.

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—Bueno, un "para siempre" a tu lado suena bien.

¿Escuche bien? ¿Ella en realidad quiere un para siempre junto a mi? Estoy tan sorprendido y tan feliz por sus palabras. Tanto que no me dí cuenta de que ella se había acercado más a mi, hasta que sentí que pegó sus labios a los mios.

Pose mis brazos en sus caderas para acercarla más a mi y ella me rodeó con los suyos por el cuello. ¡Me encanta cuando toma la iniciativa!

Subió el ritmo del beso. Pasó de ser dulce y tranquilo a ser uno cargado de pasión. Pego sus caderas a las mías y sentí la excitación en mis partes bajas.

—Espera, Rukia.— dije separandola de mi. No quiero que piense que la he traído aquí para eso —No es necesario que lo hagamos hoy. No te he traído para eso.

—Amm... Ehh, si comprendo.— ella luce avergonzada y decepcionada —Umm, pizza, ¡Que rico!— exclamó dirigiendose hacia el mueble donde estaba la pizza.

—Rukia...

—No Ichigo, no digas nada. Lo comprendo.— dijo con algo de molestia en su voz. ¡Oh no! Ella cree que la he rechazado.

Me vuelvo a acercar a ella y la abrazo besando su coronilla, pero no responde a mi gesto.

—Escucha, Rukia. No tienes idea de las tantas duchas con agua fría que he tenido que tomar por tu culpa.— ella se libera de mis brazos y me mira directamente esperando a que continúe —Quiero estar contigo tanto o más que tú, pero no quiero que te sientas obligada a hacer algo que tú no quieras.

—Es que yo no quiero hacer "algo"... Yo quiero hacer el amor contigo.

Sus palabras son tan sinceras que por un momento me sorprende.

Ella se vuelve a acercar a mi y me besa. Me besa con tal pasión que ya no me hace dudar de que quiere esto tanto como yo.  Vuelve a pegar sus caderas con las mías y eso fue todo para mi.

Lentamente fui bajando una de mis manos por su pierna, acariciandola de arriba a abajo, soltó un gemido haciendo que mi instinto se despertara. La tomé de ambas piernas para sentarla en la mesita no importando que la lampara se cayera, ya la pagaría después. Tomé el borde de su vestido y lo subí hasta sus caderas y nuevamente mis manos descendieron por sus piernas, esta vez acariciando la cara interna de sus muslos haciéndola jadear.

Acarició mi espalda con sus suaves manos haciendo que mi excitación se elevara. Deje de besar sus labios y comenzé a besar su cuello, hecho la cabeza hacia atrás dandome un mejor acceso.

—Espera, Ichigo.— dijo jadeando. ¡Maldición! No ahora por favor —Necesitamos más espacio.

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Con cuidado deposite a Rukia en la cama para después echarme encima de ella soportando mi peso en mis brazos. Volví a atacar sus labios y ella dirigió sus temblorosas manos hacia mi camisa y comenzó a desabotonarla. Yo dirigí las mías hasta sus piernas.

—Ichigo.— gimió cuando una de mis manos acarició su intimidad por encima de su braga.

Cuando ella quitó mi camisa me separé ligeramente para poder quitar su vestido. ¡Joder no llevaba sujetador!.

Llevo una mis manos hacia su seno izquierdo apretandolo ligeramente haciendo que un sonoro gemido saliera de su boca. Con mi pulgar comencé a acariciar su pezón haciendo que arquera la espalda. Sin controlar mis instintos, acerque mi boca a su otro seno mientras mi mano continuaba con su tarea. Lamí alrededor de su pezón el cual ya estaba duró por la excitación. Solté su otro seno para dirigir mi mano nuevamente a su intimidad,  acariciando por encima de la braga, ella solo se limitaba a jadear mientras con sus manos jugaba con mi cabello.

Con cuidado retire su braguita azul dejándola completamente desnuda. Me separe de ella para poder apreciarla mejor.

—Eres hermosa.— le dije mientras ella intentaba mantener sus manos alejadas de sus partes, estaba tan sonrojada que me hizo desearla aún más de lo que ya lo estaba haciendo

Rápidamente me deshice de mi pantalón y del boxer que traía bajo la atenta mirada de ella. Al menos logré distraerla. Dirigió su vista hacia mi miembro el cual ya estaba erecto y listo para estar dentro de ella.

Me acerque lentamente para besarla nuevamente mientras mis manos acariciaban su cabello.

—¿Estas segura de esto?— pregunte nuevamente deseando que ella dijera que sí, pues así como estoy no me sería facil bajar la excitación.

—Sí, Ichigo. Estoy segura— respondió ella en un susurro pero con seguridad. Le sonreí en respuesta.

Volví a besarla mientras una de mis manos se dirigió nuevamente a su intimidad. Estaba tan húmeda y lista para mi, y solo para mi. Deje de acariciarla para tomar mi miembro y dirigirlo hacia su entrada.

—Escucha amor, esto va a doler al principio, pero te prometo que estarás bien.

Ella solo asintio con la cabeza.

Lentamente comencé a entrar en ella sintiendo como desgarraba su virginidad. Soltó un gemido de dolor.

—No te detengas Ichigo.— susurró cuando vio que no me moví.

Haciendole caso, comencé a moverme lentamente para no causarle más daño. Estaba tan estrecha pero se sentía tan bien estar dentro de ella, quién también comenzó a mover sus caderas invitandome a que subiera el ritmo... Y así lo hice. Moví mis caderas en un vaivén haciendo que los gemidos de Rukia fueran más fuertes.

—¡Ichigo!.— gritó ella mientras los espasmos de suborgasmo llegaban. Yo estaba a punto de llegar también. Salí de ella solo para volver a embestir, ahora más fuerte. Solo hicieron falta unos pocos movimientos más antes de llegar a mi liberación.

Salí de ella y me acoste a su lado abrazandola. Recargó su cabeza en mi pecho mientras trataba de regular su respiración mientras yo nos tapaba con una sabana.

—Te amo.— dijo antes de quedarse dormida.

—Yo también te amo, Rukia.— dije besando su cabeza.

Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora