Capítulo 44

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ICHIGO

—No me importa papá, yo la amo, no quiero perderla, ni rendirme, ¿Sabes? Yo por ella voy a luchar con todo — salgo con dirección a las escaleras, espero alcanzar aún a Rukia.

—¿Seguro Ichigo? ¿Quieres hacerle daño a ella?— Me detengo en seco.

—Yo jamás le haría daño.

—¿No? ¿Entonces qué crees que vas a provocar si sigues con esto?, ya viste a Byakuya. Por favor hijo, no hagas esto más grande, te lo ruego, si vas por ella y entonces ella tendrá que escoger entre su padre y tú. ¿Entiendes la magnitud de eso, Ichigo?, ¡Su padre y tú! ¿En serio la harás escoger? Piénsalo, a veces los actos más grandes de amor ocurren cuando tienes que saber dejar ir a la persona que amas por su propio bien.

No volteo, pero sé que mi papá no piensa decir más. No es necesario que lo haga, ya ha dicho lo que tenía que decir y sabe lo que ha provocado en mí. Porque yo no quiero hacer elegir a Rukia entre su padre o yo, jamás podría. Yo sólo quiero que esto se aclaré, buscar una solución que no implique separarnos, en el fondo esa es mi mayor preocupación y quizá por lo que estoy dispuesto a todo, no quiero perderla.

Comienzo a bajar las escaleras, todo es tan festivo alrededor, es como si fuese un cosmos completamente distinto dentro de este edificio. Me detengo cuando los veo. Rukia está frente a su papá y tiene esos ojos que uno desearía jamás ver en ella, unos ojos que te dicen más que cualquier cosa horrible que pudiesen pronunciar sus labios, son ojos llenos de frustración, resentimiento y decepción. Lo que me hace sentir como un tonto es que esta dedicando esa mirada a su padre. Esto no está bien, no puede estarlo. Si ella llega a odiar a su padre por mi culpa es algo que jamás podría perdonarme. Byakuya le grita, no sé si Rukia lo percibe, pero él luce triste, no está furioso, está triste.

El amor que yo siento por ella quizá no se compare con el que probablemente le tiene su padre, ella es su hija, la hija que tuvo con el amor de su vida, Rukia es todo lo que le queda desde que ella murió, dicen que el daño más grande que nos pueden causar no vendrá de nuestros enemigos, si no de aquellos que amamos porque son quienes nos pueden causar el dolor más profundo de todos. Hoy hemos hecho daño a nuestros padres, pudimos haber visto venir la situación, pero no cómo se sentiría.

Al ver la cara de tristeza de Byakuya, toda la determinación con la que hace un momento le hable a mi padre se fue al demonio. ¿Cómo diablos iba a hacer elegir a Rukia entre su papá y yo?. No, yo no podría.

Byakuya se dio cuenta de mi presencia y le exigió que se subiera a su auto. Ella se dio cuenta de la mirada de su papá y entonces me miró y corrió hacia mi. Me abrazó mientras lloraba y me pedía que nos fuéramos juntos. Entonces mire a su padre y vi sus ojos llenos de dolor..

—Lo siento Rukia, pero esta vez haremos lo correcto.

Me dolió tener que decirle esas palabras y dejarla ahí, pero me dolería mas hacerla sufrir. Mi padre tenia razón cuando minutos antes me había dicho que yo no podía hacerla elegir entre su Byakuya y yo. ¡Por Dios! Él era su padre y si yo tan siquiera considerara la idea de alejarlo de el la haría sufrir, y yo no quiero eso.

Rápidamente subí a mi camioneta mientras en mi interior me desmoronaba y solo quería salir corriendo con ella. Perdóname Rukia. Solo espero que puedas comprenderlo.

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RUKIA

Después de que Ichigo se fuera y me dejara ahí sola, subí sin protestar al auto de mi papá.

Cuando llegamos a la casa no dije nada y me dirigí a mi habitación para darme una ducha y tratar de calmar mis emociones. Estoy enojada, triste y decepcionada de mi papá y de Ichigo. Creí que él también quería estar conmigo, pero parece que no. Salgo de la ducha envuelta en la toalla, me pongo mi pijama y me acuesto en la cama tratando de no pensar en nada.

Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora