Capítulo 28

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La lluvia cae y golpea la ventana mientras yo la observo de pie detrás de ella mientras espero a que Ichigo regrese.

Ichigo acompaño a Orihime a su casa, la hemos convencido de que no la odiamos pero aún falta convencernos a nosotros.

Ella solo intentaba defendernos del idiota de Renji, no era como que supiera que él la estaría grabando. Es por eso que estoy segura de que no la odiamos.

¿Por qué los problemas no nos dan descanso? Esa es la pregunta que me ha estado rondando, sin embargo a pesar de eso no me siento triste, al contrario, tengo la firme convicción de afrontar esto y luchar por Ichigo.

—¿Cómo te encuentras?— pregunta Ichigo una vez que regresó.

No le respondo. En su lugar giro para verlo mejor y lo encuentro parado en el umbral de la puerta. Se acerca a la cama de su habitación y yo hago lo mismo.

Extiende lo brazos y me acurruco entre ellos, su calidez me reconforta. Levanto la mirada y recargo mi barbilla en su pecho, el se acerca lentamente a mi boca y yo sonrió en espera de que sus labios hagan contacto con los mios.

Me da un tirón en el estomago cuando su boca finalmente besa la más y una corriente eléctrica me recorre el cuerpo.

Mi mente sólo puede pensar "Maldita sea, este hombre es mío y no voy a dejar que nadie me lo quite."

Al separar nuestros labios él me sonríe y acaricia mi mejilla con ternura.

—¿Qué vamos a hacer?— pregunto mientras deslizo mis manos por sus brazos para poder entrelazar nuestros dedos.

—Ser felices.— dice y yo le reprendo con la mirada —Bien, si te refieres al asunto del chango ese... ¿Qué tan letal es el arsénico?

—Ichigo, estoy hablando enserio.

—Bueno, quizá deba empezar por buscar un nuevo trabajo.

—Y yo otro colegio.

Y es en ese momento donde la realidad nos golpea. Los dos seguimos abrazados intentando encontrar una solución a esto, aunque esta vez parece más difícil.

"Que sea difícil no lo hace imposible" Recuerdo las palabras que una vez Uryu me dijo.

De repente una idea me salta en la mente. Uryu, claro, ¿Por qué no lo pensé antes?

—¡Eso es, lo tengo Ichigo!.— grito emocionada causando que él de un brinco —Lo siento, no quería asustarte.— me disculpo.

—¿Qué pasa?— pregunta.

—Ya sé como solucionaremos esto.

—¿Cómo?— pregunta emocionado.

—Uryu.

—¿Uryu? ¿Mi hermano?

—Sí— respondo y rápidamente me levanto de la cama —Voy a llamarle.

—¿Quieres su número?

—No, gracias, ya lo tengo.— menciono mientras tomo mi celular y lo busco en mis contactos.

—¿Como es que tienes el número de mi hermano?— pregunta y noto un poco de celos en su tono, eso me causa gracia.

—Creí que ya habías superado la etapa de celos hacia tú hermano. Tú ya sabes quien es mi Kurosaki favorito— le guiño un ojo y él sonríe —Ahora guarda silencio que estoy llamando.

—¡Kuchiki!.— saluda una agradable voz del otro lado.

—¡Kurosaki!— digo en el mismo tono que él.

Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora