En la siguiente hora llegaron algunas personas más. Yanet me presentó a Kristal, su mejor amiga del Internado, y a Bárbara, su prima de 14 años a la cual estaba muy unida. Se parecían físicamente, sus ojos tenían la misma forma almendrada y su pelo y tez eran muy similares.
-Tenía ganas de conocerte, mi prima me ha hablado de ti-. Me sonrió tendiéndome la mano. Para mi sorpresa, en vez de en inglés me habló en español-. Llámame Barbie.
-Oh, qué mona. Encantada, soy Elenna.
-Vas dos cursos más por delante de mí, ¿no? Y también eras española, ¿verdad?
Con aquél maquillaje y vestido de terciopelo parecía mucho mayor de lo que era, incluso más que yo.
-Sí.
-Creo que vamos a ballet juntas. Te apuntaste el otro día, ¿cierto?
-Sí. ¿estás apuntada? No me fijé mucho en la gente que había.
-Sí, no te saludé porque no estaba segura de si eras tú la amiga de mi prima. ¡Vayamos juntas si quieres!
Estábamos sentadas a los pies de la cama de matrimonio. Encendimos una cachimba, sacamos unas cervezas y nos pusimos a hablar de la vida.
-La gente de mi clase es tan aburrida. Ninguno hace estas cosas- gesticuló refiriéndose a la fiesta.
-En la nuestra es un poco igual, tampoco creas- comentó Kristal. Llevaba dos coletas bajas, su piel era muy pálida y tenía pecas muy oscuras. Lucía un top de lentejuelas y unos impresionantes tacones de aguja-. La mayoría de la gente se dedica a ser una snob: juegan al golf y al criquet, están todo el día tomando el sol en la terraza y los findes van a beber champán a las seis de la tarde a clubes pijos- dijo mientras se fumaba un cigarro con pipeta.
-El problema lo tiene este sitio, atrae a ese tipo de gente. Menos mal que nos hemos sabido encontrar- comentó Nerea.
-Sí. Y también una suerte tener a gente como X- dijo Yanet liándose un porro.
Tuve un impulso de pedirle, pero rápidamente recordé cómo había acabado la última vez, y el mero hecho de oler la marihuana me puso nerviosa. En su defecto, darle a la cerveza toda la noche se había vuelto una atractiva opción.
-Uf, X- dijo Barbie llevándose una mano al pecho-. Cómo me lo follaba.
-¿Le conoces?- pregunté extrañada. Se suponía que su identidad era anónima.
-No, pero seguro que está muy bueno. Con ese carisma, inconformismo y revelión... Y con los huevos que tiene para hacer todo lo que hace, seguro folla que te cagas.
Las chicas rieron.
-Ojalá poderle dar las gracias en persona.
Kristal me explicó la historia de cómo tres chicas de clase empezaron a acosarla y la directiva no hacía nada. Un día apareció una carta en su cuarto que había sido deslizada por debajo de la puerta, cuyo remitente era X. En ella explicaba que no la volverían a molestar más.
-Nunca supo nadie qué les hizo, pero tampoco es la primera vez que hace esto con losnque bullying.
-Y con los chicos que acosan... ya ni te cuento- murmuró Delila.
-¿Qué les hace a ellos?- pregunté, curiosa. X era un personaje que me llamaba mucho la atención. Me habían contado historias increíbles, era admirable. Ojalá poder llegar a conerlo en persona.
-Bueno, sólo son rumores pero...-comenzó Delila a explicar. Yanet prendió el peta y se lo paso a su prima-. Hace cinco años en los vestuarios del gimnasio antiguo dos chicos violaron a una chica perteneciente a tres cursos más altos que el nuestro. Ella tenía catorce años y los otros dos diecisiete. Como eran menores de edad y sus padres manejaban pasta, su única pena fue ir a un reformatorio hasta que cumplieran la mayoría de edad. Pero es que sólo iban a durar cinco meses hasta que cumplieron los dieciocho, te quiero decir... No iban a hacer nada.
-Cuatro días más tarde de la sentencia, cuando ellos vinieron al Internado a recoger sus cosas para irse, desaparecieron. A la mañana siguiente sus cuerpos fueron encontrados en los vestuarios del gimnasio antiguo, con sus partes arrancadas y su orto destrozado- terminó Yanet de explicar.
-Pero, ¡qué horror!
Vale, quizás aquel personaje ya no molara tanto.
-Ya ves, yo sólo tenía once años, acababa de entrar aquí y mis padres ya querían sacarme- continuó Delila-. Desde entonces ese gimnasio está abandonado. Algunas veces alumnos y extranjeros se han colado para hacer ouijas.
-Es que, más allá de matarlos... ¿Cómo alguien es capaz de torturar a otros? Hay que tener la sangre muy fría.
-Bueno, los detalles sobre sus muertes no están claros, ningún policía, profesor ni persona oficial dijo qué les ocurrió. Son rumores que se han transmitido de alumnos a alumnos- añadió Kristal mientras exhalaba el humo de su cigarro y se rascaba la frente.
-¿Y es seguro que fue X?
-Lo más curioso es que en vez de una, aparecieron tres como firma. Pocas veces más se ha firmado con tres x, y eso hizo pensar que sean varias personas en vez de una.
-Pero, por años y edades cronológicas, a no ser que haya repetido varias veces, debería de haberse graduado ya.
-¡Exacto! Eso hace que sea un misterio mayor. Nadie sabe cómo va esto, si hay o ha habido varios, si se han ido pasando el puesto... Un total misterio.
Pude charlar un rato con Ethan. Hasta el momento sólo le había visto ir junto a Jota, pero comenzaron a hablar de música en el corro de al lado, oí el nombre de mi grupo favorito de música y él resultó ser fan de Queen. Me metí en la conversación y le empecé a dar la brasa con mis ídolos.
Para mi sorpresa Megan casi no me incordió. Se llevaba mal con el grupo de los Diamond, así que cuando yo me metí en su espacio se limitó a relacionarse con sus dos amigas.
Ricardo también se me presentó. Tenía el pelo por debajo de las orejas, tenía una tupida barba y tocaba la guitarra eléctrica. Había fundado una banda de rock que tenía bastante fama en el internado, al parecer.
Me levanté para ir al baño, las cervezas me habían surtido efecto. En media hora me había bebido tres, y la verdad es que también estaba comenzando a subirme la cosa. Al abrir la puerta para salir, Monica estaba delante de mí.
-Oye, Elenna-. Se me acercó y bajó la voz. A diferencia de su amiga, era una chica que me daba bastante miedo. Su altura y determinación imponían, y sus cejas constantemente fruncidas hacían que pareciera que estaba constantemente enfadada con el mundo. Tenía miedo de lo que tuviera que decirme-. No hemos hablado mucho, pero...- hizo una pausa, intentando buscar las palabras. Se me hicieron eternos esos segundos de intriga- no tuve la oportunidad de darte las gracias. Por lo del baile, ya sabes.
-Ah, ¿sólo eso?
Realmente me había rayado, pensaba que me iba a amenazar o insultarme como hizo la primera vez que interaccionamos.
Los ojos se le abrieron como platos.
-¡¿Cómo que sólo eso?! Pero si te estoy dando las gracias.
-Ya, no sé, pensaba que me dirías algo más... No te preocupes, no fue nada.
Resopló, desilusionada y avergonzada ante mi reacción. Parecía que esperaba que le diera las gracias por su agradecimiento o algo.
-Tampoco le digas a nadie que te he dicho esto, ¿vale?- entró en el baño como si realmente hubiera estuviera esperando y, antes de cerrar, añadió-: Por cierto, Ricardo es mío. Si quieres follarte a alguien, que no sea a él. ¿De acuerdo?
-Tampoco estaba interesada en na...
Y me cerró la puerta en la cara.
Menuda puta loca.
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Internados: Rompiendo las normas
RomansaEl Internado Rowhamsphire es reconocido por su gran disciplina, resultados académicos y capacidad para corregir conductas irresponsables. Consta de tres sencillas normas inquebrantables que deberán ser acatadas bajo cualquier circunstancia: 1.- Se...