Regreso a ti [Sasuhina]

2. Perdón.

Capítulo 2

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Perdón

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—¿E-eso c-crees?—formuló ella un tanto desconcertada, tras percatarse de la situación en la que se encontraba.

—Sí, aún no sé si he vuelto oficialmente. Dentro de unas horas Tsunade me dirá si se me permite volver o no a la aldea. Ya sabes que soy un ninja renegado y puede que no me quieran aquí.

—Ah...

Se quedaron mirando el uno al otro por segundos hasta que ella bajó la vista. Hinata, que se encontraba ya sentada llevó las rodillas hacia su pecho y, rodeando las piernas con sus brazos, ocultó su cara, con su frente tocándolas.

—Es extraño. Eso es lo que piensas, ¿no?—dijo Sasuke mientras la miraba.

—S-sí, muy extraño. T-todos estos años...

—Lo sé. Y lo lamento.

Ella, sorprendida, levantó su cabeza.

Mientras lo observaba se dio cuenta de todo lo que había cambiado, ya no era el mismo de antes de irse, y muchos menos el de hace trece años atrás...

—Ha-has cambiado, Sasuke—dijo al fin—V-vaya, q-qué e-extraño...

—Fue mi culpa... Hina.

— Ha-hace tiempo que no me llamas así. La v-verdad que no recuerdo c-cuando fue la última vez.

—Hace bastante—contestó él, a la vez que realizaba un suspiro— Lo siento, fui un idiota, no debí decirte todas esas cosas...

—E-está bien—lo interrumpió ella—eso ya quedó en el p-pasado.

No contestó, si él hubiera estado en su lugar, no lo habría dejado en el pasado. Pero él no era ella.

Se quedaron en silencio varios minutos mientras contemplaban el cielo. No les incomodaba ya que de niños hacían lo mismo, cosa que les encantaba.

—Tú también has cambiado bastante—la voz de Sasuke rompió la calma del lugar—¿Recuerdas el día en el que nos conocimos?

—Sí, f-fue aquí mismo. Y-yo me encontraba con mi madre, e-ella —prosiguió con tristeza—estaba embarazada de Hanabi. E-esa tarde yo estaba recostada mientras ella me contaba un cuento.

—Sí, y mi madre y yo nos acercamos a ustedes. Nos presentamos y cuando tú hablaste...

—T-tartamudeé mi nombre—interrumpió.

—Pero ya sabrías más adelante que me gustaría tu tartamudeo. Lástima que después lo hacías con menos frecuencia.

—P-porque eras mi amigo, te conocía. Confiaba en ti.

—¿Te acuerdas lo que sucedió después?—él ya no miraba al cielo, sino a ella.

-C-comimos juntos. Nuestras madres hablaban y tú y yo fuimos a jugar...

—A partir de ese día fuiste mi única amiga.

—Y-y tú el mío...

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—Sasuke y yo veníamos de picnic, queríamos distraernos un poco—comentó Mikoto.

—Si quieren siéntense con nosotras— le decía la señora con ojos iguales a los de su hija, mientras le acariciaba sus cortos cabellos azulados.