Cubo de agua helada.

125 13 0
                                    

¿Dylan O'Brien? Realmente, era lo peor que me podía pasar hoy. Voy a proponerme no ver tanto Teen Wolf, acabaré en un manicomio o algo. Me juro a mí misma no contarle a nadie lo que vea en este extraño camino a casa y voy donde él.

-Hola Ginebra, te estaba esperando.- dice él. Ay, que hombre.- No te asustes, tengo de real lo que tú tienes de morena o rubia.

-¿Qué estas diciendo?

-No me creo que no te hayas dado cuenta, ¿tú crees que hubiera venido hasta aquí para hablar contigo?.- Realmente parece un poco hipócrita.

-Explícate.

-¡Esto es un sueño!.- Cuando me dice eso sinceramente me alegra el día, ¡No estoy loca!

-¿Y desde cuando estoy durmiendo?

-Ah, pregúntaselo a ellos.

Me doy la vuelta y encuentro a gente encapuchada.

-¿Por qué no se seca el mar?

-¿Perdona?

-Por qué no se seca el mar.- Insiste el encapuchado.

-Pues con eso del calentamiento global y la subida de...

-¿¡POR QUÉ!?

Y me despierto.

Cuando abro los ojos tengo unas maravillosas vistas a la coronilla de alguien y noto que me estan llevando a caballito.

-Bájame.- Ordeno.

-¿Estás segura de que puedes andar tú sola?.- Dice Matt preocupado

-Bueno, gracias a Dios no soy paralítica asique, ¿tú qué crees?

-Te desmayaste cuando te dijimos que nos ibamos a Venecia.- Explica la señora Señas. Genial, no solo me he desmayado si no todo lo que he "vivido" desde la fabulosa noticia hasta ahora fue un sueño. Atletismo, creía que no me ibas a fallar.

-¿Y os ibais en...?.- Pregunto, igual también soñé eso.

-Mañana.- Dice Matt. Ah, perfecto, estoy lunática perdida.

-¿Pero no era en dos semanas?

-Era así hasta hace media hora. Nos llamaron del hostipal con los últimos análisis. Mi esquizofrenia ha empeorado y requieren un traslado inmediato.

Tras esa desagradable noticia, a la que no se como reaccionar, vamos andando a nuestras casas. Fui todo el camino pellizcándome el brazo para estar segura de que no me daba otro mal, hasta que veo que estoy sangrando y noto un pequeño dolor punzante. Definitivamente, estoy despierta.

Llegamos a casa y nos espera Rochi, nuestro gato. Le compré hace dos años, ya que me recordó a Buttercup, el gato de Los juegos del hambre. Ceno una lasaña de microondas y me pongo a leer ese mismo libro con Rochi en mis piernas. Ella si que echará de menos a Matt, pero no por él si no por su horrendo periquito, Punchi.

Leo hasta que me entra el sueño.

A la mañana siguiente me despierto así.

-Y AQUÍ TENEMOS A MI PRIMA, VA A SER LA PRIMERA EN HACER EL ICE BUCKET CHALLENGE EN CONTRA DE SU VOLUNTAD Y DORMIDA.

Y me tira el cubo de agua con hielos. Definitivamente, mi familia en tiempos pasados fue la payasa de la aldea.

The long way homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora