Confesiones

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-Mira, lo que tienes que hacer es despejar esto de aquí y luego pasas la raiz cuadrada al otro miembro con una potencia ¿entiendes?

-Te voy a decir que sí porque me has repetido lo mismo cuatro veces y sigo sin entenderlo.

-¿No te explicaron esto hace tres cursos?

-No todos tenemos unas capacidades inhumanas para entender esto...

Scott y yo nos encontrábamos en la biblioteca. Un lugar bastante acogedor para que algunos nunca hayan entrado en él. Los estantes estan perfectamente alineados y divididos según las materias, el curso y el tema en concreto. Al fondo de la inmensa sala hay una escalera de caracol que te lleva hasta una sala, desde donde se puede ver toda la biblioteca, que se encuentran los ordenadores y fotocopiadoras para realizar los trabajos o para entrar en redes sociales o youtube si eres muy listo y no te pillan. La luz entra sin miedo através de las grandes ventanas a los lados de la sala.

Scott y yo llevábamos una hora para que nos explicaramos entre los dos nuestros puntos flojos. Yo a él dibujo técnico y él a mí física y química.

-A ver, intenta hacer el ejercicio 2.34 y yo repito otra vez este.

-Vale, pero voy a buscar folios el mío ya dio todo lo que pudo.-Dice él mientras se levanta.

-Traeme otro, por favor.- Asiente y se va.

Estaba echando un vistazo al ejercicio para intentar entenderlo. Le lei una vez. Y otra. Y otra. Y otra, pero Scott seguía sin aparecer. Me giro y veo que está mirando sin disimulo alguno a unas chicas sentadas a unas mesas de su posición.

Una de ellas se llama Angelica, está en nuestra clase de biología. Las otras dos las conozco de vista.

No entiendo que le ha llamado a Scott la atención de ellas. Será el cambio de peinado, supongo. Es raro porque las tres tenían el pelo un poco más abajo de los hombros y rubio. Ahora le tienen casi por la mitad de la espalda y pelirrojo.

No sería sincera si no dijera que las queda super mal. Pero bueno ¿quien soy yo para criticar?

Un objeto pequeño y redondo me golpea en la cabeza. Creia que tenía bastante con sufrir los lanzamientos de aviones y bolas de papel en clase.
Ginebra está escrito con una pésima caligrafía y en un post-it pegado sobre la bola de papel.

Miro a mi alrededor pero no veo a nadie que yo me se que tenga esta caligrafía tan reconocible.
Ginebra, se qe Dios, definitivamente se de quien es. ¿Qe? No puede ser he estado mucho tiempo siendo un mal educado con tigo. Por eso te pido que me perdones y para demostrarte todo lo que lo siento, irías a la salida del colegio al árbol? Firmado, el que casi te quema la cocina.

¿Debería ir? Compontarse como un imbécil conmigo durante seis meses no es algo que pueda perdonar en cinco minutos. Al principio estaba enfadada, pero ahora estoy deprimida. Hay una sensación en mi interior que me impide estar así con él y no entiendo el por qué.

Me doy la vuelta y observo que Scott no está.

-¿Dón de se habrá met...- Dejo de hablar cuando unas manos tapan mis ojos.

-El Dios todo poderoso de la física ha regresado con un obsequio para su amada.

-Oh, no tenía porque.- Scott se inclina y se apoya sobre una rodilla.

-Ginebra Diosa toda poderosa de esa asignatura tan incomprendible... ¿Cojería usted este folio? ¿A ser posible rápido? Esta posición me está matando.- Lo cojo y el se levanta y deposita un beso rápido en mi frente.

-Sigamos.

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Me salto la última hora de clase para que todo sea estupendo. Cargo con todo lo necesario para que sea lo más perfecto posible. Tiene que perdonarme pienso no puedo aguantar más con esto. Desde que hace un mes me enteré de la verdad sobre mí mismo, siento como si nada me pudiera parar. He roto el muro que se oponía entre el buen camino y el malo. Dicen que la vida es un largo camino y que a veces tienes que elegir entre dos caminos. Tus elecciones definen quien eres. No había escojido el camino malo porque eso me conduciría a ser quien no quiero ser. A no estar con quien quiero. Asique estuve sentado en la bifurcación, esperando. Hasta ahora.
Hace un mes.

-Jace... ¿podemos hablar?

-Claro, Caroline.

-Mira, no se porque tipo de pelirrojos habrás tomado a esta familia... Pero no somos tontos.

-¿Qué? No, nada más de mi intención.

-¿Entonces? Ginebra está realmente preocupada ¿sabes? Empezaste a odiarla de un día para otro y estás muy desagradable, esto no puede seguir así ¿entiendes?
Ojalá pudiera odiarla, todo sería mucho más fácil Pienso.

-Caroline no es así de sencillo...

-Sí que lo es, si aún estás así con ella con todo el tiempo que ha pasado es que algo ha pasado, o alguien, y no te deja hacer lo que tú quieres. Si piensas que ser de esta forma es la solución te equivocas.

-Supongo que tienes razón...

-Ya lo se, ¿me lo cuentas?

Jace respiró hondo y se lo contó. Que desde que llegó aquí sintió un extraño sentimiento al ver a Ginebra y que todo era estupendo hasta que empezo a salir con Scott y él con Louisa. Sentía celos de Scott y no sentía nada por ella. Louisa notaba algo. Y entonces él experimentó esa historia de la rana y el escorpión. Había una vez que un escorpión necesitaba ayuda para cruzar un río y una rana se acercó y le dijo "¿podría subirme a tu lomo y me cruzas hasta el otro lado?" la rana, dudosa le respondió al escorpión "¿cómo puedo fiarme de que no me picarás?" Y el escorpión le contestó con seguridad "porque si te pico yo también me hundiré" a la rana le pareció lógico y mientras estaban cruzando el río es escorpión la picó y ella le preguntó "¿por qué lo hiciste? Ahora morirás tu también" y el escorpión la respondió "es mi naturaleza". La naturaleza de Louisa era picar, y Jace creyó en ella. -Tengo que decir que esa chica es muy lista. Pero no lo usa para hacer el bien.

-Dímelo a mí.

-¿Y qué es lo que te preocupa de todo el asunto?

-¡Caroline! Ginebra es mi prima.

-Ya, bueno. Hay una cosa que debes saber.

The long way homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora