The long way home

Tarde de domingo

Cuando llego a casa no encuentro nada mejor que tumbarme en el sofá con una manta de los Powers Rangers, gusanitos en mano y ver una típica peli de la 3 en las que se sabe desde el principio si alguien va a morir, quién y cómo. Mi primo... Realmente no me preocupa mucho ya que no parece que con lo tonto que es igual no dejará de comerse los mocos hasta que le empiece a sangrar la nariz.

Decido a eso de las 7 que ya es hora de hacer algo productivo cuando lo veo.

-Vaya, veo que te he subestimado...

-¿De verdad lo habías hecho?.- hace gestos de negación. ¿En serio?

-Bien, ahora que has demostrado que no te podías haber aburrido más en esta hermosa tarde de domingo... puedes deshacer esa... ¿pirámide?.-¿cómo era posible que Jace hubiera hecho una especie de pirámide encima de mi cama con mi silla, alfombra, y demás chismes de mi habitación?

-¿Sabes qué es lo divertido de todo esto?

-No, pero esque tampoco quiero saberlo.

-Que no sé desmontarlo de manera que se te tiren todas eso sin que me pueda destrozar esta hermosa cara con la que Dios me bendició.

-Oh, ¿de verdad?.- Él asiente como un niño pequeño cuando le preguntas si hizo algo malo, mirando al suelo y agitando la cabeza verticalmente mientras pone morritos.- Ah, esa pretendienta se pondrá muy triste si te viera.

-¿Piensas que solo tengo una pretendienta? Sigue viviendo en tu inocencia pequeña. Pero una era la pretendienta que tenía con dos años. Ay, gloriosos años de infancia.

Hice ademán de decir alguna cosa ingeniosa, pero me lo tuve que reservar porque estaban llamando al teléfono. Le hice una seña a Jace como de "recoge todo esto o usaré tu masculinidad para alimentar al gato" lo que se resumió en enseñarle mi hermoso dedo corazón y un gesto con la mano de alejate.

-¿Sí?

-Hija no voy a ir a cenar, coje dinero de la piña y comprar algo. Adiós.

Ahhh lo de la piña, sí. Em bueno, ya, mi madre a veces, ve Sam y Cat. Hay un capítulo en el que guardan el dinero en una piña de plástico y a mi querida madre la pareció una idea tan sumamente buena que removió tierra y aire hasta encontrarla.

Cojo la piña y saco diez euros cuando aparece mi primo y ve la piña.

-¿Qué es eso?

-¿Te apetece cenar algo?

-Vale