The long way home

18

Vale. Ignorar eso de correr para ser libres. Yo no soy libre. Soy una persona poco dotada de habilidades para el deporte.

-Eh... Ofú, Scottt.

-Dime.- Él seguía agarrándome de la mano, iba más bien arrastrándome cual saco de patatas.

-No puedo más.

Nos sentamos en un banco algo apartado. Hablamos de cosas de poca importancia

Venga, ahora.

No, mejor no.

En el siguiente silencio incómodo se lo preguntas.

Necesito de verdad averiguar lo de la foto.

-¿... Tú qué opinas?

-Oh, es amazing.

-No me estabas escuchando ¿verdad? ¿En qué pensabas?

-Yo solo... ¿Me vas ha explicar en algún momento a qué venía lo de ayer?

- ¿Recuerdas que te dije que hay secretos que nos avergüenzan?

- Sí ¿y?

-Pueees... Llevo enamorado de tí desde hace cinco años y bue...- Dejé de escuchar. Ya no me importaba la foto. ¿Cómo puede estar enamorado de mí desde hace cinco años? No tiene ni pies ni cabeza. Me refiero a que ha tenido novias, yo he tenido novios (no muy serios, no muy guapos) y solo nos conocemos desde hace tres años en el instituto.- Y tu casa está ardiendo.

-¡¿Qué?! JACE.

-Por fin volviste a La Tierra ¿qué opinas de todo?

-Que no lo entiendo.- Se me empieza ha quebrar la voz. Voy a llorar.- Esto es una broma de muy mal gusto, me estas mintiendo. A Ginebra Morgan no la pasan estas cosas. Que yo te guste es una maldita mentira.

-¿Por qué piensas eso?

-Cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta.

- Yo no soy cualquiera y si vas con dos dedos de frente por la calle te miran mal.- Le miro con cara de sorpresa- Eh, fue un amigo...

-Scott, soy horri...- Me interrumpe. Siento el calor de sus labios sobre los mios. Exclamo un poco. Me sigue besando dulcemente.

-Nunca digas eso ¿Me oyes? Nunca. Nunca dejes que tus complejos te hagan pensar que no puedes conseguir algo y tomen el control. Nunca pretendas rendirte sin intentar. Nunca digas que lo intentaste si no lo diste todo.

-Eso es fácil decirlo para alguien que es guapo y tiene a medio instituto detrás.

-Sí, pero ninguna eres tú...

Le miro con una media sonrisa.

-Puede que yo perteneciera a ese "medio".

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Ha pasado una semana desde que eso pasó.

Jace sigue estándo raro. Scott y yo... Estamos saliendo(?) No es oficial. Le dije que no quería que se enterara todo el mundo, solo los que él considerada oportunos porque así nadie se mete por en medio.

No es por ser mala pero... No soporto a esa gente que cuando tienes pareja te venga y diga algo malo sobre esa persona, que no pegáis...

Todo transcurre tranquilamente. Scott viene siempre que puede a mi casa ha estudiar y Jace... Se marcha. Aún no se donde pero lo voy averiguar ahora mismo.

-Chicos, me voy.

Scott y yo estamos en el sofá viendo Fast and furious 6.

-Vale.

-Adiós.

Oímos como cierra la puerta. Nos miramos y asentimos.

Scott corre al cuarto de Jace para buscar pistas de donde pudo ir mientras yo me visto.

-¿Has encontrado algo?

-Que va ¿vamos?

-Vamos.

Cerramos la puerta del portal y vemos una cabeza rubia que al final de la cale gira a la izquierda.

Le seguimos trotando, pero Scott es más rápido que yo y me subo a su espalda para que me lleve. Me coje y le doy un beso en la mejilla mientras me río en bajo.

La sonrisa se me quita cuando veo a Louisa comiéndole la boca a Jace.

Me doy la vuelta y abrazo a Scott mientras lloro. Él me aparta de ellos pero sin soltarme.

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Me tumbo en su cama en posición fetal y lloro. Scott se pone a mi lado y me aparta el pelo de la cara.

-De todas las tontas que hay en el mundo,tenía que ser con ella.

-Shhh, está bien Ginebra... Te quiero.

-Scott... Mis problemas no se van a solucionar solo porque me quieras.

Se pone serio y se tumba boca arriba.

-Eso en las pelis siempre funciona y el chico se gana un beso.

Me rio. La verdad esque tiene razón. Así que le doy un beso en la mejilla.

- Vaya, en la vida real también está bien.

-¿Tú lo sabías? Lo de esos dos.

-Que va, la última vez que me entrometí en algo casi acabo muerto.

-Haces bien. ¿Qué debo hacer ahora? No se que decirle a Jace.

-No le digas nada, cuando crea oportuno contártelo lo hará.

-¿Tú crees?

-Si no lo hace le amenazamos con quemarle esos zapatos tan feos.

-Me parece bien.

Ahora los dos sonreimos, aunque yo me sigo sonando los mocos, todo está bien.