Cap 58: No vayas a matarlos.

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- Oye relájate no los mates. ¿Sí? – Pedí a Dominic quien me tenía abrazada en el sillón después del desayuno, hundiendo su nariz en mi cuello y acariciando mi vientre.

- Creo que es lo mejor Lena. No sabemos que quieren hacer aquí o si tienen buenas intenciones. - Suspiré en eso tenía razón.

- Ya los traen para acá, si hay algo que no me gusta les voy a arrancar la cabeza y ya está. – Mencionó. Reí negando.

- Solo quítales el collar para que yo pueda ver sus pensamientos. – Asintió totalmente de acuerdo. Notamos como una camioneta se estacionó afuera la puerta principal de la casa estaba abierta de par en par.

- Quédate aquí. – Negué levantándome inmediatamente. Pero los chicos estaban transformados en lobos y bueno. La situación se tornaría sanguinaria si intentaban hacer algo malo. Me quede arriba de las escaleras tras de Michael, Alex y Jean. Los demás estaban transformados en lobo.

- ¿Quiénes son y qué es lo que quieren? – Dominic habló quitándoles la capucha que les habían puesto los chicos, luego les quitó las mordazas, en realidad no les habían hecho daño, solo estaban sometidos.

- ¿Tú eres una hechicera también? – La chica me preguntó. Negué porque yo no lo era.

- ¿El collar que llevas quien te lo dio? – Quise vomitar y baje a hacerlo en un arbusto, el hedor de esos dos era horrible.

- Creo que nosotros hacemos las preguntas aquí. – Habló Dominic enojado, quería arrancarle la cabeza al chico.

- Quítenle el collar. – Pedí. A Ambos les quitaron los collares que llevaban.

No sé qué hicieron, pero todos se quedaron congelados, cuando intentaron quitárselos. La chica se zafó sin mucho esfuerzo y se acercó a mí. Dominic quería moverse pero no podía al igual que el resto de la manada. Sonrió viéndome queriendo poner una mano en mi mejilla, la aparté de un manotazo viéndola mal. Esta sonrió con sorpresa.

- No sabía que fueras inmune. – Luego el chico se zafó. – ¿Quién te dio esto? – Murmuró viéndome el collar en mi cuello.

- Nadie. –

- Pues ese nadie tenía mucho poder, aunque no le veo rastros de humano. – Sonrió. Enarqué una ceja.

- ¿De humano? –

- Para llegar a tener un amuleto tan poderoso como el que llevas en el cuello debió haber sacrificado mínimo centenares de humanos mientras lo hacía. – Tragué fuerte y negué. – Creo que ya que tú no sabes hacer uso de su poder me lo quedaré. – Intentó quitármelo del cuello, cuando lo tocó chilló de dolor viéndome mal. Cubrí mi vientre asustada.

- Dominic. – Grité su nombre cuando el chico quiso hacer lo mismo. No sé qué sucedió pero Dominic estaba sobre el chico aparatándolo de mí.

- ¿Qué hiciste? – Me vio mal la chica. Mientras los demás se acercaban a sujetarla y someterla otra vez con fuerza.

- Nada. – Conteste agitada, me acerqué a ella y quité los collares en su cuello para leer su mente, tirándolos al suelo. Los collares tenían sacrificios humanos por lo que su olor era espantoso y nauseabundo. Enarqué una ceja.

- ¿Querías aprovecharte de nuestra pequeña manada? – La chica rodó los ojos frustrada. – Quería controlarnos a su antojo como había hecho en generaciones anteriores con otra manada. – Dije viéndola mal. Voltee a ver al chico, ya le habían quitado los collares.

- Quítale ese piercing aún no puedo leer nada de él. – Murmuré. Dominic le arrancó el piercing que llevaba en las orejas como si se tratará de arrancar un par de cabellos. Sus orejas estaban sangrando pero ahora podía ver lo que él pensaba. Lo mire mal.

Dulce Luna Mía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora