Cap 11. No soy tu Luna Christoff Dominic Jakobsson.

58.7K 4.3K 1.3K
                                    

POV. Lena White Jakobsson

Podía sentir la mirada de los demás sobre mí. Yo evite voltear a verlos. Christoff se regresó a la lava vajillas a dejar el resto de sartenes que ocupe para cocinar. Tyler se levantó a dejar su plato también, y a lavarse las manos. De regreso se acercó demasiado a mí y me olfateo, supongo que sin querer. Tomo un mechón de mi cabello.

- Luna. Huele delicioso. - Asentí nerviosa. Voltee a ver a Dominic, quien estaba viéndolo furioso. Lo tomó del cuello.

- No te vuelvas a acercar a ella. - Hablo fuerte y claro como cuando me hizo dormir

- Dominic. Bájalo. - Pedí. Este ni siquiera se inmutó. Me moví de mi asiento. Tocando sus brazos para que se calmara. - Dominic es un niño. - Lo vi mal. - No le hagas daño. - Pedí.

- Estaba por tocarte. - Me miró furioso.

- No me iba a hacer nada, es un niño. - Repetí. – Christoff Dominic. Lo bajas ahora. Pero ya. - Exclame enojada. Este solo bufó. Entraron Michael y Alex a la habitación. Daniel y Nath comían divertidos terminando su desayuno.

- ¿Qué pasó? - Pregunto Michael un poco consternado. Tyler solo observaba el suelo. - ¿Estas bien? - Le pregunto a Tyler, él asintió repetidas veces.

- Pregúntale al mocoso que estuvo por tocar a Luna. -

- Dominic, él aun no puede controlarse. - Lo miro mal Michael.

- ¿No lo vas a bajar Christoff? - Pregunte de brazos cruzados enojada. Suspiré. - Tienes razón yo no sé lidiar con lobos. - Suspiré frustrada caminando afuera. Dominic reacciono, tomé las llaves del auto.

- ¿A dónde vas? - Exclamó viéndome con preocupación.

- A donde sea menos aquí. - Lo mire mal. Algunos habían salido. Otros ya habían empezado a pintar el resto de la mansión que faltaba.

- Oye quédate. Solo me enojé un poco. - Golpee su hombro viéndolo mal.

- Casi matas al chico. - Digo viendo como por detrás Tyler estaba respirando aún con dificultad.

- Tú ya sabías mis defectos. -

- Y te pedí que no me hicieras sentir insegura. - Digo subiendo al auto. Este agacha la cabeza.

- Yo, Lo siento. -

- Solo quiero que te pongas en mi lugar. - Dije tomando su mentón desde el asiento del auto. - Ustedes son malditos Lobos de más de 2 metros. - Lo miro mal. - ¿Crees que yo te voy a poder detener si quieres lastimar a alguien? No imagino que pueda suceder cuando mi hermano venga para llevarme. Yo jamás podría estar con alguien que lastime a mi familia. - Dije sencilla.

- Lo sé, por eso digo que lo siento. Ya baja de esa camioneta. - Casi rogaba.

- ¿Y si no lo hago que? ¿Vas a obligarme? - Digo enojada.

- Esto va a solucionarse. - Dijo intentando alejarse. Encendí el auto y conduje en dirección al mirador. Necesitaba despejarme, noté que dos lobos me seguían. Estacione y me arrepentí inmediatamente, pues no traía la vestimenta adecuada, más que un pantalón de chándal de Dominic y una de sus camisas también, totalmente desaliñada, sí. Pero al fin y al cabo estaba furiosa.

- Sabes que está enojado consigo mismo, ¿Verdad? - Pregunto de repente llegando a mi Michael, sentándose como a tres o cuatro metros de distancia.

- Pues ojala y aprenda de sus errores. - Dije enojada.

- Sabes que no es su culpa. - Dijo Sentándose junto a él Alex.

- No me interesa. - Dije enojada. - Y quiero estar sola.- Pedí.

Dulce Luna Mía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora