El hijo

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24 de diciembre. La guardia es un hervidero, gente por todos lados. En estas fechas queda un plantel mínimo de profesionales porque solo se operan urgencias y las salas están vacías. Nos avisan que llegan dos ambulancias con padre e hijo heridos. La madre venía con el niño, el hombre apenas tenía una quemadura en su mano derecha, estaba mojado y se encontraba alcoholizado.

Cuando vimos bajar al niño el alma se nos cayó al piso, era un pequeño de tres años con el cuerpo carbonizado pero aún con vida. La madre estaba tranquila—inexplicablemente tranquila—. No había forma de salvar a ese niño y sólo pudimos acompañarlo en su agonía. El consuelo—si había alguno—es que cuando mas profunda es la quemadura, destruye las terminaciones nerviosas de manera que ya no hay dolor, pero todos los órganos entran en una falla múltiple sin retorno.

La historia previa al cuadro de horror al que asistimos fue mas indignante:

El padre venía tomando cerveza con vino desde temprano. Tenía al pequeño en brazos y preparaba la parrilla para el asado, cuando no tuvo mejor idea que la arrojar una botella de alcohol para acelerar el encendido; el niño quería ir con la madre pero ella le dijo que estaba ocupada preparando la ensalada. 

Anochecía y el viento soplaba con fuerza, así que al caer el líquido por acción de ese  viento fue directo sobre el nene y la llama tomó todo su cuerpo. El padre no lo protegió, no apagó el fuego; se desprendió rápidamente de su hijo y se tiró a la pileta de natación para apagar su mano que había tomado el fuego. El niño desesperado corría por el patio avivando el fuego, su madre finalmente le tiró una manta encima. 

El pequeño fue a la morgue, la mujer se fue a su casa.

—Tengo otros dos chicos—nos dijo—él ya está muerto.

El padre se quedó dormido hasta que se despejó de su borrachera.

Fue un accidente—concluyó la justicia—así que continuaron su vida como si nada.

A ninguno de los que estábamos allí esa noche nos entraba en la cabeza esa falta de apego a quién deberíamos proteger incluso con nuestras vidas.

Animales humanos...Crónicas de guardia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora