sábado por la mañana. Tres hermanos de 7, 5 y 2 años, ingresan a pediatría. Su condición a primera observación es preocupante; los dos niños mayores, presentan un cuadro de vómitos, diarrea, falta de coordinación y uno de ellos, comienza con convulsiones. El menor, por el contrario, se encuentra en estado letárgico, flácido y sin reacción a estímulos externos.
A primera impresión se piensa en un cuadro de intoxicación o envenenamiento con alguna sustancia. En medio de la atención, ingresan varios niños con síntomas similares. Se despliega entonces un exhaustivo interrogatorio, para encontrar puntos en común, que indicaran el origen de la afección que presentaban los menores.
La conclusión fue asombrosa. Como los pequeños irían a una colonia de vacaciones, donde la condición para ser aceptados era la ausencia de piojos, las madres no tuvieron mejor idea, que colocar a sus hijos la pipeta empleada para los perros ya que tenía un precio inferior al de los productos específicos contra la pediculosis. Como estaban conectadas por cadena de whatsapp, se fueron transmitiendo la idea, a fin de concurrir el lunes con sus hijos, sin el problema de los piojos.
Los niños mayores se recuperaron, luego de unos días de tratamiento, pero el niño de 2 años, quedó con secuelas a nivel renal y hepático, debido a la toxicidad de las drogas presentes en dicha medicación, no apta para consumo humano. En tren de ahorrar, lo barato siempre sale caro.
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Animales humanos...Crónicas de guardia.
Non-FictionAños de experiencia laboral en contacto con un gran abanico de bajezas humanas, muchas veces han conseguido minar mi espíritu. ¿De cuántas cosas podemos ser capaces?: ¡De todo! Estas historias son una recopilación de hechos reales guardados en la me...