La salita

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"La salud es un apostolado", palabras grandilocuentes para definir algo que pocas veces es así.

Este relato se sitúa en una sala de primeros auxilios ubicada en un conocido barrio de emergencia, donde la mayor parte de la población a asistir, está conformada por niños en edad escolar. Al comienzo del año lectivo, parte del plantel de salud, se comunicó con las autoridades escolares, conscientes de las carencias que afectaban a los niños y en un intento por trabajar en conjunto para mejorar la calidad de vida de los menores. Llevados por las docentes a cargo, se turnaba el control de los distintos grados, se cumplía con los controles de peso, talla, calendario de vacunación, se verificaban las deficiencias nutricionales y se entregaba la leche del programa materno infantil, entre otras prestaciones.

El personal se puso de acuerdo en atender durante su horario de guardia, a todo paciente que se presentara; el problema radicó precisamente allí, debido a que los profesionales cumplían el horario de 13 a 19 horas y en el horario contrario de 07 a 13 horas se encontraba el jefe médico de la sala, cuya directiva era que se debían repartir 40 números por día, entre los dos turnos y atender solo a esas personas, que debían hacer cola desde la madrugada para conseguir un lugar. En su horario las cosas se cumplían según su voluntad, contrariamente al turno siguiente. Ante la negativa de los profesionales de dejar de recibir a todos, elevó una nota al secretario de salud de la municipalidad, de la cual dependen las salas y este se encargó de dictar la resolución administrativa que daba de baja a todo ese personal rebelde que no acataba las órdenes del jefe. 

De esta forma el pediatra, ginecólogo, clínico, odontólogo y enfermero fueron automáticamente despedidos, por querer cumplir debidamente con su trabajo. 

El sentimiento de impotencia en estos casos, es superado por la indignación; mi esposo era el enfermero en esa oportunidad y debió peregrinar título en mano, en búsqueda de otro trabajo. El jefe del lugar se jubiló después de 20 años, trabajando de la misma manera, sin volver a obtener protesta o resistencia alguna, es difícil deambular para encontrar trabajo.


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