➴ ❝ Fake tale ❞┊Taekook.

XVIII

Todo era un completo caos, al menos desde el punto de vista de el pelirrojo. El ambiente estaba cargado de incomodidad y tensión, una combinación que no le resultaba muy agradable.

Suspiró mirando su plato y jugando con la cuchara sin mucho interés, evitando mirar al frente, en donde se encontraba Taehyung. No tenía demasiadas ganas de hablar con sus padres.

Era comprensible, ¿Cierto?

No era algo común ser enviado a un castillo lleno de criaturas solo por una estupidez, y lo peor era que su destino era completamente desconocido, ¿Que tal si moría allí?

Por esas y más razones tenía ganas de tomar el plato con el puré de papa y enterrar la cara de su padre allí. Obviamente no iba a hacerlo, sería una pena desperdiciar su platillo favorito por una tontería.

Tenía ganas de regresar a su cuarto, o simplemente ver a Yuta, quien había despertado hace no más de media hora, o al menos eso le había informado SiCheng. Su pierna se movía frenéticamente bajo la mesa mientras no escuchaba más que el sonido de el reloj desplazando sus manecillas y los cubiertos chocando contra los platos.

Taehyung lo miraba de reojo, sin clavar del todo su vista en él. Al parecer Jungkook olvidaba que podía sentir todo a través del lazo, y bueno, justo ahora el rubio sentía toda la pesadez y el desastre dentro del omega. Siguió comiendo sin más, ya que no había nada que pudiese hacer.

El silencio reinaba en el comedor, lo que provocaba que Jungkook quisiera dejar todo e irse al bosque, pero no era una muy buena idea. Decidió que lo mejor sería comer rápido e irse con Jimin, o inclusive cuidar a su pequeño colibrí. Si, así de simple.

—Y bien...—Murmuró nervioso Mark, intentando romper la tensión con alguna plática aleatoria.—J-Jungkookie, ¿Como va todo con Taehyung?

Debido a la pregunta, todas las miradas de los presentes se clavaron en él. Jungkook desvió la mirada y alzó los hombros con simpleza.

—Bien.—Contestó, cortante.—Supongo.

Mark sonrió nerviosamente, regresando su mirada a su plato. Entendía muy bien la molestia de su hijo, más se sentía mal por no haber podido hacer nada para evitar que fuese enviado a desdichado lugar.

Aunque, notó algo raro en el cuello del omega menor. Frunció el entrecejo mientras estrechaba su mirada, tratando de ver mejor, y para su sorpresa, efectivamente era lo que pensaba; La marca, la mordida del alfa.

Abrió los ojos a tope y abrió la boca tratando de decir algo, pero las palabras no salían. Como..¿Cómo fué siquiera que eso sucedió? El pelirrojo lo miró extrañado, y en cuanto se percató de el lugar donde estaban pegados sus ojos, rápidamente lo tapó con una mano.

—Jungkook..—Murmuró el castaño, obteniendo una mirada nerviosa por parte de el omega.

Cuando su papá estaba a punto de decirle algo, Donghae ingresó de manera apresurada hacia ellos.

—Mi rey, el príncipe Jung acaba de llegar.—Dijo apresuradamente, interrumpiendo cualquier cosa que fuese a pasar.

Los ojos de Jungkook se iluminaron al escuchar el apellido. Jung Hoseok, su primo. De todos los que tiene, él es su favorito, se conocen desde que eran unos bebés y solían jugar juntos. Lastimosamente, cuando Hoseok se presentó como alfa, tuvo que irse devuelta a sus tierras para poder ser criado como tal, y hace años que no lo veía.

Sin decir nada, se levantó y corrió a la entrada del gran castillo, encontrándose con el pelinaranja observando todo a su alrededor.

—¡Hobi!—Exclamó emocionado, corriendo a los brazos de su primo, quien lo recibió gustoso con una brillante sonrisa.

—¡Nochu! ¿Como has estado pequeñín?—El alfa revolvió los cabellos rojizos del menor, quien lo abrazaba fuertemente. El aroma de Hoseok era un potente olor almendrado, y le gustaba mucho ya que era reconfortante.

—¡Ya no soy pequeño! ¿Ves?—Sonrió mientras medía su altura con la de él.—Ya te llego por arriba de la nariz ¡Ya estoy muy grande!

Su tono salió infantil, y es que con su primo y con Jimin era con quien estaba más en confianza. Con ambos alfas podía comportarse de manera libre, como realmente era. Lo hacían sentir muy seguro.

—Si, ya lo veo.—Hizo una pausa.—Pequeño.

Jungkook se cruzó de brazos, haciendo un puchero. Odiaba que lo llamaran pequeño, por que no lo era, ¿Verdad?

—Oye, ¿Y JiHyo?—Preguntó ansioso por la otra alfa. Esta era hermana menor de Hoseok, su prima también, y ambos se llevaban bastante bien, aunque solo se han visto no más de cinco veces, ya sea en bailes, o simplemente reuniones para salir a lugares.

—Solo he venido yo.—Dijo él, peinándose un poco.—La familia no ha podido venir, ya sabes, mucho trabajo. Yo pude terminar todo, solo que esta niña estuvo escuchando música o jugando con su celular y no terminó los deberes a tiempo. Se moría por venir, pero bueno.

—Ow.—Hizo un sonido tristón, mientras torcía la boca.—Me hubiese gustado verla.

—A ella también le hubiese gustado verte.—Contestó, sonriendo apenado. Nuevamente, Jungkook lo abrazó con pesadez mientras murmuraba cosas como «No quiero volver al comedor» o «Salgamos al bosque, por fis»

—¿Interrumpo algo?—Jungkook puso en blanco sus ojos en cuanto escuchó la grave voz de Taehyung, la cuál se escuchaba un poco más seca de lo normal. Sin dejar de abrazar a su primo, volteó a ver de a poco al rubio, quien se acercaba lentamente.

—Amm, no, en reali..—El alfa mayor que apenas estaba hablando, fue interrumpido por el omega.

—Si, regresa a comer.—Dijo rápidamente, sacándole la lengua.

Kim rió ante lo tierno que encontró el gesto y Jung se inclinó un poco para poder preguntarle a Jungkook por Taehyung.

—Oye.—Susurró.—¿Quien es él?

Taehyung quiso reír ya que pudo escucharlo, el pelinaranja no era demasiado discreto, en sí hablaba muy fuerte como para ser un susurro.

—Soy Kim Taehyung, el alfa de Jungkook.—Habló, mientras atraía el cuerpo del menor hacia él, y este se removía inquieto bajo su tacto.

—¡¿QUE?!—El grito de Hoseok se escuchó por todo el palacio.

Y mientras Taehyung sonreía, Jungkook se cubría la cara abochornado.