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El cielo se hallaba de un tono azul oscuro,iluminado por preciosas y centelleantes estrellas.Lo único que se podía escuchar eran los grillos y alguno que otro perro que ladraba.

Pasaban de la una de la mañana,y en el castillo todos dormían pacíficamente,excepto un joven pelirrojo quien trataba de salir silenciosamente por la ventana,tarea que cumplió exitosamente.Miró el manto cubierto por aquellos fascinantes puntos luminosos por un momento,suspirando y sintiendo el aire fresco que acariciaba suavemente su rostro.

Caminó despacio,con cuidado de no hacer mucho ruido ya que cualquier sonido alertaría a los gigantes guardias que protegían la entrada.Cuando vió la barda cerca, aceleró su paso un poco,siendo todavía cuidadoso.Sentía el pasto hacerle tenues cosquillas en la pantorrilla,por lo que no pudo resguardar una leve risilla.

Una vez en frente de aquella gigantesca barda,aventó aquella mochila azul que llevaba y comenzó a escalar aquellos ladrillos que semanas atrás había hecho sobresalir.

La noticia de su compromiso con un Alfa de la familia Kim no tardó mucho en llegar a sus oídos,alertándolo.Normalmente las parejas se casaban a los dieciocho años,pero se les anunciaba su compromiso por lo menos dos años antes.Si, podía sonar una exageración,pero era necesario ya que había que prepararse para contraer matrimonio.

El estaba a punto de cumplir dieciocho años,y apenas se le había anunciado aquello.El no quería casarse con un Alfa,el no quería ser el ama de casa,el realmente no deseaba ser dominado por algún cabeza hueca que sólo pensaba en sexo y poder.

El estaba motivado a huir de allí y vivir lo que pudiera al máximo.

Cuando finalmente llegó a la cima de la barda,suspiró nervioso y bajó de un salto.

Grave error.

Al haberse descuidado,Jungkook terminó cayendo mal ocasionando un ruido sordo,lo que causó que ambos guardias se alteraran.

—¡Hey tú!

«Corre»

Y lo hizo.

El pelirrojo corrió lo más rápido que pudo,escuchando como uno de los guardias corría tras él.Su corazón palpitaba rápidamente y su respiración agitada hacía que su pecho se oprimiera, tenía miedo de voltear hacia atrás y ver como aquel beta estaba a punto de alcanzarlo.

—¡Príncipe Jeon,por favor regrese!

Corrió lo mas rápido que sus piernas le permitieron,ansiando el momento en el que por fin obtendría su libertad.La persecución continuo en el pueblo,lugar donde Jungkook obtuvo mucha más ventaja.Estaba seguro que aquella armadura pesada retrasaría mucho al guardia,por lo que con esperanza trató de aumentar la velocidad con la que corría.Fue entonces cuando a lo lejos,logró visualizar el bosque,y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

El bosque siempre fue su lugar favorito y lo conocía de memoria,ya que desde siempre había ido a jugar con su hermano mayor en sus formas de lobo a aquél gigantesco lugar.Cuando finalmente se adentró al mismo,fue cuando pudo voltear a ver hacia sus espaldas, encontrándose no más que con árboles y hierba

«Lo perdimos»

Su lobo aulló feliz y el lanzó una carcajada alegre por ello.

«Realmente lo logramos ¿Uh?»

«Cielos,por un momento pensé que iban a alcanzarnos»

«Yo también, tenía demasiado miedo»

«Siempre estaré para cuidarte,para cuidarnos a ambos Jeongguk»

El muchacho sonrió a causa de su lobo.A diferencia de muchos,ellos realmente estaban equilibrados.Su lobo nunca hacía nada que el no quería,y el siempre se dejaba guiar por su instinto, confiaba tanto en él que dejaba que manejara ciertas situaciones.

Con un suspiro, Jungkook comenzó a caminar mas calmado, iría a su lugar secreto,uno que nadie conocía a excepción de él.La noche aún era joven y había muchos insectos los cuales le resultaban molestos,por lo tanto comenzó a apresurarse,estaba seguro que no tardarían en rastrearle.

Corrió a través del gigantesco bosque,quitando de su camino algunas ramas y plantas con sus brazos, mientras una sonrisa estallaba en su cara.

Después de algunos minutos,se vió delante de varios arboles y plantas,los cuales parecían ser el final del bosque,pero eso no era verdad.Con sumo cuidado de no romper las ramas secas,empujó suavemente éstas para poder revelar aquél mágico lugar.

El agua cristalina caía por una pequeña cascada,dejando a la vista las piedras blancas y limpias, además de algunos lindos pesesillos que nadaban en el lugar.Miró con adoración los preciosos árboles,los cuáles albergaban flores hermosas de distintos colores.

Frondosos arbustos de un color verde intenso resguardaban ciertas frutas,de las cuáles el estaba enamorado.

«Moras»

Jeon Jungkook era quizás la persona mas enamorada de aquel fruto silvestre,ya que ese era su olor,frutos silvestres con un poco de frutos rojos.

Nadie podía distinguir los distintos aromas mezclados en uno,por lo que su hermano mayor solía llamarlo «Ponche de frutas»

Moras,fresas, frambuesas,cerezas,arándanos y más.Eso era lo que conformaba el delicioso aroma del joven príncipe Jeon.

Mientras comía algunas moras,el muchacho caminó hasta una pequeña cueva,la cual se asemejaba a un pequeño cuarto.Algunos arbustos tapaban la entrada,por lo tanto si alguien llegaba a descubrir su pequeño lugar,no se percataría de aquella pequeña cueva escondida.

Se adentró y tapó muy bien la entrada,con el fin de que nisiquiera se viera nada adentro.Su mochila fue dejada en una esquina y se arrodilló frente a esta,abriendo el cierre y sacando varias cosas de allí.

La mochila era grande,demasiado.Era mas o menos del tamaño de una maleta de viaje.

Sacó una manta muy bien doblada y una pequeña almohada,el chiste era reducir el tamaño para que lograran caber más cosas.Se acostó y se enrolló en la manta,mirando los lugares que eran iluminados por la suave luz de la luna,dejando que los sonidos del agua cayendo y las ramas moviéndose levemente a causa del viento lo arrullaran.

Después de un rato,el pelirrojo sintió como sus párpados pesaban,haciendo que sus ojos se cerraran de a poco.

Jungkook finalmente durmió.

➴ ❝ Fake tale ❞┊Taekook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora