Narra Marco:
Esta mañana me he levantado temprano para ir a entrenar a ni hora y no llegar tarde ya que estos ultimos días se me ha hecho un poco tarde. Me da pena dejar a Dalia sola en la cama pero el trabajo es el trabajo. Tiene una cara de sufrimiento... Yo creo que es porque está malita.
- Oh pisha ¿que tal?
- Normal supongo.
- ¿Y Dalia?
- Está malita. Cuando salí de casa tenía mala cara, como de estar sufriendo, creo que se ha cogido un gripazo...
- Joder, yo que me la iba a llevar de fiesta el viernes y se me pone mala la jodida. Más le vale ponerse buena eh...Salimos a calentar al campo número dos de la ciudad deportiva Real Madrid y hay algunas parejas de futbolistas en la grada como Maca. Sigo echando una vista para ver si veo a alguien más conocido pero... Espera — ¿Esa es Amalia? ¿Qué cojones hace esa tipa aquí? —.
Me estaba meando y aproveché la escapada para mandarle un mensaje a Dalia, por si se había levantado, y preguntarle que qué tal estaba o si se encontraba mejor pero el mensaje no le llegaba. Estará dormida todavía.
Vuelvo al campo y en las gradas siguen las mismas personas que al empezar — Yo maldigo el día que salí con esta loca —. Cuando termina el entrenamiento y vuelvo al túnel que lleva a los vestuarios está Maca con Luquitas esperando a su marido y acompañados de la posesiva de mi ex.
- ¡Ay Marco, espera! Quiero hablar contigo - me decía una voz demasiado aguda para mis oídos, que casi estallan al escucharla.
- No tengo tiempo. Lo siento - le dije lanzándole una mirada de ayuda a Maca.
- Oye Amalia, ¿porqué no vamos a la cafetería y los esperamos allí? Así me cuentas algo y charlamos.
- Vale. Hasta ahora guapo.Volví al vestuario y ya estaban mis compañeros medio cambiados. Yo revisé el móvil y ni rastro de Dalia. Me cambié y le dije a Lucas que me esperara, que tenía que decirle algo importante. Salimos del vestuario y le dije que se inventara alguna excusa para no tener que aguantar a mi ex ni un segundo más.
Yo tenía que irme rápido, era cerca de la hora de comer y le mandé un mensaje a Dalia, otro más, que decía que no iría a almorzar porque tenía algo que hacer cuando, justamente, me di cuenta de que no le habían llegado mis mensajes ni me habían llegado los suyos porque tenía el móvil en modo avión. — Es que eres tonto Asensio —.
Iba buscando el regalo perfecto para Dalia ya que en unos días harían 3 años que nos conocemos. Había pensado en alguna cena, en nuestro restaurante favorito pero como eso lo podíamos hacer cualquier día pues pensé en comprarle algún detalle más bonito, algo que ella quisiera hacer y que nunca había podido. De repente se me encendió la bombilla. Siempre había querido ir a Tailandia y esta era la ocasión perfecta. Decidido, le compraría los billetes a Tailandia después de saber cuándo serían mis próximas "vacaciones".
Cuando iba por una calle de Madrid hacia una floristería me encontré con Amalia y no se despegó de mi en toda la tarde. Fui a tomarme algo como merienda y ella seguía detrás de mi, como una lapa, no me dejaba en paz ni un solo segundo. Parecía que no podía vivir sin mi. Y es que por un momento lo veo normal: solo quería mi dinero y mi fama.
Vuelvo a casa tarde y Dalia no está. Algunas cosas están fuera de su lugar: los cojines del sofá por el suelo, gavetas de la cocina abiertas, las puertas de las habitaciones abiertas, ropa tirada por nuestro cuarto. Cualquiera diría que tengo una novia ordenada. Esto no es normal y menos en ella, no le gusta nada el desorden y por un momento temo que Lucas o Maca le hayan dicho algo de que Amalia fue a verme hoy aunque dudo que se haya enfadado por eso. Ella más que nadie sabe que no quiero nada con esa arpía y que estoy mejor que bien con ella.
Llamo a Lucas. Un tono, dos tonos hasta cinco tonos, pero no lo coge. Llamo a Maca. Un tono, dos tonos, seis. Nada. ¿Pero dónde está todo el mundo metido ahora? Claro Asensio, son las doce de la noche, estarán durmiendo. Una última llamada: Morata. Un tono, dos tonos...
- ¿Sí? - lo oigo desde el otro lado de la línea con voz ronca, como si se acabara de despertar.
- Hola. Soy Marco, por si no sabías. Dalia no está en casa y es tarde ¿tú sabes dónde puede estar?
- ¿Marco? ¿Que Dalia no está en casa? Joder tio, menos mal que te ha dejado porque eres...
- Joder Morata, te estoy hablando en serio. Estoy preocupado.
- No lo sé Marco, tal vez haya salido a tomarse algo.
- ¿En pleno miércoles? ¿De verdad?
- Yo que sé tío, ¿no la has llamado no?
- Joder ¡joder! - le cuelgo la llamada.Decido hacerle caso a mi amigo y llamar a Dalia (no sé me habia ocurrido antes, lo siento) pero suena un móvil en casa. No es el fijo porque no tenemos fijo y el mío no es porque es con el que la estoy llamando. Decido seguir el sonido. Proviene del baño de arriba y la puerta está cerrada. Ahora mismo tengo miedo de lo que me pueda encontrar ahí dentro.
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Siempre fuiste tú. || Marco Asensio. {Terminada}
FanfictionWattys 2019. Dalia, una andaluza que vive por Turquía, siempre ha evitado el amor. Hasta que le conoce a él y, de repente, todo tiene otro sentido.