VII

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Al parecer, las cosas que tenía que hacer mi hermano el otro día no era nada, simplemente era para dejarme un rato con Asensio. Es como si quisiera que yo tuviera algo con el mallorquín. Sí, lo sé, tiene ideas de idiota.

(...)

Estamos desayunando en la cocina cuando de repente mi móvil se enciende, tengo una llamada. Yo hoy me había levantado feliz y muy contenta pero solo con mirar la persona me cambió el rostro completamente. Dani lo notó y yo salí al jardín para contestar la llamada.

- ¿Qué cojones quieres ahora? - dije borde.
- Quiero hablar contigo Da. Te echo mucho de menos.
- Mira, para empezar deberías de haberme olvidado ya. Aunque tampoco me extraña que digas cosas que no sientes, vamos, como has hecho siempre.
- Pero Dalia, es enserio, te echo mucho de menos. Desde que me dejaste mi vida no es igual.
- No es igual porque no tienes a nadie a quien engañar o a alguien que te haga todo en tu casa mientras tú te tiras a otra en su apartamento, ¿o me equivoco?
- Yo solo quiero que, por lo menos, seamos amigos - en ese momento apareció mi hermano por la puerta del jardín. Él ya sabía, por mi cara, de quién se trataba así que cogió mi teléfono y fue él el que siguió hablando.
- A ver tu, atontao. ¿No te enteras de que mi hermana ya no quiere volver a saber de ti en lo que queda de vida? ¿O es que no te enteras? ... ¡Que la dejes en paz joder! Si no te queda claro vete a Gaes pero déjala en paz de una puta vez. Nos tienes a toda la familia hasta los cojones. Déjanos a todos en paz ya. Sobretodo a Dalia - colgó y me devolvió el teléfono. - La próxima vez que te vuelva a llamar me avisas.
- No Dani, sinceramente, creo que voy a cambiar de número. Es lo mejor que puedo hacer.
- Me parece bien. ¿Quieres ir ahora a hacer ese cambio o prefieres ir mañana?
- Podemos ir ahora, pero espera que me cambie - él asintió y fui corriendo a mi cuarto, cogí una malla negra con un suéter de la universidad de Harvard que me regaló mi prima y unas Nike color vino.

Llegamos a la tienda, cambiamos mi número y tuvimos que pagar una pequeña cantidad de dinero. Aproveché para cambiar el teléfono ya que el que tenía era un poco antiguo (aunque tú, que estás leyendo esto pienses "pero si eres la hermana de un futbolista y se supone que ganas una buena cantidad de dinero, ¿qué coño haces con un móvil viejo? Pues la verdad es que no uso mucho el móvil pero decidí renovarme y utilizarlo más, estar más activa en las redes).

(...)

Hoy vuelvo a Turquía, sevgili türkiyem. Echo de menos mi casa, mi trabajo, incluso a mis compañeros. Y estoy en el aeropuerto, con mi hermano apunto de llorar y rogándome que me quede con él, que se siente muy solo. Y no es para menos teniendo una mansión y encima soltero. - Si es que yo sabía que venirme contigo un mes y medio no era buena idea - pienso.

Estoy en el avión, ya aterrizando en Turquía y para mi sorpresa Havva me está esperando en la entrada. Havva había ido a España, como unos cuatro días antes de irme de pretemporada con Dani, pero después se volvió para allí porque tenía su trabajo y su novio allí.

Volví a mi piso y allí se encontraba él. Estaba en el sillón del salón viendo un programa cualquiera que dan a las ocho de la noche en la televisión.

- Buenas noches preciosa.
- Pensaba que te habías quedado dormido, por eso no había hecho mucho ruido al entrar - dije dejando mi maleta y mi mochila en el suelo de mi habitación.
- Pues te equivocaste, aunque en verdad sí que estoy casado. Bueno, estaba aquí esperando a que la reina del hogar llegara de su viaje de tooodo el verano en su preciosa España - dijo él haciendo que yo sonriera como una tonta recordando los momentos tontos con mi hermano y su equipo.
- Bueno, yo también estoy cansada así que creo que voy a ducharme y luego me iré a la cama, que mañana hay que trabajar.
- Vale princesa - dijo levantándose del sillón y poniéndose delante de mí - descansa - me dió un beso en la frente y se marchó a su habitación.

(...)

Es jueves y hay puente en Turquía así que aprovecho para darme un paseíto para España.
Cuando llego, Dani me obliga a quedarme en su casa, y yo como buena hermana y acompañante que soy, acepto. De paso, le acompañaré a algunos partidos y entrenamientos. Y, sinceramente, tengo muchas ganas de ver a los chicos.

Siempre fuiste tú.  ||  Marco Asensio. {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora