Aquí estoy yo, esperando a que me revisen la entrada que me ha dado Lucas, según el, por ser una profe genial. Y es que, a pesar de que he venido una hora y media antes, hay una cola inmensa. Y bueno, no me creo que vaya a ver a mi equipo preferido, desde que tengo uso de razón, jugar un clásico.
Un gol de Bale adelanta a los blancos en el marcador pero en los veinte minutos siguientes, el Dios del equipo azulgrana, marca un auténtico golazo que, junto con otro gol de su compañero Coutinho, celebramos todos los hinchas del equipo. Y así nos vamos al descanso de la primera parte, con un 1-2 que nos sabe a remontada.
Se supone que los jugadores no deben estar con el móvil en el descanso pero me llega un mensaje de Lucas que decía: "Cuando se acabe al partido cógeme a Lucas y bajalo a los vestuarios porfa", a lo que yo le contesté con un "Hecho👍". Los quince minutos más largos de mi vida.
Al final el resultado del partido terminó 2-5. Y si todos pensaban que los blancos podían remontar, la llevaban clara. Una volea de Messi junto a un caño a Courtois de parte de Aleñá y un remate de cabeza dieron la victoria al equipo culé mientras que por parte de los blancos solo se consiguió marcar otro gol, esta vez de Karim.
Me acordé del recado de Lucas y rápidamente fui a buscar a Maca. Cuando la encontré, le conté el recado que me había dejado el señorito y me dejó a Luquis sin ningún problema. Los guardias de seguridad ya me conocían, con lo cual, me dejaban pasar hasta los vestuarios sin problemas. En tres minutos ya estábamos allí esperándoles.
Los veía entrar uno por uno al vestuario. Jordi Alba, Busquets, Denis Suárez. Así uno por uno. Llegó Lucas acompañado de, sus compañeros y amigos, Isco, Nacho y Marco aunque para mi sorpresa no iban solos. También les acompañaban Leo Messi y Sergi Roberto.
Lucas, al verme con el pequeño en brazos y éste reclamando la presencia de su padre, se acercó a mí y los acompañantes imitaron su gesto.
- Bueno, buen partido chicos. La próxima vez intentáis defender mejor - dije picándoles un ojo después de haber saludado a todos.
- Está chica sí que sabe elegir equipo - dijo Sergi.
- Es que es tonta y a nosotros nos tiene manía, por eso está de vuestra parte.
- ¿Perdón? - dije fingiendo cara de ofendida. - No es mi culpa tener más gusto que ustedes.
- Dejálo ahí ya boludo, la chica tiene más gusto que vos, admitilo ya - decía Messi entre risas.
- Que os den a todos, yo me voy a cambiar. Me llevo a mini Lucas conmigo.
- Yo me voy con ustedes - saltó Nacho riéndose de su amigo.Nos habíamos quedado Leo, Sergi, Marco y yo. — Madre mía la que me espera. Y más con Sergi delante. Mi cabeza estalla. Osea. Es demasiado guapo. Joder Dalia, no pienses eso. Tienes a Marco delante. Joder joder joder —.
- Esto... Yo creo que mejor me voy - vi como Marco de acercaba a la oreja del delantero culé para contarle algo de lo que yo no me tenía que enterar.
- Esperá linda. Tomá mi camiseta y esperáme que en unos minutos te la firmo - dijo él dándome su camiseta junto a una sonrisa amable.
- ¿Ah sí? Pues toma la mía también, así tienes una de un buen centrocampista. Y de los guapos - me dijo Sergi susurrándome en el oído a lo que yo me puse muy roja.
- Bueno, me voy - dijo Marco mirando con desprecio a los jugadores azulgranas -. Después te llamo Da, quiero hablar una cosa contigo.
- Si boludo, yo me voy también.
- Creo que nos hemos quedado solos.
- ¿Sí? Vaya, no me había dado cuenta - dije con tono irónico en mi voz.
- Ja ja, que graciosa. Oye, ¿cómo te llamas?
- Dalia, Dalia Ceballos.
- Anda, espera, ¿eres la hermana de Dani?
- Exacto. ¡Dindindin! Premio para el caballero. Felicidades, ha ganado una palmadita en la espalda.
- Eres súper graciosa mini Ceballos - dijo riéndose -. Espérame un rato, que salgo y te firmo la camiseta.
- Vaaale.Se fue corriendo hasta su vestuario para que Valverde no le echara la bronca. Mi hermano y Nacho salieron juntos y Dani se ofreció a llevarme pero no hacía falta, ya había traído el coche.
Leo ya había salido y ya me había firmado su camiseta y justo cuando salía Sergi, ¿a qué no adivináis quien salió también? Pues sí, Marco Asensio salía por la puerta del vestuario a la vez que su compañero de la selección española. Los números veinte de cada equipo estuvieron un minuto mirándose a los ojos y fue Marco el que decidió emprender camino hacia mi para darme un abrazo y segundos después Sergi.
Marco se había quedado ahí unos minutos hasta que le dije que me esperara fuera y no rechistó. — Hay que ver lo que se hace por amor eh —. Sergi me firmó la camiseta y me dejó un papelito.
- Cuando necesites algo, llama ahí. Te servirá de ayuda siempre. Y ahora me voy, que si no se van sin mi - me dió un abrazo dejando un beso en mi pelo y se fue.
Yo me quedé allí plantada con las camisetas, el papelito y mi cara de sorpresa.
(...)
Buenos jueves por la mañana y... ¡buenos días puente! Hoy y mañana no hay clase, con lo cual yo no tengo que ejercer mi trabajo como profesora. Además, la semana que viene es semana santa. Y el planazo para hoy es...
- ¿Sara? ¿Sara, dónde estás?
- Tía, estoy aquí, dónde me dijiste.
- No te veo.
- Pues vete por fuera de Pull&Bear, nos vemos allí.
- Vale, voy.Nos encontramos finalmente y emprendimos camino hacia nuestro destino. Cogimos el metro y tras cinco paradas, llegamos a la nuestra. El señor nos esperaba dentro así que sólo tuvimos que tocar y esperar unos segundos para que nos abriera.
- Te dejo las llaves - dice dándome un manojo de llaves - y oficialmente, la casa es tuya. Felicidades.
- Muchísimas gracias señor Mijout.Se despide de nosotras y se va dejándonos solas en mi nueva casa. Una casa totalmente mía. Todo está pagado: ni hipoteca, ni luz, ni agua. Todo pagado.
Nunca había estado tan feliz.
- Joder tía, felicidades enserio.
- Gracias, gracias.
- ¿Unas copitas para celebrar? - me dice mi amiga mientras me pone esa cara cómplice que tanto le gusta para convencer a su novio a hacer cosas que no le gustan pero que al final siempre termina haciendo.
- ¿Te vale esta noche? Es que quiero empezar a traer cosas ya mismo.
- Vale, pero solo si me dejas ayudarte a traer las cosas.
- Hecho.Volvimos cada una en nuestro coche hasta casa de la increíble Rebe. Sí, casa de la increíble Rebe porque ya yo tengo la mía y sin su ayuda no hubiera podido tenerla.
Empezamos a meter las cosas en cajas y en dos horas y media ya lo teníamos todo empaquetado, tampoco tenía muchas cosas. Lo que más ocupó fue la ropa, que era lo que más tenía. Metimos todo en los coches, que con varios empujones y un poco de suerte nos cupo todo, y nos volvimos a dirigir a casa.Ya lo teníamos todo colocado y arreglado. La casa ya estaba decorada, bastante moderna, así que solo tuve que colocar mis cosas y listo.
Cuando Sara se marchó quedamos a una hora en un restaurante y yo, después de eso, aproveché para darme una ducha.
Y aquí estamos, por fuera del restaurante con Sara haciéndose derogar. — Esta chica no tiene remedio. La próxima vez le digo media hora antes —.
Casi veinte minutos más tarde llega. Con su increíble vestido azul marino de asillas y por las rodillas acompañado de sus tacones negros y ese despampanante pintalabios color rojo.- Pero madre mía, ¿a dónde vas tú esta noche preciosidad?
- ¿Yo? A cenar con esta - dice recalcando la última palabra y señalándome - preciosidad de aquí.
- Anda, pues que guay ¿no?Yo llevaba unos pantalones negros, con una camiseta rosa de encaje y mis inseparables tacones negros con plataforma. También llevaba una chaqueta negra que me la pondría, probablemente, más tarde porque ahora mismo, lo que se dice calor, no hace. Respecto al maquillaje... Voy simple: pintalabios rosa bastante discreto, el eyelier y rímel.
Entramos en el restaurante y nos sentamos en una mesa que se situaba más bien para el fondo del local. En nada nos trajeron la comida, pedida minutos antes, y a los pocos minutos vemos caras conocidas entrar por la puerta.
- ¿Qué es eso que tanto miras? No te llevas ni la comida a la boca - me dice Sara.
- Míralo por ti misma - dije señalando con la cabeza detrás suyo.
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Siempre fuiste tú. || Marco Asensio. {Terminada}
FanficWattys 2019. Dalia, una andaluza que vive por Turquía, siempre ha evitado el amor. Hasta que le conoce a él y, de repente, todo tiene otro sentido.