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Son las tres y media de la tarde cuando salgo a abrirle la puerta a mi hermano y al bajar los pocos escalones que tengo en la entrada miro hacia mi derecha y — No me puedo creer que ese que está entrando en la casa de al lado sea Marco Asensio porque me puedo morir — pienso. Dani se despide de él con total normalidad, ya que es su compañero y amigo, y viene a saludarme y entra en casa. Llega tarde para almorzar pero llega.

- Buenas buenas morenita - dice bastante contento.
- ¿Y esos ánimos?
- Es que el míster nos ha dicho que mañana tenemos el día libre.
- Vale, ya no hace falta que me digas nada más, que veo claramente que estás feliz y radiante porque así puedes dormir unas horitas más - dije como si fuera una niña pequeña.
- Fue a hablar la que si es por ella viviría en un sueño constante.
- Anda, cállate y dime qué es lo que vas a beber que la comida la tienes en la mesa - digo dirigiéndome a la nevera.
- ¡Agua camarera! - le puse el agua en un vaso y se la llevé a la mesa dejándole una pequeña colleja en su cuello.
- Me vuelves a llamar así y te las ves con la peor Dalia de tu vida.
- Perdón fiera - dice el ser que tengo en mi casa, llamado hermano. En esto alguien toca el timbre y ya que no me había sentado todavía en el sillón fui y abrí la puerta.

- Ostia Dalia - dijo tartamudeando - ¿qué haces aquí?
- Vivo aquí - digo intentando parecer que no se me cae la baba.
- ¿Si? ¿Desde cuándo?
- Desde hace unas semanas. Me he tenido que mudar aquí porque desde Turquía me necesitaban aquí. Vale pero espera, ¿qué haces tú aquí?
- Ah - dice sonrojado y agachando la mirada para que no le pueda ver - es que en mi casa se ha ido la luz y quería saber si en la tuya también. Por si era un fallo de la casa llamar a un técnico o algo.
- Pues la verdad es que
- ¡Joder Marquito! ¿Ligando tan temprano? - mi hermano como siempre, jodiendo el momento.
- No tío, no empieces - dijo el mallorquín maldiciendo a su compañero.
- Bueno tío pero pasa.
- No no, yo ya me iba. Hasta luego - y se fue por la puerta principal del jardín.

(...)

Hoy hay una fiestita en local que han reservado algunos integrantes de la plantilla para celebrar que han salido de la mala racha por la que estaban pasando y que por fin han remontado. Se podían llevar acompañantes y como Dani no tiene novia pues se pueden hacer una idea de a quien invitó a dicha fiestita.

@daliafern

👥: @danifuli10❤ @havvaka, @iscoalarcon, @seerkangv ve 93402 diğerlerini severimEl mejor hermano que se puede tener en la tierra👫 Te quiero imbécil 💜@danifuli10: eres la mejor hermanita👫❤@havvaka: miss you💋@lucasvazquez91: ey, créditos al fotó...

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👥: @danifuli10
❤ @havvaka, @iscoalarcon, @seerkangv ve 93402 diğerlerini severim
El mejor hermano que se puede tener en la tierra👫 Te quiero imbécil 💜
@danifuli10: eres la mejor hermanita👫❤
@havvaka: miss you💋
@lucasvazquez91: ey, créditos al fotógrafo 😉

- Ey chicos - dice Dani llevándonos al centro del local - quería presentarles, a los que no la conocen claramente, a mí hermana. Dalia.
- Hola - dije tímidamente y muy roja. No me gusta nada ser el centro de atención y menos en un sitio en el que no conozco a casi nadie.
- ¿Nerviosa? - dice Ramos acercándose a mí y cogiéndome de la mano para llevarme a bailar.
- ¿Yo? ¿Qué va? - nótese la ironía.
- Pues venga preciosa, a bailar.
- No tío, joder, ¡que no se me da bien!
- Tú solo sígueme y ya está.

Al rato terminamos de bailar y pusieron una lenta. Ramos se fue a por Pilar para bailar y yo me fui hacia la segunda planta que tenía unos sillones con unas mesas y las barandillas eran de tubos, para que pudieras ver a la gentedesde arriba. Y la verdad es que estaba bastante bien porque a pesar de que se estaba un poco apartada, seguías estando en el ambiente.

Yo estaba concentrada cotilleando por Instagram cuando noto un bajón a cada lado, lo que quería decir que alguien había venido a fastidiar. Seguí concentrada en mis cosas hasta que me interrumpieron.

- ¿No piensas bajar a bailar conmigo señorita?
- Ahora no puedo, lo siento.
- ¿Y conmigo tampoco?
- ¿Que parte de que no puedo no entienden?
- Uhh... Bájate un cambio pequeña Ceballos, que solo queremos que no estés sola aquí - en ese momento levanté la vista de mi teléfono y vi a Carvajal preocupado por el motivo del que estuviera ahí sentada y no abajo bailando.
- Verdad, estamos preocupados y queremos que nos des una explicación - dijo Isco casi como si fuera un policía, cosa que me hizo gracia.
- Os voy a ser sincera - ellos asienten -, estoy aquí por la simple razón de que no soy de fiestas. Las fiestas nunca han sido lo mío y creo que nunca lo serán. No sé bailar y no me gusta beber.
- A lo de bailar he de decir que yo te enseño cuando quieras.
- Y a lo de beber yo digo que no tienes la necesidad de estar en una fiesta y beber, puedes pedir cualquier otra bebida y pasártelo igual o mejor que bebiendo.
- Venga, vamos, que te enseño unos pasitos de baile - dice Isco muy dicharachero. Yo le negaba y le negaba, y no era porque me diera vergüenza sino porque no quería. Tras negarle un millón de veces, los disculpé y me fui al baño.

Me despierto y son ya las 12:56. — Mierda, la sesión —. Me levanté lo más rápido que pude y me aseé, luego me vestí con las primeras prendas decentes que encontré y salí corriendo por la puerta. — Mierda mierda mierda, tía joder no puedes seguir así — me digo para mí misma ya que soy una dormilona.

La sesión era la una y llegué más asfixiada que asfixiadín. Me cambié, me maquillaron y de nuevo fotos y fotos. Cambiándome todo el rato para variar el vestuario y enseñar las distintas prendas que ha creado esta marca.

Terminamos la sesión una hora y media más tarde. — Por fin. Dios, pero ¿porqué tengo yo tanta hambre? ¿Qué le he hecho yo al mundo para tener tanta hambre? —.

Llegué a mi casa y me preparé unas pechugas de pollo con una loncha de queso por encima cada una y unas papas fritas. Tocan el timbre justo cuando voy a sentarme a comer — Maldita sea la persona que viene a interrumpirme en este mismo momento —, fui y abrí la puerta.

- Hola - dijo con una sonrisa nerviosa.
- Oh, pensaba que eras alguien más importante - dije intentando parecer borde.
- Vaya, no estás de buen humor hoy ¿no?
- Hombre, es que si vienes a interrumpirme mi momento especial con... - vi en sus ojos como el brillo que tenía por momentos desaparecía y noté como todo su cuerpo se tensó - la comida pues normal que no esté de humor.
- Joder Dalia, ya me habías asustado.
- Idiota - dije descojonada de risa - bueno dime, ¿que quieres?
- Yo venía a invitarte a comer pero si ya estas comiendo no.
- Ays, luego la borde soy yo.
- Oh pero es que si ya estas comiendo no te voy a interrumpir - dijo un poco molesto.
- Bueno pero me sobró comida, si quieres pasa y comes - dije sonando indiferente.

Siempre fuiste tú.  ||  Marco Asensio. {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora