- ¿Qué les pasó ayer en Ipurúa Lucas? - le digo cuando recojo a su hijo de sus brazos.
- ¿Nos quieres echar en cara algo?
- Ey, la mala hostia se la dejas a tus compis, a mi no que solo te estaba haciendo una pregunta.
- Perdón.
- Si si, adiós - le digo mientras me voy.
- Joder, ¿ahora te vas a enfadar conmigo por contestarte mal? - no le contesto y él sigue hablándome -. Que sepas que después viene a buscarlo otra persona, no te portes mal Dalia.Después de las seis horitas de clase que paso con mis niños, me fastidia despedirme de ellos y es que con solo un mes de clases ya les quiero tanto.
Bajo las escaleras con ellos hasta el patio, dónde les recogen sus familiares. Los niños salen corriendo cuando ven a sus padres y no me da ni tiempo de despedirme porque la que se queda paralizada llevando a Luquitas de mano soy yo.
- Mamos pofe, que me teno que ir.
- Voy voy - digo volviendo a mi e intentando no hacer contacto visual con él.
- ¡Maco! - dice el niño saltando a brazos del mallorquín.
- Hola peque, ¿cómo estás? ¿Se está portando bien la profe?
- Chi, es muy buena conmigo.
- Menos mal. ¿Y tú Da, como estás?
- No te ha interesado en años, no te va a interesar ahora. Adiós - me dispongo a irme pero me agarra del brazo.
- No hace falta que me hables así. Soy consciente de que la cagué pero no me lo reproches delante del niño.
- Ni que fuera tu hijo - río irónicamente y me voy dejándole con la palabra en la boca.Voy a casa con Rebeca y comemos tranquilas mientras pasamos los canales de la televisión, no hay nada interesante que ver. Se detiene en el canal del Real Madrid — Vaya por dios, ¿no podía ser otro canal? —, aunque la pregunta que verdaderamente se hacía era — ¿Desde cuándo le gusta a Rebe el fútbol? —. Y es que no tenía respuesta para esa pregunta hasta que su jefa y amiga abrió la boca.
- Tía, ¿has visto lo bueno que está el Asensio ese? - me dieron ganas de escupir el agua que ahora tenía en la boca y soltarle algunas palabras, no sé si para su agrado o el mío.
- Ah sí, muy bueno si - intenté sonar indiferente.
- Buah, es que yo le daba - — Vuelves a decir eso y te arranco los pelos — ¿pero qué me pasa?
- Si, si. Oye, voy al baño ¿vale?
- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? - me pensé la respuesta unos segundos.
- No, pero estate tranquila.Me fui al baño, no tenía ganas de escuchar los halagos de mi amiga al número veinte del equipo.
Me dirigí a mi habitación, se me había cerrado el estómago al recordar los buenos momentos pasados con el equipo y, sobretodo, con él. Me cambié y esperé a que ella se fuera a la cocina a recoger para yo poder salir sin ser vista aunque sí escuchada.
Di un portazo y salí corriendo hasta la calle colindante. Varios mensajes de Rebe llegaron a mi móvil preguntándome si estaba enfadada o algo parecido con ella pero no le contesté, simplemente llamé a Isco. Necesitaba distraerme y sólo se me ocurrió él.
- Hola guapa, ¿qué tal?
- ¡Hola! Bien supongo, ¿y tú?
- Muy bien aunque todavía no me creo que Marco haya conseguido novia.
- ¿Que Marco qué? - me quedé atónita ante tal respuesta -. Mira, voy a hacer como si no hubieras dicho eso. Necesito distraerme y te me has venido a la cabeza, ¿puedo ir a tu casa?
- Oye, pues bonita propuesta. Sí, ven. Te espero aquí pero ven rapidito.
- Si, ya voy.Me subí en el coche y fui directa a su casa. No hacía mucho que lo había visto pero le echaba de menos. Es como el hermano que me ha faltado tantos años.
Llegué a su casa, toqué el timbre y un Isquito bastante mayorcito me abrió la puerta. Me saludó y me dejó pasar. Esperé en el salón hasta que llegara el anfitrión y a los pocos minutos apareció.
- Espero que no estés muy cómoda porque nos tenemos que ir así que venga, levanta el cucu del sofá que nos vamos.
- ¿Eso es a mi? - pregunto confundida.
- ¿Tú ves a alguien más en el sofá? - negué con la cabeza - Bueno, pues venga, vámonos.No me negué pero he de decir que la curiosidad de saber el sitio al que nos dirigíamos me mataba. Me obligó a sentarme detrás y eso hice.
Mi mirada era de asombro cuando veo que entramos en Valdebebas. — ¿Pero que coño hacemos aquí? —. Isco sonreía y yo no podía pensar otra cosa que en salir corriendo de allí antes de que alguien me viera.
- Ey Da, cambia esa cara. Es que tenía entrenamiento y no podía faltar. Lo siento.
- Tranquilo, a lo mejor puedo aguantar las miraditas de tus compañeros y las preguntas incómodas - digo con mi tono irónico.
- ¿Te vale una comida o una cena como recompensa?
- Bueno, me lo pensaré.Él se fue al vestuario del campo número cinco y yo fui a la gradas junto con Isquito. El niño no hablan mucho, más bien estaba concentrado en el entrenamiento de su padre. Yo mientras tanto echaba alguna mirada a Marco a través de mis gafas de sol.
" Todavía no me creo que Marco haya conseguido novia ".
Las palabras de Isco resuenan por mi cabeza y siento que lo he perdido. — Lo he perdido para siempre. ¿Pero porqué te haces esa pregunta si te jodió y la cagó? —.
(...)
Termina el entrenamiento e Isquito me obliga a bajar a esperarles al vestuario, — Me cago en esta niño — pienso.
Cuando estamos abajo me encuentro con una chica, desconocida para mi ser. Isquito fue a esperar a su padre más cerca de la puerta y yo me quedé más al margen.
Vigilaba a la chica, morena de un tono claro con unos vaqueros ceñidos de color negros junto con una camiseta rosada con el símbolo de Adidas en blanco y también con sus superstar de la misma marca. Su pelo estaba suelto así que no le podía ver la cara.
Empezaron a entrar los jugadores y yo seguía "escondida" observando cada movimiento. Dani, Isco, Lucas y Marco se acercaban. Los tres primeros miraron a la chica con un poco de desprecio y una sonrisa falsa, sus caras de desaprobación lo decía todo. No les caía bien esa chica. Marco se acercó y ella se levantó del banco en el que estaba sentado, se abrazaron y ella le besó. — No desprende la pasión con la que me besaba a mi. ¡Ja! Punto para Dalia —. No sé porqué pensaba eso pero la verdad era que me fastidiaba bastante que esa chica no fuera yo. Y es que en el fondo, nunca he olvidado a Marco y he de decir que echo de menos estar con él.
Al salir todos me saludaron y mi hermano intentó abrazarme, acto al que yo no correspondí.
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Siempre fuiste tú. || Marco Asensio. {Terminada}
FanficWattys 2019. Dalia, una andaluza que vive por Turquía, siempre ha evitado el amor. Hasta que le conoce a él y, de repente, todo tiene otro sentido.