🦋 | t r e c e | 🦋

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Me desperté por el sonido de la irritante alarma de Chan Yeol. Y por el estruendo que hizo Ji Min al levantarse, claro. Volteé hacia la pared y Yoon Gi estaba en ese puesto, con sus ojos cerrados y su boca algo abierta. Parecía un bebé. Toqué su nariz para despertarlo y que no se enoje tanto... a mi no me gusta que me despierten bruscamente. Le sacudí el hombro intentando despertarlo. Gruñó un poco y abrió un solo ojo.

–Qué –Preguntó con la voz grave y ronca. Señales de que seguía algo dormido.

–Hay que levantarnos –Contesté mientras lo hacía y me estiraba. Busqué ropa en mi maleta y la cerré, dejando todo ordenado. Caminé en dirección a la puerta de la habitación y miré a los tres chicos con los que compartía la misma– Más les vale que cuando vuelva esta habitación siga impecable, porque yo no voy a ordenar su desorden.

Salí de la habitación y caminé en dirección al único baño del departamento. Me di una rápida ducha, cepillé mis dientes, mi cabello y me vestí con lo que había sacado, que era un simple jean negro con una remera blanca y una campera negra tres talles más grande que yo. Caminé de nuevo a la habitación y la abrí sin golpear. No era la primera vez que veía a mis hermanos sin remera, pero era la primera vez que veía a Yoon Gi sin ella. Actúe relajada, cosa que no estaba ya que parecía que me habían quitado el oxígeno, y caminé a la mesita donde había dejado conectado mi celular. Intenté salir discretamente por la puerta, pero mi hermoso e irritable hermanito no me lo permitió.

–Jae Bi, préstame tu pasta que yo olvidé la mía en casa –Pidió Ji Min mientras se ponía una remera blanca.

Miré a Yoon Gi y este tenía ya puesta una remera negra de Nirvana. Fruncí el ceño y asentí. Salí de la habitación en dirección a la cocina, supongo que al menos hay algo para comer antes de desayunar... como un plato principal en algún almuerzo o cena. ¡Ni si quiera hay galletitas! Bufé frustrada y fui en dirección a la habitación de papá, golpeé un par de veces hasta que respondió que pase.

–Papá tengo hambre –Protesté como una niña haciendo berrinches.

–Ve a comprar algo para comer, dile a tus hermanos y a Yoon Gi que te acompañen. Hay que estar a las diez en el gimnasio de básquet.

–¿Qué hora es? –Dije mientras miraba mi celular. Las ocho y media de la mañana. Mierda– ¡Park Chan Yeol! –Grité como toda loca con el ceño fruncido y molesta. Entré a la habitación de golpe– ¡Son las ocho y media recién! ¿¡Por qué nos despiertas tan temprano maldito chihuahueño!?

–¿No había que estar a las nueve en punto en el gimnasio? –Preguntó con confusión.

–Que bien que escuchas las palabras de papá eh. ¡A las diez en punto hay que estar allí idiota! ¡Ahora por eso deberás saciar mi hambruna acompañándome a comprar un café y cuatro paquetes de galletitas!

–¿Por qué cuatro? Yo no quiero galletitas –Acotó con el ceño fruncido Yoon Gi.

–Ya sabes, una para mi, otra para mi, la otra también para mi y la última igual para mi –Me encogí de hombros.

–Al menos comparte, no seas golosa –Protestó Ji Min.

–Pónganse todos sus camperas y vámonos a comprar que tengo hambre. Ah, y Min Yoon Gi, conocerás el mejor café de Busan –Salí de la habitación y caminé a la de papá– Papá iremos a Morning coffee a desayunar. Aprovecharemos ya que sólo abre por la mañana.

Salí antes de que diga algo y me encaminé de nuevo a la habitación para recoger al circo que tengo como acompañantes. Una vez que todos se arreglaron y luego de que les diga que tardan más en arreglarse que una chica, salimos del departamento en dirección a la hermosa y reconocida cafetería que quedaba en el barrio donde vivíamos antes, que es el mismo en el que estamos ahora.

Hold Me Tight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora