🦋 | c u a r e n t a y c i n c o | 🦋

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–Pues nosotros nos conocimos en una tienda de convivencia. Él trabajaba allí ya que debía ayudar a su padre con la casa, y yo siempre iba a comprar las galletas que tanto me gustaban –Dijo su abuela con una sonrisa.

–Yo sólo la observaba. Llevaba siempre puesto uno de esos vestidos que son hasta más abajo de las rodillas con flores, tenía las mangas tipo Cenicienta y el cuello tipo polo. Eran las prendas que se usaban en la época. Un día me animé a hablarle, lo hacía, sí, pero sólo para cobrarle las cosas –Continuó su abuelo entrelazando su mano con la de ella.

–Tuvimos varias citas hasta que él decidió pedirme que sea su novia –Finalizó sonriente– Y nos casamos cuando él tenía veintiséis y yo veintidós.

–¿Cuánto llevan de casados? –Pregunté interesada.

–Pues yo tengo sesenta y uno y él sesenta y cinco... saca la cuenta.

–¿Treinta y nueve? –Asintieron.

–Hyung, ¿cómo hiciste para aguantar tanto tiempo a Noona? –Preguntó con gracia Yoon Gi.

–¡Yoon Gi! –Exclamé dándole un zape en la nuca. Oí la risa de la señora y recordé que no les había preguntado sus nombres. Inteligente Jae Bi– ¿Cuáles son sus nombres? –Sonreí con algo de gracia.

–Mi nombre es Kang So Jung, y el de ella Lee Hyun Ji. Ambos somos de Daegu y es la hora de comer, tu Noona ha preparado su especialidad –Respondió So Jung levantándose de su asiento.

–Iremos a dejar las cosas a la habitación –Anunció Yoon Gi tomándome de la mano y jalándome a una de las tres puertas que habían en el pasillo. Dejó las maletas en la esquina de la habitación y caminó hasta la cama de mi mano, sentándose en ella y haciéndome sentar a horcajadas sobre él– Aquí me siento más cómodo y seguro. Luego de comer investigaremos, ¿te parece?

Asentí con una sonrisa acercándome a su rostro e intentando besarlo. Apartó su rostro con una sonrisa ladina, haciéndome fruncir el ceño instantáneamente– ¿Por qué no me dejas besarte?

–Porque quiero, ahora vamos a comer que tengo hambre –Dijo levantándose, de manera que me hizo caer al suelo bruscamente y haciéndome soltar una queja.

–¡Idiota! –Exclamé levantándome y empujándolo levemente.

–No seas tonta, sabes que te amo, pero vamos a comer que tengo demasiada hambre.

–Y luego yo soy la que arruina momentos –Rodé los ojos.

ஐஐஐ

Luego de comer el delicioso Kimchi que preparó la señora Lee, nos encontrábamos investigando mucho más sobre la empresa de papá. Ya sabíamos dónde quedaba y a qué horarios abría y cerraba, ya con toda esa información que podríamos haber tenido de antes pero como somos dos idiotas no la tuvimos, nos encaminamos a dichosa empresa a pié. Sí, porque está tan lindo para caminar que cuesta mucho pedir un puto taxi. O eso dijo Yoon Gi.

–Sabes que sí me desmayo por el puto calor va a ser toda tu culpa, ¿verdad?

–Ajá, pero puedo dejarte aquí y que te coman las ratas, es sencillo –Se encogió de hombros.

–Así que... ¿prácticamente conoces todo Daegu?

–No, pero tengo un puto GPS en mi estúpida mente Nae Byeol –Dijo rodando los ojos– Te he dicho ya que viví aquí hasta los diecisiete años.

–Ah... no lo recordaba...

Bufó exageradamente y caminó más rápido. O sea, ¿no entiende que tengo piernitas cortitas? ¡Parezco el puto Frodo! Sólo me faltan los rulos... debería cortarme todo el cabello y hacerme la base, tipo las viejas. Por ir sumergida en mis estúpidas ideas tropecé con el estúpido cordón de la estúpida acera que me hizo caer de manera estúpida. No sé cuantas veces dije estúpida pero me vale. Se hizo presente un hermoso raspón que ardía como hijo de puta en mi pequeña rodilla que se veía a lo lejos por culpa del estúpido short que me puse por el estúpido calor. ¿¡Lo ven!? ¡Si hubiésemos tomado un puto taxi mi rodilla seguiría intacta! ¡Estúpido Min Yoon Gi!

Hold Me Tight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora