1. Introducción a los hechos

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El mundo se divide en dos tipos de personas; perdedores y ganadores, tú tienes el poder de elegir cuál de ellos quieres ser.

¿No tienes idea de lo que te estoy hablando? Venga, te explicaré de una forma que lo entiendas.

La vida es como la preparatoria, los ganadores se quedan con las chicas lindas y los perdedores con sus comics de Viaje a las Estrellas. Sabes que eres un perdedor cuando hay una chica o chico precioso haciéndote ojitos y lanzándote miradas coquetas y tú sólo te quedas ahí sentado con las rodillas temblando sin saber cómo acercarte sin ser tan directo.

Despierten amigos, estamos en el siglo 21, a los donceles no les importa la sutileza, ellos vienen por lo mismo que nosotros; sexo.

Ahora ¿Si eres un ganador? Vas por la chica o el chico y le invitas un trago para tampoco tratarle como prostituta, y luego, comienzas el juego de béisbol, las bases, hasta llegar a home.

Pero te preguntarás ¿Por qué tanta cháchara sobre perdedores y ganadores?

Yo, Jeon Jungkook, desde que tenía quince años y por primera vez recibí una paja de otras manos, me considero absolutamente un ganador.

¿Ves esa confianza en mi mismo?, ¿ves cómo le guiño el ojo al pelinegro en la esquina del bar? ¿Sutileza? ¿Discreción? Todo es patraña, acércate a ellos de manera que se note tu confianza y los tienes en la palma de tu mano. O arrodillados entre tus piernas, como quieras verlo.

— Camiseta roja no ha dejado de lanzarte miradas. —Me habló Namjoon, discreto, como si fuéramos agentes secretos y estuviéramos en una misión.

Así es, misión Sexo con el pelinegro, fase uno.

— Lo sé, estoy en ello —avisé llevando mi copa a mis labios, degustando el sabor del licor fuerte que Corea me brindaba.

¿Tengo que presentarnos? Claro que no, nos debes conocer muy bien. Pero, a los ojos de desconocidos ¿Qué hacen dos ejecutivos totalmente guapos y con trajes costosos de Armani en un simple bar de Busan? No estamos traficando drogas, no es nuestro campo, tampoco somos los hombres de negro, porque Namjoon no sería un gran Will Smith.

¿Oh? Sí, acertaste.

Estamos de cacería.

Tenemos sed de cervatillos asustados y venimos en busca de eso, nada mejor que The Conect para encontrarlos. Luego de la despedida de soltero de Yoongi en Las Vegas —hace un año—, Namjoon se había alejado de los pasos de la promiscuidad y se concentró en el año sabático que se tomó. Yo por mi parte, siempre he estado en el juego.

Pero ahora ambos estamos de vuelta.

— ¿Qué me dices de la mesera rubia que nos trajo las bebidas? —pregunté y Namjoon le lanzó una mirada.

—¿Crees que sería una buena bienvenida hacerlo con una mesera? —cuestionnó de vuelta Namjoon, poniendo a prueba mi sabiduría.

A la hora de joder, el pene no tiene ojos, amigo, sólo jódela y verás cómo queda satisfecho.

Me encojo de hombros, y siento que el taburete a mi lado se mueve, sonrió, pelinegro está aquí para mi sorpresa, los donceles siempre esperan que uno del primer paso ¿Qué les cuesta acercarse y decir 'ven y jódeme'?

— Hola —saludó con una sonrisa, noté un arete en su labio.

No me van los piercings, pero mientras mi amiguito esté satisfecho, yo lo estoy.

Mi amiguito es mi pene, por si no lo habías captado.

— Hola —respondo ¿Ves cómo mi voz baja de tono? Sí, es sexy, mi acento de Busan se pronuncia y a él parece gustarle eso, porque sonríe lamiendo el arito de metal.

— Soy Kyo —dijo y yo incliné la cabeza—. Te vi hace rato y decidí acercarme.

Sonreí con suficiencia, ahora es cuando meto el diálogo cliché de pre-jodida.

— Soy Jungkook, me alegra que hayas decidido eso, o iba a tener que invitarte un trago. —Me encojo de hombros bebiendo un sorbo de mi bebida y él sube sus cejas.

— ¿Y eso es algo malo? —pregunta y yo me acerco a él, procurando que nuestros muslos choquen.

— Es que no me gustaría que alguien tan hermoso se pusiera mal por la bebida —alego y ahí es cuando sé que lo tengo.

Al menos media hora después estoy conduciendo a mi departamento, mientras él se despoja de manera sensual de su chaqueta, en el asiento de copiloto donde muchos más han hecho lo mismo.

Y el resto ya lo sabes; puerta, beso, segunda base, tal vez si tengo suerte el tipo sabe cómo dar una buena mamada y finalmente, lo jodo en la cama. Sí, soy de esos tipos que no les importa joder con cientos de personas en su cama ¿Cargo de consciencia? No en realidad, duermo como un bebé.

En cuanto a la posición si tengo problemas, con las mujeres ellas pueden montarme ¿Pero con donceles? Eso no está permitido en lo absoluto, siempre, la posición para joder a un doncel es a cuatro, es la ley.

¿Por qué? Preguntas, pues si lo jodo en el colchón, con sus piernas sobre mis hombros es algo demasiado íntimo, mirar sus gestos y que ellos me miren a los ojos, no gracias me resulta de lo más incómodo. Ahora ¿Joderlos brutalmente por detrás mientras tiro de su cabello? Eso suena como una maldita buena idea.

Usualmente no jodo con personas que sean entusiastas del sexo vainilla, si quieres hacerlo conmigo la condición es que será a mi manera y mi manera es duro, áspero, que me deje jadeando por minutos y la persona a quien jodí tenga que tomar un inhalador.

Ahora ¿Qué pasa por la mañana? Normalmente dejo que ellos se queden, pero nada de abrazos. Luego de joder fumo un cigarrillo mientras escucho como poco a poco la respiración de él se va acompasando.

— Eso fue increíble. —Suspiró, lo sé, lo escucho a menudo, él parece querer hacer algo, como rodearme con sus brazos o subirse a mi regazo para montar mi pene, pero lo derribo por completo cuando me levanto con el cigarrillo en mis labios y coloco mi bóxer que había tirado en la entrada de la habitación.

¿Qué si he roto corazones? Eso es un hecho, pero lo hago sin intención, las personas con quienes me acuesto saben que soy un jugador, que sólo es una vez.

A la mañana siguiente él está vistiéndose y yo estoy colocando mis zapatos, ninguno de los dos ha dicho ni una palabra sino hasta la salida, cuando él me entrega un papel y besa mis labios, yo siento su aro de metal jugar con mi labio inferior.

— ¿Me llamarás? —Susurra cuando nos separamos, tomo el papel y veo los dígitos garabateados con un corazón al lado.

— Claro. —Aseguro, ya deberías saber que no voy a hacerlo.

Cuando él se va yo subo a mi auto y lanzo el papel a la guantera, donde probablemente haya más de esos números.

Ya sé que es lo que estás pensando, soy un idiota total que merece que lo pisoteen como a una lata de gaseosa, ya lo sé. Pero descuida, recibirás tu recompensa, porque la vida es una perra, y el karma viene cuando menos lo esperas.



The only one ↬ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora