The only one ↬ KookTae

9.Tiempo de retirarse

Como abogado y corredor de bolsa, sé muy bien cómo cerrar un trato, como persuadir al cliente de que mi opción es realmente la mejor y la que él quiere.

Me especializo en eso, soy un as.

Es por eso que, cuando contacté con Franccesco Perlizzi, un bohemio y anticuado hombre de las cavernas pero absolutamente millonario, al menos diez mil galerías de arte en su nombre, él es el dueño de aquella galería en donde se encuentran los cuadros más importantes, también fue uno de los contribuyentes con la rehabilitación de la Capilla Sixtina, además, es un artista y eso es lo que me importa ahora. Franccesco accedió sin dudar cuando le dije que tenía una propuesta que haría que se le cayera el sombrero.

¿Supongo que sabes cuál es esa propuesta?

Sí, no me culpes, al ser abogado también voy de parte de la justicia y la imparcialidad, por lo cual me parece completamente injusto que un talento como el de Taehyung se desperdicie sólo exhibiendo sus obras en galerías que lo toman como segunda opción.

Así que Franccesco me ayudará (a él, maldita sea) a subir como espuma.

Pero te preguntarás ¿Qué gano yo a cambio?

Realmente no soy exigente, no es como si esperara que Taehyung me devolviera el favor, aunque bueno, es increíble en eso de devolver favores, no voy a negarme si decide demostrar de nuevo sus dotes de gimnasta conmigo.

Ahora, Taehyung está reventando mi teléfono ya que no le di ninguna explicación sobre mi sorpresa. Fueron solo dos mensajes:

Alístate a ti y a tu mejor pintura, les tengo a ambos una sorpresa.

Paso por ti a las 4.

Y sin más bloquee mi teléfono, hasta ahora van al menos diecisiete llamadas de él. Y apenas son las tres treinta y cinco de la tarde.

En el auto, un gran lienzo evita que pueda mirar por el retrovisor, Taehyung está frotando sus manos intensamente en sus pantalones mientras me pregunta por décima vez dónde demonios vamos.

—Sólo espera. —Digo cuando pongo el auto en marcha.

Se ve delicioso.

Tiene unos pantalones simples algo rotos en las rodillas y una camisa blanca que tiene un simple estampado que dice 'Gucci', sus anteojos de siempre y completando, su cabello castaño estaba suelto sobre su frente.

Mierda ¿Por qué siquiera estoy mirando tanto su aspecto?

—Dios, Jungkook, si no me dices voy a lanzarme de este auto en movimiento y juro que quedará en tu consciencia. —Me amenaza y yo río, creo que ya pararé de torturarlo.

—Me puse en contacto con un viejo cliente, y bueno, puede que de una forma u otra te haya conseguido una cita con el artista actual más codiciado del mundo.

Taehyung se mantiene sin expresión por un segundo.

Luego habla, su voz suena tensa. —Estás bromeando ¿Cierto? —Suelta una risa. —Porque si es cierto es... Ni siquiera sé lo que es... Como ¿Por qué harías algo así? Realmente estoy un poco...

—Taehyung, calma, es solo que me parece injusto que no puedas mostrar tu talento y...

Él jadea soltando una risa.

—No lo puedo creer. —Dice y cubre su cara. —Dios, realmente estás haciendo esto ¡Pudiste decirme y escogería un mejor cuadro, te odio! —Dice y golpea suavemente mi bíceps, no lo dice en serio pues una sonrisa se extiende por su boca.