15. Primera fase­: Estupidez

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Aquí estamos de nuevo, la buena vida de la promiscuidad, acostarme con chicos desconocidos sin dejar que ellos se metan en mi casa y la decoren, sin hacer el amor con ellos viéndolos a los ojos, sin permitir nada más que rudo sexo. 

Esta es la buena vida.

Entonces ¿Por qué si estoy en la cama con una sexy pelirroja a mi lado semidesnuda mi pene ha decidido tomar un descanso?

La respuesta: No tengo idea.

Mi amigo y yo siempre hemos sido grandes compinches, nos entendemos, si yo digo marco él dice polo y viceversa, él sabe cuando necesita estar levantado y feliz, y cuando necesita descansar. En este momento, no necesita malditamente descansar.

Miro mi bóxer con molestia y luego miro a Lory, la extranjera que llevé al hotel hoy.

—Iré al baño. —Le aviso y ella asiente.

—Tómate tu tiempo. —Responde y se recuesta en la cama jugando con su Ipad, me levanto y entro al baño de la habitación de hotel, jalo el elástico de mi bóxer y gruño.

—Vamos amigo, creí que tú y yo nos entendíamos. —Le recrimino. —Ambos sabemos que quiero joder a esa chica, así que levántate y brilla.

Nada.

Ni siquiera una sacudida de molestia, suelto el elástico y me balanceo en el mármol, abro el grifo y salpico un poco de agua en mi cara, observo mi reflejo. En todo el tiempo que llevo jodiendo a personas al azar, nunca me había pasado esto, nunca me costaba levantar una erección, jamás.

Salgo del cuarto y Lory me echa un vistazo a mi y luego a mi entrepierna, suspira probablemente de decepción.

—Nunca me había pasado algo como esto.— aclaro y ella asiente.

—Puedo ayudar a levantarla, si quieres.—Dice y realmente lo pienso por unos segundos, siempre me ha resultado estimulante tener a alguien arrodillado frente a mi dándole a la cabeza, eso lograría que mi amigo volviera a la vida.

Sólo que no lo hizo, y ya me estaba resultando vergonzoso que ella estuviera al menos dos minutos dándole sexo oral a un pene flácido, así que me puse a pesar en cosas que me excitan, cosas que me gustan, en general.

Cosas como largas piernas bronceadas, bonitos pezones que gritan ser lamidos, que arrastren sus uñas por mi espalda, hermosos ojos café con manchas verdes cubiertos por gruesas pestañas, piernas enganchándose en mi cintura.

Me vengo duro, y ella traga haciendo un ruido de sorpresa, respiro aturdido, ni siquiera me di cuenta cuando me había puesto duro.

—Bueno, parece que lo logré — Dice limpiando las comisuras de sus labios.

Trago aturdido y asiento un poco quedo— Si.— Miento.— Lo hiciste.

Que mierda, acabo de venirme pensando en alguien más.


Es domingo, seis días han pasado desde que ocurrió lo que decidí llamarle 'la ruptura final' no he sabido más de Taehyung desde entonces ¿Y en ese momento? No quería saber nada.

Al parecer Jimin no se tomó muy bien mi decisión, puesto que cuando apenas puse un pie en la puerta de su departamento comenzó a lanzar improperios hacia mí.

—Tú eres una horrible y fea persona.—Dijo apuntándome con un cucharón de madera.

Ruedo los ojos dejando la botella de whisky en la encimera y saludo a Yoongi, quien le está dando de comer a Minhyuk.

—¿Cómo pudiste hacer algo como eso?—Vuelve a farfullar Jimin, viendo que no le presté atención a su reclamo.

—¿Desde cuándo te importa cuándo dejo de follar a alguien?—Pregunto y me siento en el sofá.

—¡Desde que esas personas se vuelven mis amigos!—Refuta y su cara se pone roja, Yoongi viene al rescate.

—Jimin, cariño no es algo que sea de nuestra incumbencia.— Dice y Jimin bufa.

—¡Claro que es de mi incumbencia! Porque acabas de perder algo hermoso y ni siquiera estás preocupado por ello.— Chilla y se encamina de nuevo a la cocina, Yoongi me mira.

—Lo único hermoso que tengo está pegado a mi y es mi cara, así que no he perdido nada.—Respondo y Jimin me saca el dedo medio.

—¿Realmente no sentiste nada?—Pregunta Yoongi.— ¿Ni cuando lo viste llorar? ¿O cuando te dijo que no quería verte nunca más? Realmente ¿Ni siquiera un dolor?

Por supuesto que sentí algo, sentí como si aplastaran mis pelotas con una llave inglesa y me hicieran agujeros en el pecho con un tubo de metal, pero eso él no tiene por qué saberlo.

—No, amigo, estoy por encima de eso ¿Los libros de superación amorosa? Pura mierda, mi primera fase es la aceptación.

—Tu primera fase es la estupidez.— Refuta Jimin volviendo a la sala de estar. Yoongi intenta no reír.— ¿Y cuando estés solo y moribundo en el sofá de tu casa, porque lo extrañas y quieras estar con él? Yo estaré ahí para escupir tu fea cara de la que tanto alardeas.

Ruedo los ojos, por enésima vez.

—Si eso no va a pasar.— Digo y ja, Jimin es un puto adivino, sólo que en ese momento yo no lo sabía y me sentía tan confiado.

—Todos son tan patéticos—Dice Jimin otra vez, como un reloj roto.— Tú tienes miedo, miedo de los sentimientos fuertes y que te saquen de tu zona de confort, porque te gusta el conformismo y cuando llega alguien que te hace sentir diferente, que te empuja al límite y te hace olvidar todo lo que alguna vez fuiste, lo apartas de ti como si fuera basura radioactiva.

Me quedo en silencio, incluso Minhyuk deja de hacer ruidos con su boca.

—Mereces a alguien que te ame con la misma fuerza con la que tienes miedo de amar, no seas imbécil.— Continuó, esta vez suavizando sus ojos, ahora mirándome como si tuviera compasión por mi.

Me levanto del sofá.

—Bueno no sabía que esto se había convertido en un grupo de apoyo.— Dije con ironía y salí.— Iré a fumar, regreso cuando dejen de juzgarme por cada decisión que tomo.

Y salí, no porque me sintiera incómodo por las palabras de Jimin, o porque quisiera hacerlo sentir mal, salí porque me sentía abrumado, porque era la pura verdad.

Y no quería sentirme vulnerable ¿Aquel Jungkook que lloraba por la muerte de una vaca? No lo quiero cerca, no quiero que cualquier cosa vuelva a lastimarme.


The only one ↬ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora