10. Caer sin ningún maldito paracaídas

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Cuando llegamos al edificio de Taehyung, él se despide, pero no estoy dispuesto a dejarlo ir, así que tomo el lienzo y lo acompaño hasta la entrada. Marca el ascensor y me doy cuenta que aún no me mira.

—No tienes que acompañarme. —Dice en cuanto se abren las puertas. —Mi departamento es un desastre. —Dice y yo niego.

—Ni siquiera me importa.

Abre la puerta de su departamento y efectivamente es un desastre, hay botes de pintura en cada esquina y papel periódico regado en todo el piso, hay cientos de lienzos en blanco regados por la pequeña sala y ni siquiera hay espacio en los muebles por los discos y libros que ahí se encuentran.

—¿Quieres algo para beber? Creo que solo tengo bebidas energéticas pero puedo pedirle a Jin un poco de café si...

—Oye, oye, solo sentémonos ¿Bien? —Digo y él se sienta en una de las butacas de la cocina. —Lo siento mucho, Taehyung, si hubiese sabido que Franccesco era así de... Imbécil, no te hubiese llevado con él.

Él sonríe, pero sus ojos se vuelven brillantes por las lágrimas.

—Creo que realmente tiene razón. —Dice y lágrimas escapan de sus preciosos ojos cafés.

Me acerco y las aparto con mis pulgares.

—No, no tiene maldita razón, Taehyung, tu arte es increíble y no necesitas la aprobación de un idiota para probarlo. Lo busqué porque pensé que sería excelente que exhibiera una de tus pinturas en sus galerías, no para que te dijera si eres bueno o no. —Digo y él sorbe por su nariz, sus pestañas húmedas parpadean hacia mí.

—Jungkook, realmente estoy cansado. —Dice y yo frunzo el ceño. —Yo... Mi familia me lo dijo tantas veces, y yo... Ni siquiera los escuché. Dijeron que no servía para esto, que era un fracaso. —Parpadea y más lágrimas contenidas salen. —Estoy cansado de no ser suficiente para nadie

—Mierda, ellos no tienen ni idea. —Gruño y él me mira, nuevas lágrimas compiten por sus mejillas rosadas. —Eres malditamente demasiado, para cualquier persona.

Incluso para mi.

—Jungkook, el arte es lo único que pensé que me sacaría adelante, es lo único que sé hacer, lo único que me apasiona, yo... —Suspira y ahora sus lágrimas son incontenibles, brotan sin pudor de sus preciosos ojos, ni siquiera puedo detenerlas a tiempo.

—Y lo que haces es maravilloso, maldición Taehyung ¿Por qué crees que me acerqué a aquel cuadro en la galería? Porque me atrajo, era totalmente diferente a toda la mierda sinsentido que estaba ahí, expresas muchísimo y yo... Yo realmente quisiera que vieras lo talentoso que eres.

Taehyung sollozó.

—No dejes de hacer lo que te apasiona aunque todos te digan que eres una mierda, tu arte es tu maldito arte, muchos sabrán apreciarlo.

Me miró, con sus ojos enrojecidos y brillantes, y fue totalmente inconsciente, antes de darme cuenta lo estaba abrazando. Abrazando fuerte, como nunca había abrazado a nadie.

Él se quedó tieso por un segundo, pero luego envolvió sus manos en mis hombros y apretó la tela de mi saco.

Lo dejé llorar por unos segundos, parecieron horas.

No estoy acostumbrado a esto, soy nuevo con la empatía.

Cuando su espalda dejó de tener espasmos por el llanto, se separó suavemente y limpió sus ojos. —Lo lamento. —Dijo y yo negué limpiando sus mejillas. —Así que ¿Quieres algo para comer? Tengo mucho ramen picante.

The only one ↬ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora