2. Conozcan a los míos.

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— Amigo tenías que verlo, su cabello era verde.

— Bueno, Namjoon, ya sabemos que te jodiste al puto Joker de Suicide Squad.

Ah, un día normal en el trabajo, no es nuestra hora de descanso ¿Pero a quién engaño? Jamás hacemos algo aquí, la empresa es del padre de Namjoon y aunque el hombre sabe que somos sus mejores empleados y los mejores corredores de bolsa de Corea, tenemos ciertas libertades.

Yoongi rio mientras meneaba su vaso de whisky haciendo que el hielo tintineara, que maldita buena imagen mental ¿No es así? Cuatro hombres en trajes en una oficina con una gran mesa de madera y un pequeño minibar en la esquina, riendo y sosteniendo vasos de alcohol.

Namjoon bufó con molestia. —Lo que sea que digas, Hoseok, el hombre sabía cómo usar su boca —alardeó y todos gimieron con molestia, Yoongi rodó los ojos.

—Descuida Namjoon, no lo entienden porque uno de ellos está en abstinencia y el otro tiene un esposo controlador y un bebé —digo y Namjoon choca su puño conmigo.

— Gracias bro.

— Bueno, la verdad es que me parece increíblemente excitante que algo verde sube y baje por mi pene. —Ironizó Yoongi haciendo que todos en la sala rieran, incluso yo.

— Bueno, cada quien con sus parafilias. —Continuó Hoseok, lanzándole más leña al fuego.

— Y mi esposo no es un controlador. —Apuntó entonces Yoongi, mirándome fijamente—, sólo cuida lo que le pertenece.

— Ya, dime eso cuando repentinamente él te lleve con una correa en tu cuello. —Se rio Namjoon, y yo lo miré con el ceño fruncido.

— Vaya ¿Pero qué estoy escuchando? Si eres el segundo en besar el culo de Jimin cada vez que lo ves —digo y Yoongi carraspea como diciendo «nadie más besa el culo de mi esposo».

— Bueno, es que le tengo miedo, quien sabe lo que pueda hacerle a Yoongi por nuestra culpa —añadió y Yoongi bufó con molestia.

— Ya, quiero ver cuando ustedes hagan algo por sus vidas más que joder cualquier cosa que tenga un agujero. —Se quejó Yoongi y tomó su abrigo—. Ahora si me disculpan, me iré a donde mi esposo y mi hijo me esperan.

— Sí, adiós señor presidente. —Se burló Hoseok con el ruido de nuestras risas siguiéndole.

Yoongi nunca tolera nuestras bromas acerca de lo domesticado que está por Jimin. Antes de conocerlo solíamos ser los cuatro mosqueteros contra el mundo. Yoongi siempre hallaba la forma de revolcarse con los donceles y mujeres más atractivos y jodidamente bien dotados, siempre llegaba a nosotros con historias como "Amigo, él sólo se puso de cabeza y chupó mi pene" y cosas así, hasta que el diablo decidió enviar a su hijo a la tierra y se topó con Yoongi. Ambos se conocieron en un hospital, Yoongi acompañó a su padre a hacer su colonoscopía y se sorprendió que uno de los enfermeros que los atendió haya sido Jimin. Al ser un cazador, Yoongi naturalmente siempre iba por lo que llamaba su atención, así que contactó a Jimin y ambos simplemente conectaron (o eso es lo que cuenta Yoongi, es un cursi de primera).

Yoongi con el tiempo, dejó las jugadas y se concentró en su relación, al punto en que una tarde llegó simplemente a nuestras reuniones de las noches diciendo:

— Estoy enamorado de Jimin. —Y Namjoon dejó caer su vaso al mismo tiempo que Hoseok y yo abríamos nuestras bocas con sorpresa. Suponíamos que este sería el punto en el que Yoongi abandonaría todo, pero en realidad lo que hizo fue casarse con él; en Las Vegas.

En cuanto al resto del clan. Hoseok y Namjoon siguen en las jugadas. Aunque Hoseok se encuentra en una "relación" con una chica de la empresa vecina, así que por ahora sólo estamos Namjoon y yo en el juego.

Al menos hasta que ocurriera lo inevitable.

— Oye, tengo una entrada para una galería de arte ¿La quieres? —Me dijo Hoseok una vez que Yoongi se había ido, lo miré con asco.

— ¿Qué demonios? ¿Por qué querría yo una entrada para una galería de arte?

— Pues no sé hombre, Chaeyoung compró tres y no quiere malgastar otra y todas sus amigas están ocupadas. Ven con nosotros, será menos aburrido si tú estás. —Me suplicó subiendo un poco mi ego, tomé mi chaqueta que colgaba del perchero y tomé el último trago de whisky que quedaba en el vaso.

— Tengo que ir a una galería para que no te aburras con tu novia ¿De verdad me pondrás como la tercera rueda? —chisté calzándome en mi chaqueta, ya es hora de ir a casa.

— Bueno, quizás conquistes a alguien allá, los fanáticos del arte son sexys.

— Sí, claro amigo, no voy a ligarme a nadie en una galería.

Y esas fueron las famosas últimas palabras.

— Te daré la entrada, tú decides si vas a no, amigo.

Y guarda la entrada en el bolsillo de mi chaqueta, como si estuviera dándole un dólar a una prostituta.



The only one ↬ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora