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O l i v i a

Me acerqué a él y lo abrace súper fuerte, el imitó mi acción y me correspondió el abrazo.

- No puedo creer que estés acá -susurre, sentía ganas de llorar, había esperado mucho por este momento.

- Vos me dijiste que venga para acá, y así lo hice -encogió sus hombros y sonrió, volvió a abrazarme.

- Veni -agarre su mano y entramos a la sala, cerré la puerta detrás de nosotros.

- Te extrañe -susurro, se acercó a mi, dejó sus manos en mi mejillas y me besó. Correspondi su beso rápidamente, había extrañado sus labios.

Sus manos estaban en mi cintura, acariciaba mi piel debajo de la tela de la remera. Yo había dejado mis manos en su cuello. No podía parar de besarlo, se sentía muy irreal todo esto.

Bajó sus manos a mis piernas y me subió a su cintura, rápidamente lo rodee con mis piernas. Me apoyo en la pared, seguía besandome con un toque de desesperación, hasta que se alejó un poco apoyando su frente en la mía.

- Para gordita, está Benja -susurró.

- Benja se fue con el padre -sonreí, pase mis manos por su cuello y lo acerqué más para seguir besandolo.

El beso siguió, él acariciaba mis piernas, yo aprovechaba acariciar su cuello y nuca, era el momento perfecto. Dejó sus manos en mis piernas agarrandome, caminó hasta el sillón él quedó sobre mí. Besaba mi cuello con rapidez, levanté su remera la cual enseguida quitó.

Entre besos y caricias terminamos ambos desnudos, acaricie su abdomen marcado, pasé mis mano por sus brazos. Él solo sonreía, y no había nada más lindo que esa sonrisa.

- ¿Puedo? -susurro mirándome.

- Si -sonreí, se acercó y dejó un beso en mis labios.

Acariciaba mis piernas en lo que con cuidado y despacio, entró en mi. Comenzó a moverse lentamente, dejaba besos cortos en mi cuello y sobre mis tetas. Cerré los ojos disfrutando más el momento, mordia mi labio inferior intentando no gemir.

Comenzó a moverse más rápido luego de unos minutos, ya sentía que me iba a correr, pasé mis manos por su espalda donde seguramente quedaron las marcas de mis uñas.

- Más rápido bebé -jadee con la voz entrecortada.

No pasó mucho en que ambos nos corrimos, el dejó su cuerpo sobre el mío. Su cabeza apoyada en mi pecho, le empece a hacer mimos en el pelo. El pasaba su mano por mi cintura haciendo círculos. Me sentía cansada, me acomode el sillón y me dormí.

(...)

- Beba -sentí besos cortos en mis labios, abrí un poco mis ojos y me encontré al amor de mi vida. Volví a cerrar mis ojos y él me daba besos- Dale gordita, te preparé la comida -pasó su mano por mi mejilla corriendo los mechones de pelo.

- ¿Que hora es? -susurre- ¿Porque estoy en mi cama?

- Son las dos de la hermosa tarde, ni sabes como llovía recién, y te dormiste en el sillón asique te traje a la cama para que estuvieras más cómoda -habló mientras dejaba mimos en mi cintura.

вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora