вєиʝαмιи •кнєα• Segunda Temporada

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O l i v i a

– ¿Me queda bien esto? –preguntó Ivo mostrandome como le quedaba la camisa blanca con flores negras.

– Te queda perfecta amor –me acerqué y le acomodé el cuello. Dejé un beso corto en su mentón.

– ¡MAMÁ! –escuché el grito de mi hijo desde su habitación.

– Voy –sali de mi piesa y entre a la piesa de Benja, están una frente a la otra– ¿Que pasa hijo?

– Mamá siento que esta camisa no combina con el jean y las zapatillas –me mostró como se había vestido, no se en que momento sabe más de moda que yo.

– Bueno amor, cambialo si querés –abri las puertas del ropero para buscarle otras opciones de ropa.

– Me voy a poner la camisa azul mamá, la que me regalo papá –se acercó a mi lado y la busco.

– Bueno hijo, vestite que llegamos tarde –deje un beso en su frente y volví a mi habitación– No se en que momento creció tanto, posta –Ivo me miró sonriendo y encogió sus hombros.

– Son las nuevas generaciones amor –dejo un beso en mis labios.

– Estas re lindo –susurre mirándolo, acaricie su mejilla.

– Vos estas hermosa –sonrió y besó mi cuello.

– Tengo perfume amor, no me beses –comente sonriendo.

– Ya me di cuenta –se alejo un poco de mi cuello y fue a tomar agua, siempre me besaba donde tenia perfume, tenia el gusto re amargo.

Luego de un rato en el que esperamos que Benja terminara de vestirse y arreglarse, salimos de la casa. Hoy era una cena importante para todos, bueno algo así, Juli y Tomás decidieron hacer una cena como para celebrar que Milena ya está con nosotros, sería algo así como un bautismo.

Estabamos todos invitados, y era algo muy importante para ellos así que no podíamos fallarles. Ivo conducía el auto, íbamos en silencio, solo se escuchaba las canciones de la playlist de spotify. No era un silencio incómodo. Pasó un rato y llegamos al club donde se hacia la cena, bajamos del auto, me acomode mi vestido y al caminar sentí la mano de Ivo en la parte baja de mi cintura, casi arriba de mi culo.

– ¡Brunooo! –Benja se encontró con sus primos– Hola Amadeo –sonrio y se abrazaron como siempre, no demoro mucho en irse junto a ellos.

– Amigaa –me acerque a Juli y sonreí abrazandola.

– Hola hermosa, ¿como andas? –correspondió mi abrazo y dejo un beso en mi mejilla.

– Bien bien, ¿vos? –pareciamos dos viejas que no se veían hace años, sólo habían pasado unas horas.

– Bien, algo cansada –hizo puchero y luego sonrió.

– Ya falta poco y termina –sonrei.

– Juli, amiga, ¿como andas? –saludo Ivo.

– Bien, ¿vos? –respondio– los chicos están adentro –comento.

– Vamos a saludarlos –agrego Ivo mirándome.