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O l i v i a

— ¿Ya trajeron todo? —preguntó Ivo, ayudaba a mi hermano a bajar las cosas del baúl del auto, hoy era noche buena, y todos venían a casa.

— Sisi, me voy a casa a buscar mis mujeres  después venimos —sonreí asintiendo y lo saludé, Ivo abrió el portón de la casa y Nscho salió en su auto.

Ya habíamos aprontado la mayoría de las cosas, la comida estaba lista, las bebidas, ya habíamos aprontado la mesa, la decoración del patio era hermosa, Cande y Juli me habian ayudado a decorar con las luces y algunos adornos que dejaban todo a juego y hermoso. Benja estaba ansioso por recibir su regalo de santa, también esperaba que Santa le traiga un regalo a su hermano, Enzo. Ayer se había ido a la casa de Valen, y volvía recién hoy, a ambos le hacía bien pasar tiempo juntos.

Subí a bañarme, eran ya las nueve de la noche, los demás iban a llegar tipo diez o por ahí, tenía tiempo. Ivo cuidaba a Enzo mientras, busque mi ropa, iba a usar un vestido corto color plateado y la tela tenia brillos, no me había comprado nada nuevo, y es que no le veía sentido a eso, tipo gastar plata en ropa para solo una noche.

Lave mi pelo, afeite mis piernas, luego de terminar de lavarme todo todo ahre cerré el agua y salí. Envolvi una toalla en mi pelo y otra en mi cuerpo, salí a la habitación y me encontré a Ivo, cambiando los pañales de Enzo.

— Hola mis bebés —dejé un beso en la mejilla de Ivo, me agache y acaricie las manitos de Enzo.

— Ya está listo —sonrió Ivo, ya le habia cambiado el pañal, pero ahora tenía que ponerle su ropa nueva, como es muy bebé lo habíamos bañado en la tarde, porque ahora la noche refrescó y quizás le hacía mal, y no quería que se enferme.

— Si querés bañate, yo lo cuido mientras me cambio —pasé mi mano por la espalda de Ivo, tenerlo sin remera es lo mejor del verano, y perdón por ser muy babosa, pero su espalda toda marcada era digna de admirar y tocar.

— ¿Segura? —sonrió mirándome, asenti en respuesta, se levantó y dejó un beso en mis labios— Te amo mucho —sonreí, me acerque más a él y volví a besarlo.

— Te amo Ivo —acariaba sus mejillas, el había dejado sus manos en mi cintura.

— ¿Aun debo esperar? —lo miré, no entiendo de lo que hablaba— Para hacerte mía, ¿aún no se puede? —agregó al ver que no entendía, reí y asenti, ya habían pasado unos días desde el nacimiento del gordo asique supongo que ya se podía, ni ibamos a esperar la cuarenta, tipo con Ivo no se podía.

— Si, ya se puede, estaba esperando hasta la noche para sorprenderte pero bueno, adelanto de la sorpresa —encogi mis hombros mientras sonreía, él me abrazo apretandome contra su cuerpo dejando las manos en mi culo.

—Vamaaaaa —rió y me beso muchas veces dejando besos cortos en mis labios— Me voy a poner lindo entonces, ya vengo —besó mi frente y dejó un beso en la mejilla de Enzo, quien estaba acomodado en la cama jugando con sus manitos.

— ¿Te apronto la ropa? —le pregunté antes de que se metiera al baño.

— No amor, ya la busco yo, me voy a poner la bermuda negra y una camisa —abrió su parte del ropero y buscaba la ropa. Mientras, me seque mi cuerpo, tenía mi conjunto de encaje bordó sobre la cama, me quité la toalla y me puse la tanga para luego ponerme el corpiño. Ivo me miró y sonrió negando.

вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora