вєиʝαмιи •кнєα• Segunda Temporada

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O l i v i a

– Valentín se va a quedar unos días acá hasta que consiga donde vivir –hablé mirando a Ivo, él rodeo los ojos y se levantó de la silla– No te enojes amor –agregue.

– No me enojo, me voy a buscar a Benja –dejó un beso corto en mis labios, buscó las llaves del auto y salió del departamento.

Me levanté del sillón y fui a bañarme, no faltaba mucho para que entre a trabajar. Al salir de la ducha busqué ropa, Jean y remera, lo básico, dejé mi pelo suelto para que se secara solo.

Busque las cosas para cocinar, solo iba a hacer hamburguesa con fideos, no tenía muchas ganas de cocinar y además no tenía mucho tiempo de hacerlo.

La puerta se abrió y enseguida escuche las voces de Ivo y Benja, la relación entre ellos dos era la mejor, parecían padre e hijo.

– Hola mamá –Benja se acercó a mi y me abrazó, me agache quedando a su altura y lo abracé.

– Hola mi amor, ¿como te fue en el jardín? –dejé un beso en su mejilla.

– Bien mamá, Antonia me invitó a su cumple mirá me dio una tarjeta –buscó en el bolsillo de su mochila y sacó una tarjetita de invitación, era de Frozen.

– Ah es el viernes –miré la invitación– Bueno luego le compramos un regalo

– Si mamá, voy a cambiarme la ropa –el asintió y guardó de nuevo la tarjeta, agarró su mochila y salió corriendo a su habitación.

– ¿Te ayudo a cocinar? –preguntó Ivo, aun seguía con su cara de culo. Me acerqué y lo abracé dejando mi cara escondida en su cuello, el olor a perfume me re podía.

– No quiero que estés enojado –susurre aún sin salir de su cuello.

– No estoy enojado Olivia –murmuro.

– Obvio que lo estas, nunca me decís Olivia –me separe un poco aún sosteniendo mis brazos alrededor de su cintura y miré su cara.

– Vos sabes que cuando el pendejo ese apareció entre nosotros, nos peleamos –susurro mirándome– No quiero que eso pase de nuevo, no quiero que se meta entre nosotros, estamos bien ahora

– Gordo pasaron mil años y mil cosas desde ese dia, ¿Te crees que va a arruinar esto? –mostré mi anillo que el me había dado, en el dedo anular.

– La verdad, si –encogió sus hombros.

– Nadie va a arruinar lo que construimos nosotros, además vos vas a estar acá, no es igual porque vivimos juntos ahora, y es solo un tiempo, no es para siempre –acaricie su mejilla y dejé un beso en su nariz.

– ¿Lo prometes? –susurro.

– Lo juro mi amor –levanté mi dedo meñique para que el entrelazara el de él, en señal de promesa.

– ¿Vas a trabajar? –hizo puchero.

– Son solo cinco horas mi amor, vengo a merendar con ustedes, esperame con el mate listo y yo traigo bizcochos –él asintió sonriendo y me besó.

– Hay olor a quemado amor –miramos la cocina y dos hamburguesas se estaban quemando, rápido las di vuelta.

– Es tu culpa –reímos los dos y el me abrazo por mi cintura dejando un beso en mi cuello.

– Yo cocino bebé, no te preocupes –agregó– El gordo quiere jugar a las peleas en la play asique seguramente comamos en el living

– Si hacen mugre después limpian –advertí.

– Si mamá –me di vuelta y dejé un beso sobre su sonrisa.

– Te amo –acaricie su mejilla.

– Te amo beba –besó mis labios.

– Me voy en el auto sabes –el asintió en respuesta.

– Las llaves están en la mesita –señalo la mesita del living– cuidate mucho

– Si mi amor, te aviso cuando llegue, ¿si? –el asintió.

– ¿Ya te vas mamá? –preguntó Benja.

– Si amor, pórtate bien –dejé un beso en su frente.

– Siempre me porto bien mamá –agregó.

– ¿Cuando viene Valentín? –preguntó Ivo.

– No lo se amor, no me habló más –respondí, busque mi bolso y las llaves– Nos vemos después, los amo –le di un beso a Ivo, abracé a Benja y salí del departamento.

Bajé al estacionamiento y busqué el auto, una vez dentro, puse mi playlist y maneje hasta mi nuevo trabajo.